Fernández Gómez, Pedro, o «Niño de Aranjuez» (1954-VVVV). El torero que destacó en el mundo de los toros

Pedro Fernández Gómez, conocido en el mundo taurino como el «Niño de Aranjuez», es uno de los nombres más recordados de la historia de la tauromaquia española. Nacido el 15 de febrero de 1954 en el Real Sitio de Aranjuez (Madrid), este matador de toros ha dejado una huella imborrable en la tradición de la Fiesta Brava. A pesar de una carrera marcada por altibajos y momentos de gloria, su arte y dedicación al toreo le aseguraron un lugar destacado en los recuerdos de los aficionados. A continuación, se repasarán los aspectos más relevantes de su vida y carrera, desde sus humildes inicios hasta sus momentos de mayor esplendor.

Orígenes y contexto histórico

Pedro Fernández Gómez nació en un entorno profundamente ligado a la cultura taurina. La ciudad de Aranjuez, conocida por su riqueza histórica y su vínculo con la realeza española, sirvió de escenario para su primer contacto con el mundo de los toros. Desde joven, demostró ser un apasionado de la tauromaquia, lo que lo llevó a seguir una carrera en la que el sacrificio, la valentía y la destreza son claves para alcanzar el éxito.

En su infancia, Pedro ya soñaba con ser torero, pero no fue hasta los 19 años que se presentó oficialmente en público. El 29 de abril de 1973, debutó como novillero en la localidad madrileña de San Martín de la Vega, un acontecimiento que marcó el inicio de su carrera. Durante ese primer paso en el mundo taurino, su destreza y su capacidad para conectar con la afición le auguraron un futuro prometedor en la profesión.

Logros y contribuciones

A partir de 1974, Pedro Fernández Gómez comenzó a destacarse como novillero, logrando numerosos triunfos que le abrieron las puertas a las plazas de mayor relevancia. A lo largo de ese año, su nombre empezó a ser mencionado con frecuencia en los círculos taurinos, y su ascenso fue imparable. En 1976, ya se encontraba en los primeros puestos del escalafón novilleril, lo que le permitió debutar en su primer festejo picado en el coso de Las Ventas, en Madrid, el 9 de marzo de 1977. Ese día, acompañado de los novilleros Ángel Majano («Palomo II») y Juan de Dios Lozano, se enfrentó a reses de la ganadería de Lucio Muriel, demostrando ante la afición madrileña que estaba preparado para dar el gran paso hacia el matadero profesional.

El paso a matador de toros

El gran día llegó el 19 de junio de 1977, cuando el «Niño de Aranjuez» debutó como matador de toros en la plaza Monumental de Las Ventas, la más prestigiosa de España. En esa ocasión, compartió cartel con los novilleros Faustino Barragán («Gitanillo Rubio») y José Castilla, enfrentándose a toros de la ganadería de Sotillo Gutiérrez. El evento fue un hito en su carrera, pues ante la exigente afición de Madrid, Pedro demostró que estaba listo para asumir la responsabilidad de la alternativa.

El siguiente paso fue un hito aún mayor. El 4 de septiembre de 1977, Pedro recibió la alternativa de manos del reconocido matador Santiago Martín Sánchez («El Viti») en su ciudad natal, Aranjuez. Fue un acto cargado de emoción y simbolismo, que le permitió ingresar al selecto círculo de los matadores de toros. En esa ocasión, Pedro se enfrentó a un toro de la ganadería de Baltasar Ibán, llamado Fusilero, que pesaba más de 500 kilos. Este evento marcó un antes y un después en su carrera, consolidando su lugar en la historia de la tauromaquia.

Confirmación en Las Ventas

El 20 de mayo de 1978, «El Niño de Aranjuez» confirmó su alternativa en la Plaza de Las Ventas, en el marco de la feria de San Isidro. En esa tarde, estuvo acompañado por el matador Gabriel de la Casa Pazos y como testigo de la confirmación, actuó Roberto Domínguez Díaz. En esta fecha, Pedro demostró una vez más su capacidad para enfrentarse a toros de gran exigencia y mantener la compostura ante una de las plazas más exigentes del mundo.

Momentos clave en su carrera

La carrera de Pedro Fernández Gómez estuvo llena de momentos que marcaron su paso por el mundo de los toros. A pesar de los triunfos y el reconocimiento de la afición, también vivió episodios difíciles que pusieron a prueba su resistencia y su amor por el toreo.

La cornada de 1978

El 28 de mayo de 1978, sólo días después de confirmar su alternativa en Las Ventas, Pedro sufrió una grave cornada durante una corrida. El toro que le asestó la herida era un ejemplar de la ganadería de Victorino Martín, un nombre que en el mundo taurino siempre ha sido sinónimo de gran peligrosidad. A pesar de la gravedad de la cornada, el «Niño de Aranjuez» no se rindió y, en un acto de valentía y profesionalismo, participó en la corrida de Beneficencia de ese mismo año. En esa corrida compartió cartel con los matadores Francisco Ruiz Miguel y José Luis Feria Fernández («Galloso»), demostrando así su coraje y su determinación.

Los años difíciles

Tras varios años de éxito, la carrera de Pedro Fernández Gómez comenzó a declinar debido a los múltiples percances que sufrió en las plazas. El 29 de julio de 1984, sufrió una grave herida en Madrid, lo que marcó el inicio de su descenso en el escalafón taurino. Aunque intentó continuar su carrera, las ofertas comenzaron a escasear y su presencia en las plazas fue cada vez más esporádica. Durante los años 1985 y 1986, sólo toreó en un número reducido de ocasiones, y su nombre fue desapareciendo poco a poco del circuito de las grandes corridas.

Relevancia actual

Aunque su carrera fue corta, la figura de Pedro Fernández Gómez sigue siendo recordada con cariño y admiración por los aficionados al toreo. Su arte, su estilo depurado y su valentía siguen siendo una inspiración para las nuevas generaciones de toreros. Hoy en día, se le recuerda como un ejemplo de dedicación al arte del toreo, que, a pesar de los obstáculos, logró ganarse un nombre en la historia de la tauromaquia.

El «Niño de Aranjuez» también es un referente para los jóvenes novilleros, que ven en su figura un modelo de superación. A pesar de que su carrera profesional terminó prematuramente, su legado como torero perdura, y su historia sigue viva en el corazón de los que disfrutan del arte de la tauromaquia.

En la actualidad, Pedro Fernández Gómez es recordado no solo por sus logros en el ruedo, sino también por su actitud frente a las adversidades. A lo largo de su carrera, demostró que el toreo es un arte que exige sacrificio, pero también una gran pasión y respeto por la tradición.

Bibliografía

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Fernández Gómez, Pedro, o «Niño de Aranjuez» (1954-VVVV). El torero que destacó en el mundo de los toros". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/fernandez-gomez-pedro [consulta: 18 de octubre de 2025].