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HistoriaBiografía

Ermesinda, Condesa de Barcelona (972-1058).

Condesa de Barcelona, nacida en el año 972 y muerta en el castillo de Besora (Vich) en 1058. Hija del conde de Carcasona Roger I el Viejo, contrajo matrimonio hacia el año 900 con el conde Ramón Borrell III, del que recibió como dote el condado de Ausona. Fue mujer de notables cualidades físicas, que supo utilizar sabiamente; asidua acompañante de su esposo en campañas militares y actos civiles, ayudó a éste en la reconstrucción del territorio, que Almanzor y sus huestes habían devastado. Al quedar viuda, en calidad de tutora de hijo Berenguer Ramón I, se hizo cargo de la regencia del condado hasta la mayoría de edad de éste; juntos gobernaron durante algún tiempo, hasta que el hijo se cansó de luchar contra las ambiciosas miras de su madre. Éste murió en 1035 y de nuevo la ambiciosa abuela intrigó entre la nobleza para obtener la custodia de su nieto Ramón Berenguer I el Viejo, que tan sólo contaba tres años. Los odios familiares se recrudecieron y provocaron encarnizados odios y sangrientas luchas intestinas que agitaron país de tal manera que hubo de instaurarse la llamada tregua de Dios, que suspendía los enfrentamientos durante ciertas festividades religiosas. La descontenta Ermesinda aún llevó sus maquinaciones más lejos, siempre en la intención de vengarse de su nieto. Se alió con Blanca, esposa repudiada de Ramón Berenguer, para lograr que el Papa excomulgara a los nuevos esposos, lo que a su vez ponía en entredicho a la Iglesia de Cataluña. En los últimos años de su vida, puso fin a sus pretensiones de poder y depuso su codiciosa actitud; concedió a su nieto los derechos a los condados de Gerona, Barcelona, Ausona y Manresa; le prestó juramento y fidelidad, y asimismo, prometió que intercedería ante el Supremo Pontífice para que levantara la pena de excomunión. En recompensa a la cesión recibió una importante cantidad de dinero que invirtió en la construcción de la catedral de Gerona de la que, muy acorde con la moral de la época, era solemne devota y en la que reposa su cuerpo. Murió a los ochenta y cinco años, y nuevamente demostró cual era su carácter al revocar el nombramiento de albacea que había hecho en favor de su nieto el año anterior.

Autor

  • lu