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PolíticaHistoriaBiografía

Fernández de Lugo, Alonso (¿-ca. 1550).

Administrador colonial español nacido en fecha desconocida en las islas Canarias y muerto hacia 1550 en Milán. Gobernador de Santa Marta y adelantado del Nuevo Reino de Granada, dio algún impulso a la colonización y desarrolló un mandato lleno de irregularidades guiadas por el ánimo de lucro.

Su padre, Pedro Fernández de Lugo, fue adelantado de Canarias y gobernador de Santa Marta, ciudad a la que le acompañó en 1536. Huyó a España con el botín conseguido en su expedición a los taironas, pero, pese a la acusación paterna, logró salir libre de cargos y sucederle luego en el gobierno samario. Se encontró entonces el problema de que Gonzalo Jiménez de Quesada reclamaba el Nuevo Reino de Granada que acababa de descubrir. Fernández de Lugo movió relaciones e intrigas en la corte para demostrar que dicho territorio era suyo, por ser descendiente del gobernador de Santa Marta, que había enviado la expedición de Quesada, y logró ser reconocido como adelantado del Nuevo Reino de Granada, quitándole tal honor a Quesada.

Organizó una gran expedición colonizadora con 300 hombres y desembarcó en el cabo de la Vela el año 1542. Allí se detuvo algún tiempo para cobrar los derechos que según él se le debían por la pesca de las perlas, en razón de lo convenido por la corona con su padre. El tesorero real se negó a pagarle y Lugo le arrebató las llaves y abrió las cajas reales para cobrarse por sí mismo. Luego fue al Valle de Upar y de aquí al río Magdalena, donde se concentraron sus tropas, ganados, etc. Siguió entonces la ruta de penetración descubierta por Jiménez de Quesada y alcanzó Vélez en 1543 con 65 soldados supervivientes. Allí presento sus títulos y se le aceptó como tal adelantado, lo que también se hizo luego en Bogotá.

La codicia del gobernador, a quien solo satisfacía el oro y las esmeraldas, se manifestó de inmediato. Anuló los repartimientos de indios dados por Quesada y se embolsó los tributos cobrados a los indios, operación que repitió en Tunja. Redujo a prisión a los oficiales que se quejaron de sus arbitrariedades, y encarceló a Hernán Pérez de Quesada, cuando volvió fracasado de su expedición al Dorado. También detuvo y arrebató su fortuna a Gonzalo Suárez Rendón, el fundador de Tunja, cosa que repitió con varios vecinos ricos. Peor fue haber ordenado al alcaide Diego Sánchez de Santana que apresase y matase al notario Bartolomé Sánchez por haber aceptado algunos testimonios contra su persona.

Enterado de la existencia de minas de oro en la tierra de los indios panches, comisionó su conquista al capitán Hernán Venegas, que venció a los naturales y fundó en su territorio la ciudad de Tocaima (1544), a orillas del río Bogotá. Tras desterrar a los Quesadas, que tuvieron que apelar a la Audiencia de Santo Domingo, decidió regresar a España a fines de 1544. Dejó el gobierno a cargo de su pariente el capitán Lope Montalvo de Lugo y, tras recoger todo el oro y esmeraldas que pudo, se dirigió a Santa Marta, llevando presos a Suárez Rendón y Martín Galeano. Allí compró una nave y se fue al Cabo de la Vela, donde sus rehenes quedaron en libertad y fue detenido por las autoridades, que le obligaron a restituir lo que había robado anteriormente de las cajas reales.

En La Habana le incautaron cuanto llevaba a causa de las quejas que habían dado contra él los Quesadas, pero logró convencer al gobernador de la Isla, Juan de Ávila, para que le dejase continuar su viaje a España. En la Península gastó su hacienda en restituir a algunos lo que les había robado y en comprar voluntades. Finalmente fue nombrado coronel de Infantería y destinado a Córcega, donde estuvo algún tiempo, pasando luego a Milán, donde murió.

Bibliografía

  • HENAO, J. M. Y ARRUBLA, G. Historia de Colombia. Bogotá, 1967

MLS

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  • 0201 MLS