Ferreira, António (1528-1569).
Poeta y dramaturgo portugués, nacido en Lisboa en 1528 y fallecido en 1569. Conocido en la historia de las Letras lusas como el "Horacio portugués", fue uno de los principales discípulos del gran poeta renacentista Francisco Sá de Miranda, e influyó a su vez notablemente en la producción literaria de otros autores portugueses del siglo XVI (entre ellos, su coetáneo Luis de Camões). Defensor de los nuevos modelos poéticos procedentes de la literatura italiana, así como de una vuelta a las fuentes clásicas grecolatinas (principalmente, en lo referente al género dramático), está considerado como uno de los más destacados representantes del humanismo renacentista en lengua portuguesa.
Volcado desde su juventud hacia el conocimiento de las Letras, cursó estudios superiores de Leyes en la Universidad de Coimbra, donde pronto comenzó a ejercer labores de jurista y ganó prestigio de hombre sabio, lo que le permitió ocupar una cátedra en su alma mater. Conocido y respetado tanto por sus amplios saberes jurídicos como por su novedoso quehacer literario, se relacionó con los principales escritores de su tiempo (como, al margen de los ya citados, Diogo Bernardes, Anrique Aires Vitória, Jerónimo de Corte-Real y Pêro Andrade Caminha) y gozó del favor y la amistad de los personajes más ilustres de la corte de Juan III.
En su condición de poeta, António Ferreira se distinguió por el cultivo de algunas formas clásicas como la elegía, la epístola y la oda, dentro de esa corriente general que, en todas las culturas del Occidente europeo de la primera mitad del siglo XVI, volvió los ojos hacia la antigüedad grecolatina. Pero, al mismo tiempo -tal y como sucedió, por ejemplo, en España a partir de las obras de Boscán y Garcilaso-, defendió con entusiasmo los nuevos metros y argumentos de la poesía italiana de la época, y se convirtió -también en justa correspondencia con la revalorización de las lenguas vernáculas que se estaba produciendo en Italia, en Francia y en España- en uno de los mejores adalides de la elevación del portugués a la categoría de lengua literaria, frente al papel preponderante que, hasta entonces, venían desempeñando entre los escritores lusos el latín y el castellano.
Por lo demás, los poemas de António Ferreira que se han conservado hasta nuestros días le configuran como uno de los principales discípulos -si no el más destacado- del susodicho Sá de Miranda, cuya influencia se advierte muy especialmente en las epístolas del poeta lisboeta, inspiradas siempre por la estética y el sentido de la moral de los maestros humanistas, y caracterizadas fundamentalmente por su estilo claro y vigoroso, así como por su valiente y decidida actitud crítica contra la sociedad de su época (en un ejercicio de integridad moral que recuerda más que nunca a Sá de Miranda). Recogidos y organizados por el propio hijo del poeta, Miguel Leite Ferreira, estos poemas de Ferreira no vieron la luz hasta treinta años después del fallecimiento de su autor, cuando fueron publicados bajo el título de Poemas Lusitanos (1598).
En su faceta de dramaturgo, António Ferreira se destacó por el cultivo de la comedia y la tragedia, aunque apenas han llegado hasta nuestros días algunas muestras de este quehacer dramático del jurista lisboeta. Tal vez su pieza más célebre en su tiempo -y, sin lugar a dudas, la que más importancia histórica ha cobrado desde la perspectiva actual- sea la tragedia titulada Inés de Castro (o, simplemente, Castro), que fue publicada en 1587 pero había sido estrenada muchos años antes, como fácilmente puede deducirse del claro influjo que dejó en una las obras más universales de las Letras lusas, el poema Os Lusíadas de Camões, que vio la luz en 1572. Con esta obra, António Ferreira se convirtió en uno de los primeros autores que adaptó los contenidos y la naturaleza genérica de la tragedia clásica a las nuevas reglas de la época moderna, en la misma línea de otras tragedias de su maestro Sá de Miranda, y de otros dramaturgos del Renacimiento lusitano, como el ya citado Anrique Aires Vitória.
Además de esta famosa pieza teatral, António Ferreira fue autor también de, al menos, dos amenas comedias. Se trata de Bristo y Cioso, dos obras escritas a imitación de los comediógrafos latinos, que, aunque estrenadas también en vida de su autor, no pasaron por la imprenta hasta 1622.
Bibliografía
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LAPA, M. R. de: Sá de Miranda. Obras completas, Lisboa, 1976.
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ASENSIO, E.-PINA MARTINS, J. V. de: Luís de Camões: el humanismo en su obra poética. Los Lusíadas y las "Rimas" en la poesía española: 1580-1640, París, 1982.
J. R. Fernández de Cano.