Enrique II, Rey de Inglaterra (1133-1189).
Rey de Inglaterra, hijo de Godofredo Plantagenet, conde de Anjou, y de Matilde, hija de Enrique I, nacido en 1133 y muerto en 1189. Duque de Normandía en 1150, conde de Anjou al año siguiente y duque de Aquitania tras su matrimonio con Leonor en 1152, tras la muerte de Estebanle sucedió en el trono inglés en 1154.
Heredó un país sumido en la anarquía y el descontento social, donde la posición del rey estaba peligrosamente amenazada por el aumento de poder de la Iglesia y los barones. Procedió entonces, y de manera fulminante, a restablecer el orden y recuperar el poder de la monarquía sobre sus vasallos; recobró las plazas que habían sido enajenadas a la corona. Abolió muchos de los títulos concedidos por su antecesor y creó a su vez algunos nuevos con figuras afines a él, a continuación marchó a Francia para poner orden y exigir el vasallaje de sus posesiones continentales, a la vez que en 1156 ofrecía el suyo propio a Luis VII, Rey de Francia como duque de Aquitania. Al año siguiente regresó a Inglaterra, donde continuó su política de acrecentamiento del poder real, al tiempo que, aprovechando una revuelta en Escocia, se hizo entregar por el rey los territorios de Cumberland y Northumberland. Entre tanto en Gales buscó el equilibrio entre los príncipes de este país y los barones de las Marcas, de origen normando. En los años siguientes mantuvo diversos enfrentamientos con el rey francés de los cuales no obtuvo ningún beneficio. Regresó a Inglaterra en el año 1163.
LLevó a cabo una intensa labor legislativa y centralizadora del estado, lo que chocó con los intereses de la Iglesia y los barones. En las Constituciones de Claredon de 1164, recobró su control sobre la Iglesia, pero esto le enfrentó a Thomas Becket, arzobispo de Canterbury. Roma se negó a reconocer las concesiones de Claredon, por lo que el rey decidió atacar la figura de su oponente, Becket. Para ello recurrió a la gestión que éste había realizado anteriormente como canciller del reino. El arzobispo entonces abandonó Inglaterra, con lo que el rey ocupó Canterbury y expulsó de allí a los partidarios de éste. Fue entonces a Francia, para aplacar a sus vasallos continentales que se habían sublevado a causa de las intrigas del rey francés. Al mismo tiempo inició negociaciones con el papado para que se admitiesen sus pretensiones reformistas.
El rey de Francia obligó a Enrique a entrevistarse con el prelado de Canterbury y a que éste volviese a Inglaterra recuperando su posición anterior. Becket, de vuelta en Canterbury, procedió a la destitución de los obispos que habían apoyado al rey y éste, profundamente molesto, le hizo ejecutar en la catedral; era el año 1170. Este acto provocó fuertes protestas, y la excomunión del monarca, por lo que el rey se vio obligado a realizar pública penitencia. El papado, en una situación muy crítica, fue incapaz de enajenarse la enemistad del rey, por lo que en 1172 éste fue absuelto. En el intervalo, Enrique pasó a Irlanda donde recuperó los territorios conquistados unos años antes por Strongbow.
En 1173, el rey de Francia junto con el de Escocia, el conde de Flandes y los hijos de Enrique, atacó al monarca. Intentaron colocar en el trono a Enrique el Joven, pero la revuelta fue fácilmente sofocada. Diez años después se sublevaron sus hijos con el apoyo del rey de Francia; esta revuelta fue más difícil de solucionar que la anterior y sólo la muerte del joven Enrique acabó con las intenciones de los insurrectos. Una vez más, en 1188 estalló la guerra, y de nuevo el rey de Francia, ahora Felipe Augusto, se encontraba tras el levantamiento, apoyando esta vez a Ricardo, segundo hijo del rey inglés. Enrique fue derrotado y tuvo que pedir la paz, en 1189. Murió de pena al enterarse de que su hijo menor, Juan Sin Tierra formaba parte también de los conjurados. Le sucedió su hijo Ricardo Corazón de León.
Enrique fue el primer soberano inglés en dominar Gales, Escocia e Irlanda y también el que estableció las leyes por las cuales se privaba de su poder feudal a la Iglesia y los nobles, lo cual sentaría las bases para el futuro sistema político inglés.
JACJ