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GeografíaHistoriaBiografía

Frobisher, Martin (¿-1594).

Navegante, explorador y corsario inglés, nacido aproximadamente en 1535, en la pequeña localidad de Altofts, próxima a Wakefield, condado de Yorkshire (Inglaterra), y muerto el 22 de noviembre de 1594, en Plymouth, condado de Devonshire (Inglaterra). Fue uno de los primeros exploradores en buscar el paso del Noroeste que posibilitara un acceso marítimo desde el este al oeste por el norte del actual Canadá. También descubrió la bahía canadiense que lleva su nombre.

De sus primeros años de vida apenas se sabe gran cosa, tan sólo que comenzó su carrera como grumete en 1544, tras la muerte de su padre, y que los primeros pasos de su carrera como marino los dio, al igual que gran parte de sus compatriotas, en un barco pirata. Gracias a su osadía y coraje en la práctica de la piratería contra los barcos españoles en el canal de La Mancha, alcanzó el grado de capitán en 1565. Interesado principalmente en el hallazgo de oro y en la exploración de la costa oriental de China, donde se suponía que había grandes riquezas, sin embargo fueron sus numerosos viajes al Atlántico norte, entre 1576 y 1578, los que finalmente le hicieron famoso.

En 1576, Frobisher fue puesto al frente de una expedición financiada por algunos grandes nobles del reino, entre ellos el todo poderoso conde de Warwick y la propia reina Isabel I (1558-1603), para intentar descubrir un paso marítimo por el actual Canadá que llegara hasta China. En junio, Frobisher partió hacia Canadá al mando de un pequeño convoy formado por dos barcos, el Gabriel y el Michael, y una pinaza. Nada más pasar por la costa meridional de Groenlandia, la expedición perdió la pinaza durante una tormenta, mientras que toda la tripulación del Michael desertó ante las duras condiciones en las que se estaba desarrollando la travesía. Sin amilanarse un momento, Frobisher prosiguió el itinerario previsto. Costeó todo lo largo de la orilla oriental del Labrador y de la Tierra de Baffin, hasta alcanzar una bahía (que actualmente lleva su nombre), justo en la entrada del estrecho de Hudson, a la que confundió con la boca de entrada de la ansiada ruta del Noroeste que le conduciría hasta el estrecho de Anian y al Catay (nombre con el que se conocía a China por aquel entonces). Frobisher estuvo más de un mes navegando por la inmensa bahía de Hudson sin encontrar el pasillo hacia el oeste, ya que como se sabe hoy día, la bahía de Hudson no tiene salida hacia poniente. Desencantado por el fracaso, Frobisher desembarcó en la bahía de su nombre para entrar en contacto con un grupo de esquimales, pero éstos enseguida se mostraron muy recelosos ante la presencia del hombre blanco, por lo que Frobisher no pudo recabar información alguna que le diera alguna pista para encontrar su objetivo.

De regreso en Inglaterra, Frobisher presentó en la corte unos trozos de tierra negra que, según se rumoreaba, podían contener oro. Con el afán del lucro instalado en su mente, Frobisher logró convencer a la reina para equipar una flota al completo con la que regresó, en 1577, a Canadá. En el largo año que duró esta nueva aventura, Frobisher siguió explorando la costa sur de Groenlandia y la boca del estrecho que más tarde visitaría Hudson. Intentó sin éxito fundar varias colonias inglesas en la Tierra de Baffin y del mismo modo no halló el ansiado paso hacia el Oriente y, ni mucho menos, oro alguno. Estos resultados tan desalentadores se fueron repitiendo en los tres viajes siguientes que realizó a Canadá. Pero, a pesar de ello y de que la tierra negra encontrada no era más que pirita de mala calidad, Frobisher continuó gozando del favor y protección de la soberana.

El legado que dejó Frobisher como explorador no pudo ser más inoportuno para todos aquellos exploradores que retomaron la aventura de descubrir el paso del Noroeste. Mientras navegaba por entre aquel laberinto de islas e hielo, llegó a la desafortunada conclusión de que la bahía que Sebastián Cabot había divisado por primera vez setenta años atrás era, sin duda alguna, la puerta de entrada al paso del Noroeste, por lo que convenció a todo el mundo en un craso error que se cobraría un buen número de vidas, ilusiones y energías hasta que se descubrió el verdadero paso.

En 1585, Frobisher tomó parte, como vicealmirante, en una expedición que comandaba el famoso corsario inglés sir Francis Drake a las Indias Occidentales con el único propósito de atacar a los galeones españoles y a las ciudades costeras. Tres años más tarde, Frobisher fue puesto al mando de la nave de guerra Triumph, con la que participó contra la Armada Invencible española. Gracias a su valentía y decisión en los momentos de la batalla, Frobisher fue nombrado caballero por la reina. En pago a sus servicios a la Corona inglesa, en 1593 fue nombrado juez de paz del distrito de West Riddling, en Yorkshire, empleo tranquilo y bien remunerado pero que a Frobisher acabó por aburrirle. Cansado de soportar una vida campestre que no cuadraba con su carácter inquieto y aventurero, en 1592 se puso al frente de una flota equipada por el otro gran corsario inglés, sir Walter Raleigh, para acosar a los barcos mercantes españoles que regresaban a España cargados de oro y plata.

Frobisher ayudó al rey francés Enrique IV (1589-1610) en la lucha intestina que éste venía desarrollando con la Corona de España. A tal efecto, Frobisher se puso al mando de una pequeña flota de guerra costeada por Inglaterra con la que patrulló por aguas del canal de La Mancha y de las costas norteñas de España. En noviembre de 1594, Frobisher fue destinado a socorrer las plazas portuarias francesas de Brest y Corzon, asediadas por las tropas españolas. En un momento de la lucha, Frobisher fue herido mortalmente y fue trasladado de inmediato al cuartel general de la armada británica en Plymouth, donde falleció a finales de ese mismo mes.

Las entrañas de Frobisher fueron enterradas en la iglesia de St. Andrews de Plymouth, mientras que su cuerpo fue trasladado a Londres con toda la pompa que requería, para ser enterrado en la iglesia de St. Gill. En 1862, la prestigiosa Haklecyt Society publicó una magnífica relación de todos sus viajes por Canadá.

CHG

Autor

  • Carlos Herraiz García