Estevan Maella, Hermenegildo (1851-1945).
Pintor español nacido en Maella (Zaragoza) en 1851 y fallecido en Roma en 1945. Pasó su niñez en Caspe, donde estudió con el pintor Agustín Llop. Más tarde, estudió Derecho en Zaragoza, al tiempo que continuaba su formación con un artista local, Marcelino de Unceta, en pleno Sexenio Revolucionario. Pasó a Madrid, supuestamente para preparar oposiciones al cuerpo jurídico; sin embargo, ingresó en la Escuela de Acuarelistas al tiempo que seguía clases en la Escuela de Bellas Artes de Madrid, donde quedó impresionado con el maestro Carlos de Haes.
En 1882, ganó plaza de pensionado de paisaje en la Academia Española de Roma; en 1890, ganó una tercera medalla en la Exposición Nacional, con un cuadro de tema veneciano titulado Riva degli Schiavoni, que finalmente fue adquirido por el Estado. Aunque participó en otros eventos similares, como también en tres exposiciones internacionales (París, Berlín y Múnich), no obtuvo premio; la crítica, no obstante, fue siempre muy elogiosa con su trabajo. Como tantos otros becarios, Estevan viajó por Francia, Bélgica y Holanda.
Agotado el periodo de disfrute de la beca, en 1896 era nombrado secretario de la Academia Española de Roma a propuesta de su director, Vicente Palmaroli. En este puesto estuvo hasta su jubilación, a finales de 1933, lo que suma un total verdaderamente asombroso de cuarenta y seis años. Por ello, no debe extrañar el hecho de que se convirtiese en un personaje habitual de los círculos romanos, a quien llegaron a comprar cuadros el papa Benedicto XV y la Casa Real de Italia; tampoco sorprende que se hiciese merecedor de distinciones como la Encomienda de la Corona de Italia.
Entre los honores recibidos en España, los dos principales son los nombramientos como académico correspondiente de la de San Luis en Zaragoza y la de San Fernando en Madrid. En 1935, el Círculo de Bellas Artes de Madrid organizó una exposición individual con sesenta de sus cuadros. En 1945, recibió la medalla de honor del Salón de Artistas Aragoneses. En ese mismo año moría en Roma, donde había regresado no se sabe si movido por la nostalgia o por los horrores pasados durante la Guerra Civil.