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PeriodismoLiteraturaBiografía

Fredriksson, Marianne (1927-2007).

Novelista y periodista sueca, nacida en Gotemburgo en 1927 y fallecida en Österskär, el 11 de febrero de 2007. Escritora de vocación tardía, a los cincuenta y tres años de edad dio a la imprenta su primera novela, titulada Eva (1980), aunque el éxito no le llegó hasta 1977, cuando publicó Las hijas de Hannah (1997), obra que se convirtió de inmediato en un best-seller mundial, traducido a más de veinticinco idiomas, y que dio pie a que la crítica literaria internacional acuñara la etiqueta "estilo Fredriksson" para referirse a la escritura caracterizada por su extraordinaria capacidad de reflejar las relaciones humanas, por medio de un estilo claro y poético en el que sobresalen el realismo, la honradez y la sensibilidad.

Inclinada desde su juventud hacia el cultivo de las disciplinas humanísticas, Marianne Fredriksson se dio a conocer en su país natal dentro del ámbito periodístico, donde desplegó una brillante trayectoria profesional que la llevó hasta el cargo de redactora jefe en el prestigioso rotativo Svenska Dagbladet. Casada y madre de dos hijos, a los cincuenta años de edad experimentó una profunda crisis personal que la empujó hacia la escritura de ficción, campo en el que se dio a conocer por medio de la citada novela Eva (1980), que constituyó un gran éxito de ventas en Suecia, aunque no traspasó las fronteras del país escandinavo.

Casi veinte años después, la aparición de La hijas de Hannah (1997) se convirtió en un éxito sin precedentes no sólo en su país natal, sino también en Holanda y Alemania, donde mereció el título de "Libro del Año" y desde donde se difundió al resto de Europa y a otros muchos países del mundo (sólo en España, la traducción de esta obra había alcanzado en el año 2000 las diez ediciones). Dentro de la línea temática que caracteriza toda su producción narrativa (la poderosa influencia del entorno social y familiar, frente a la libre voluntad de cada individuo), esta novela de Fredriksson presenta la figura de una mujer madura que intenta descifrar las claves de su existencia indagando en los secretos que envolvieron las vidas de su madre y de su abuela.

Previamente, Marianne Fredriksson había escrito otra novela titulada La historia de Simón, redactada hacia mediados de los años ochenta, aunque no vio la luz hasta 1999, fecha en la que la autora de Gotemburgo volvió a encaramarse en el número uno de las listas de libros más vendidos en Suecia, Holanda y Alemania. Con la exquisita sensibilidad y la agudeza en el trazo de caracteres que ya había exhibido en otras obras, Fredriksson relata aquí los problemas de personalidad del pequeño Simón, un niño adoptado que intenta tomar conciencia de su propia identidad. Los padres adoptivos del joven protagonista son Erik, un humilde constructor de barcos, y Karin, una mujer sensible pero de gran fortaleza y voluntad, que siempre se muestra dispuesta a sacrificarse en beneficio de los demás. Criado en un entorno idílico que invita a la ensoñación y la aventura (una casa de madera en la costa de Gotemburgo, a las orillas de un río que discurre, próximo ya a su desembocadura en el mar, entre bosques de robles plagados de belleza y misterio), la aparente calma que parece envolver a la familia se ve enturbiada por la violenta ola de antisemitismo que está invadiendo Europa, y que comienza a crear algunas dificultades en el pequeño Simón, ya que sus compañeros de escuela se burlan de su aspecto físico. El niño, moreno y menudo, capta la tensión que se apodera de Erik y Karin, y, a pesar de que éstos continúan ocultándole sus orígenes, decide adentrarse en la búsqueda de su propia identidad. A pesar de que el protagonista es un muchacho, ésta es la novela de Marianne Fredriksson que contiene más elementos autobiográficos; sin embargo, la autora no permite que la emoción de sus recuerdos solape los rasgos más visibles de su peculiar estilo narrativo: valiéndose, como en otras novelas suyas, de la recreación de una saga familiar, Fredriksson vuelve a conmover al lector merced a su extrema sensibilidad, a su maestría en el reflejo de las relaciones familiares, a su excepcional trazado de los perfiles psicológicos de sus personajes y, sobre todo, al retrato de una serie de gestos y actos que, desde su apariencia nimia, acaban adquiriendo un valor fundamental a la hora de perfilar la dimensión humana de los protagonistas.

De 1997 -aunque publicada tres años después- es otra importante novela de Marianne Fredriksson, Aves migratorias (2000), en la que el complejo laberinto de las relaciones humanas se analiza, ahora, desde el ámbito de la amistad, sin que por ello pierdan importancia otros ingredientes temáticos que, como los vínculos familiares y la búsqueda de la propia identidad, constituyen las señas identificativas de la prosa de la autora sueca. De nuevo en un espacio natural dotado de gran belleza (la Suecia de los grandes lagos y la prolongada oscuridad invernal), dos personajes femeninos van a verse obligados a indagar en sus respectivos pasados. Se trata de la sueca Inge y de la exiliada chilena Mira, dos mujeres que no sólo tienen muchos rasgos en común entre sí, sino que los comparten también con la propia autora: ambas son luchadoras que, después haber sacado adelante a sus hijos con su único esfuerzo, deben reanudar sus propias vidas en medio de un gran vacío de identidad. Poco a poco, el estrechamiento de la amistad entre Inge y Mira va dejando entrever algunas diferencias notables: la primera es una mujer fría y racional, dotada de una gran cultura pero lastrada de cierto distanciamiento que, en no pocas ocasiones, le impide establecer vínculos afectivos con quienes la rodean; por su parte, Mira es abierta y temperamental, obstinada en mirar siempre adelante para huir de todos los obstáculos que se han cruzado en su pasado (la dictadura política y la sumisión dentro un matrimonio fracasado). Con su poderoso aliento narrativo, Marianne Fredriksson va a conseguir que de esta diversidad de temperamentos surja, precisamente, la necesidad que ambas tienen de enfrentarse con sus respectivos pasados, por más que Inge crea tener pocos recuerdos que merezcan la pena, y Mira se niegue a escarbar en su penosa historia reciente. Pero ambas se imponen la sinceridad absoluta como fundamento indispensable para su amistad, y a través de este ejercicio de memoria sincera acaban saliendo a la luz los secretos ocultos de ambas, como los fracasos matrimoniales o la búsqueda de una hija desaparecida en el Chile de la dictadura militar.

Autor

  • José Ramón Fernández De Cano