Natural de Estella, Miguel de Eguía (ca.1495-1546 a quo) es conocido sobre todo por su labor como impresor en Alcalá de Henares, donde puso su taller al servicio de la Universidad Complutense, aunque tuvo también taller de impresión en Toledo, Valladolid, Logroño y, desde 1523 hasta su muerte, en Estella. Aparte de esto, se le ha atribuido la autoría de una obra titulada La Memoria de la Pasión de Cristo nuestro Señor que él mismo publicó en 1529 y que, al decir de Simón Díaz, no ha sido vista "por ningún bibliófilo moderno".
Popular por sus ediciones de Erasmo, de las que fue pionero en nuestro país, publicó el Enchiridion, la Paraclesis y el Christiani hominis institutum, seguidos, un mes después, por De copia, De ratione studii y De componendis epistolis, las tres en un solo volumen, en 1525. Poco después, imprime la Precatio dominica, la Paraphrasis in Tertium Psalmum y el De libero arbitrio, de nuevo las tres en un volumen, y las paráfrasis de los Evangelios y la Epístolas. Asimismo, en 1527, publicó las traducciones de los Comentarios de los Salmos y el Sermón de la infinita misericordia, del holandés, traducidos por alguien que no firmó su obra. A fines de 1528, acometía el impresor la reedición del Sermón, acompañado esta vez de la Declaración del Pater noster. Fue asimismo de las prensas de Eguía de donde salió en 1529 el Diálogo de doctrina cristiana de Juan de Valdés. No obstante, la imagen de Eguía como impresor erasmista no deja de ser parcial, toda vez que su taller toledano dio a la luz en 1526 el libro La vida y excellencias y milagros de la Sacratíssima Virgen María, traducción castellana de la obra catalana de Miguel Pérez, que despertó las iras de Juan de Valdés, por su rechazo de la devoción mariana y, aún más, a la altura de 1536, publicó en Alcalá, bien que en ambiente ideológico muy diferente, la obra del Príncipe de Carpi Contra las blasfemias de Lutero y algunos dichos de Erasmo Rotherodamo. Traducido de latín en castellano, para utilidad de muchos hombres sabios que por carecer de lengua latina son privados de doctrina tan fiel y provechosa, libro que Bataillon ha calificado de "suma de antierasmismo". No obstante, no podemos saber hasta que punto pesó en el ánimo de Eguía el proceso que por "luterano" había sufrido cinco años atrás al ser acusado por la iluminada María Hernández en un proceso incoado contra ella. Sin embargo no se trataba de luteranos, sino de alumbrados erasmizantes, aunque las declaraciones de varias personas pudieron hacer pensar a lo inquisidores que se hallaban ante un brote de luteranismo en Castilla. Parece, no obstante, que la Inquisición no lo tomó de forma excesivamente celosa, habida cuenta de la magnitud de la acusación, pues sólo dos personas fueron relajadas al brazo secular. Eguía, interrogado en 1530, es encarcelado en 1531 y aún seguía preso en 1533, aunque parece que fue puesto en libertad poco después. Eguía había sido ganado para el movimiento alumbrado por el sacerdote Juan López de Selaín, que trabajaba al servicio del Almirante don Fadrique Enríquez en una campaña evangelizadora.
Bibliografía
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BATAILLON, M., Erasmo y España. Madrid, FCE, 1994.
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SIMÓN DÍAZ, J., Bibliografía de la literatura española. Madrid, CSIC,1959.
