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HistoriaLiteraturaBiografía

Fernández de Velasco, Pedro (1399-1470)

De famila de origen alavés o vizcaíno, su fortuna procedía de los beneficios obtenidos por su padre y su abuelo de los reyes Juan I y Enrique III, respectivamente. Los dominios que heredó abarcaban buena parte de las actuales provincias de Burgos y Logroño, extendiéndose además por Palencia y Alava. Desde su juventud destacó en las innumerables banderías que envolvieron a todo el territorio peninsular durante los reinados de Juan II y Enrique IV. Así, durante la guerra con Aragón del año 1429, se encargó de la defensa de la frontera con Navarra. En 1430 obtuvo el condado de Haro y pasó a formar parte de la oligarquía nobiliaria contraria al ascenso del Condestable don Álvaro de Luna. No obstante, su imparcialidad hizo que todas las partes contendientes en la guerra aceptasen su papel como mediador en el denominado Seguro de Tordesillas (1439). Este seguro consistió en entregarle dicha ciudad castellana para que, después de desalojarla de soldados, se reunieran en ella los cabezas de todas las banderías contendientes, incluido el propio Juan II de Castilla, quien se sintió humillado por aparecer ante los demás no como el rey sino como uno más de los contendientes. Las negociaciones del seguro fueron un fracaso, pero supusieron el inicio de los tratados que habían de acabar la guerra, amén de servir para demostrar la soledad en que se hallaba el Condestable, que no contaba sino con el apoyo regio.

Lo sucedido en estas negociaciones motivó la única contribución del llamado buen Conde de Haro a la literatura: la crónica del Seguro de Tordesillas, fechada en el propio año de 1429 y dada a la imprenta en el siglo XVIII por Pedro Mantuano (1784). Con posterioridad a estos hechos y desde 1441, el conde se mantendrá a distancia de los contendientes para no poder ser acusado de rebeldía al rey: el Condestable hizo valer la condición regia de su bando frente a la rebeldía de los Infantes de Aragón o el conde de Benavente. Tal empeño en defender la figura regia le llevó a intentar liberarlo en 1443 cuando, tras el golpe de estado de Rámaga, quedó el rey prisionero de los nobles. Tras fracasar en el empeño, el conde, en unión de Pedro Álvarez Osorio, encabezará la resistencia contra la liga de nobles rebeldes en el norte de Castilla. No acabó su actuación con el reinado de Juan II, sino que ya bajo Enrique IV, gobernó Castilla como regente en compañía del arzobispo de Toledo, Alfonso Carrillo, durante la expedición del rey contra Granada en 1455. Asimismo, durante las guerras entre Enrique y los Reyes Católicos, ambos bandos pugnaron por ganarse su confianza, siendo finalmente el de Isabel y Fernando el elegido por el conde, aunque inicialmente mantuviera su fidelidad a Enrique. Como ejemplo final, bástenos mencionar que en 1450 y ante la merma de su poder, don Álvaro de Luna trató de ganarse al conde don Pedro ofreciéndole el matrimonio de su único hijo con una hija del de Haro. Mucho más importante que su ya citada y pobre obra literaria es la aportación del Conde de Haro a la historia de nuestra cultura, gracias a la impresionante biblioteca que logró reunir y que depositó en el hospital para caballeros ancianos fundado por él en Medina de Pomar, ciudad en la que falleció en el año 1470.

Bibliografía

  • LAWRANCE, JEREMY N. H.- “Nueva luz sobre la biblioteca del conde de Haro: inventario de 1455”, El Crotalón. Anuario de Filología Española, 1 (1984), 1073-1111.

Autor

  • G.F.S.E.