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Ocio y entretenimientoBiografía

García Rivera, Raúl (1936-VVVV).

Matador de toros mexicano, nacido en Monterrey el 12 de septiembre de 1936. Nacido en el seno de una familia en la que pudo respirar el ambiente taurino desde su temprana niñez (era sobrino del torero de San Luis de Potosí Gregorio García Morales), se enfundó su primer terno de alamares en 1956, en la pequeña plaza portátil instalada en el Exposición Ganadera y Agrícola que, a la sazón, se celebraba en su ciudad natal. El buen hacer mostrado por el joven novillero en este debut vestido de luces le permitió tomar parte, durante la siguiente campaña, en varios festejos asistidos por el concurso de los varilargueros, entre los cuales resultan dignos de mención los verificados en el coso de Tijuana, donde Raúl García Rivera cosechó varios triunfos consecutivos.

Su brillante trayectoria novilleril quedó jalonada también por el rotundo éxito alcanzado, en las arenas de la capitalina plaza de El Toreo, el día 13 de junio de 1958, fecha en la que compartió el paseíllo con los novilleros Francisco Calderón ("Parrita") y Fernando Velasco, para afrontar la lidia de unas reses procedentes de la ganadería de Campo Alegre. Las buenas maneras exhibidas en aquella ocasión por el torero novel le permitieron actuar, a lo largo de dicha campaña de 1958, en unas cincuenta novilladas, bagaje más que suficiente para dar el salto decisivo al escalafón superior de los matadores de toros.

En efecto, el día 1 de febrero de 1959 el joven novillero de Monterrey compareció en el coliseo taurino de Morelia (en el estado de Michoacán) dispuesto a recibir la alternativa de manos de su padrino, el gran espada de Ciudad de México Luis Procuna Montes; el cual, bajo la atenta mirada del coletudo de Córdoba (México) Gabriel España Triede, que también tomaba la alternativa aquella tarde, cedió al toricantano la muleta y el estoque con los que había de trastear y despenar a Saladito, un astado que había pastado en las dehesas mexicanas de Torrecillas. El 19 de julio de aquel mismo año, en la plaza de toros de Tijuana, el diestro de Monterrey sufrió una grave cornada en su muslo derecho.

Dos años después de haber recibido la alternativa, Raúl García Rivera hizo el paseíllo a través del redondel de la plaza Monumental de México, en donde debía confirmar la validez de su título de doctor en tauromaquia. Corría, a la sazón, el día 16 de abril de 1961, fecha en la que su padrino de confirmación, el diestro de Huamantla (Tlaxcala) Fernando de los Reyes Pichardo ("El Callao"), le facultó para que diera lidia y muerte a estoque -en presencia del mismo testigo que se había hallado presente el día de su alternativa- a una res adornada con la divisa de la viuda de Miguel Franco.

Tras varias temporadas en activo en los circuitos taurinos de su país natal, el matador de Monterrey cruzó el Atlántico en 1964 para presentar su arte y su valor ante la afición española. Toreó, aquel año, nueve corridas en suelo hispano, y, aunque visitó algunos coliseos importantes (como los de Valencia y Zaragoza), no llegó a confirmar la alternativa en la primera plaza del mundo. Durante aquella campaña de 1964, se vistió de luces en México en treinta y una ocasiones, para firmar veinticinco contratos al año siguiente.

Ya con el firme propósito de validar también su grado de doctor en tauromaquia en la cuna del Arte de Cúchares, el día 26 de mayo de 1966, en plena feria taurina de San Isidro, pisó por vez primera el ruedo de la madrileña plaza de Las Ventas, donde compartió cartel con el genial espada sevillano Francisco Camino Sánchez ("Paco Camino"), que actuó de padrino en dicha ceremonia, y con el no menos célebre coletudo Manuel Benítez Pérez ("El Cordobés"), que hizo las veces de testigo en la confirmación española de Raúl García Rivera. El diestro de Monterrey brindó la muerte del toro cedido (que atendía a la voz de Camilloso) a la memoria del colosal torero mexicano Carlos Ruiz Camino ("Carlos Arruza"), fallecido unos días antes. La suerte no le acompañó demasiado en su andadura por los cosos españoles, por lo que sólo cumplió cinco ajustes en la Península en 1966, y tres en 1967.

Sin embargo, en su país natal continuó ocupando los primeros puestos del escalafón durante algunos años más, a pesar de haber quedado visiblemente mermado por una grave lesión de la columna vertebral que se produjo en 1967.

Bibliografía

  • - ABELLA, Carlos y TAPIA, Daniel. Historia del toreo (Madrid: Alianza, 1992). 3 vols. (t. 3: "De Niño de la Capea a Espartaco").

- GUARNER, Enrique. Historia del toreo en México (México, 1979).

- VINYES RIERA, Fernando. México, diez veces llanto (Madrid: Espasa-Calpe, 1987).

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.