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PinturaBiografía

Domínguez Sánchez, Manuel (1840-1906)

Pintor español; nació en Madrid el 21 de diciembre de 1840 y murió en Cuenca el 15 de abril de 1906. Fue discípulo de Federico de Madrazo en la Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid hasta 1864, año en el que, concluidos sus estudios, se traslada a Roma con una beca. A su vuelta, es nombrado profesor auxiliar de la misma escuela en la que cursó estudios.

Pronto comienza a recibir encargos de importancia, tales como la colaboración en las decoraciones de los palacios madrileños de los duques de Santoña y de los marqueses de Anglada y Linares (en la escalera de cuyo palacio, hoy Casa de América y único de los tres que subsiste, permanece todavía hoy su alegoría La Agricultura, con la que concurrió a la Exposición Nacional de 1884) y de las cúpulas de San Francisco el Grande. En 1904, ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Participa en las Exposiciones Nacionales de 1860, 62, 64 66, 71, 84, 90 92 y 99 y obtiene medalla de tercera clase en la de 1866 por Margarita delante del espejo y de primera clase en 1871 por el cuadro conocido como La muerte de Séneca, bien que su título real fuera nada menos que Séneca, después de abrirse las venas, de mete en un baño y sus amigos, poseídos de dolor, juran odio a Nerón que decretó la muerte de su maestro, obra de carácter excesivamente estático u clasicista, defecto del que adolcen en numerosas ocasiones los cuadros pintados durante la permanencia en la Academia de Roma. De nuevo obtuvo la de tercera clase en 1899 por La Plaza de Noya (Galicia). Asimismo, obtuvo galardones en la Exposición Universal de Viena de 1873 y de París en 1878. El gusto arriba observado por el título explicativo, casi al modo de los que aparecen al pie de los grabados de la época e incluso en los romances de ciego, se muestra también en una de las principales obras de Domínguez Sánchez, presente, aunque no premiada, en la exposición de 1860: Doña María Pacheco logra salir disfrazada de la ciudad de Toledo, merced a la generosidad de Gutierre López de Padilla. Otras obras de importancia son La resurrección de la hija de Jairo, Silvano, dios de los bosques,
Un estudio de Venecia y una buena serie de retratos encargados por diferentes organismos oficiales, tales como el del Marqués viudo de Pontejos en el Ateneo de Madrid, el de Francisco Salmerón en el Congreso de los Diputados o los que de Alfonso XII colgaron en el Ministerio de Fomento, la Universidad Central de Madrid o la Embajada española en París. Sus buenas relaciones con las autoridades se muestran, asimismo, en encargos como la presidencia de la sección española en la Exposición Universal de parís de 1889 o la formación del equipo de pintores que llevó a cabo la decoración de San Francisco el Grande y, ya dentro de la obra, la pintura, en colaboración con Ferrant, de los tres paramentos de la Capilla Mayor y de uno de la Capilla de Carlos III. En ellos, la ausencia de sentido religioso se suma al efectismo excesivo de la composición, por lo que la obra desmerece al lado de la de Ferrant.

Autor

  • G.F.S.E.