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HistoriaPolíticaBiografía

Dionís, Rey de Portugal (1261-1325).

Rey de Portugal nacido el 9 de octubre de 1261 y muerto en Santarem el 7 de enero de 1325. Uno de los más importantes monarcas de su dinastía, desarrolló una labor de reorganización del reino y afianzó el poder real frente a la Iglesia y la nobleza. Bajo su reinado tuvo lugar un gran desarrollo cultural y el portugués pasó a ser la lengua oficial.

Síntesis biográfica

Perteneciente a la dinastía de Borgoña, don Dionís fue el hijo segundo de Alfonso III de Portugal y de Beatriz de Guzmán. Recibió una esmerada educación a cargo de maestros franceses y castellanos, que despertaron en él un intenso interés por las letras. En 1267 fue enviado a visitar a su abuelo Alfonso X de Castilla, que le dejó, de forma definitiva, la propiedad del Algarve. Heredó la corona portuguesa a la muerte de su padre en 1279, asociando a su madre al trono, pero pronto surgieron las desavenencias y don Dionís envió a doña Beatriz a Andalucía, a pesar de los intentos de negociación de parte castellana. En febrero de 1282 don Dionís casó por poderes con doña Isabel de Aragón, hija de Pedro III. El rey conoció a su esposa en Troncoso, en junio del mismo año. Mientras tanto, su hermano menor, don Enrique Alfonso, apoyado por una parte de la nobleza, había contestado sus derechos al trono, alegando que don Dionís había nacido anteriormente al anuncio del casamiento de sus padres. Don Enrique Alfonso, sosteniendo los derechos de su hija, estuvo a punto de comenzar una guerra civil, pero la querella se solucionó gracias a la intervención de la reina, que dejó una parte de su dote a su sobrina, hija del infante.

Rey Dom Dinis: Cantiga de Amigo.

Don Dionís fue dejando una sucesión de bastardos y sus infidelidades fueron soportadas por la reina, que incluso llegó a ocuparse de los hijos del rey. Don Dionís y Santa Isabel tuvieron dos hijos legítimos: doña Constanza y don Alfonso, que con el tiempo se convertiría en Alfonso IV el Bravo. El principal problema político del reinado de don Dionís fue el enfrentamiento con su hijo don Alfonso, que veía con preocupación como el rey mostraba su inclinación hacia algunos de sus hijos ilegítimos. El príncipe se alzó en rebeldía y, por dos veces, la reina evitó que se llegase a las armas entre padre e hijo en Coimbra y en las proximidades de Lisboa, haciendo que don Alfonso respetase la autoridad del rey. Cuando don Dionís enfermó fue cuidado en Santarem por su esposa, hasta el momento de su muerte. Fue sucedido por Alfonso IV y enterrado en el monasterio de Odivelas.

Política interior

La Reconquista portuguesa terminó en la época de Alfonso III con el dominio del Algarve, por lo que don Dionís pudo proseguir las tareas de repoblación iniciadas en la época de Alfonso Enríquez. El problema vino del hecho de que el fin de las actividades bélicas provocase la inactividad de los guerreros, acostumbrados a vivir del botín, a la vez que disminuían los ingresos en las arcas reales. El rey, como su padre, actuó como protector del campesinado y fomentó el desarrollo de las comunas, como medio de defensa de las comunidades rurales, y de las ferias, principales instituciones comerciales de la época, que vinieron a sustituir el comercio itinerante desempeñado anteriormente por buhoneros. Las ferias de Lisboa, Coimbra, Braga o Viana, entre otras, si bien no se crearon bajo el reinado de don Dionís, fue en su época cuando alcanzaron el máximo desarrollo. Pero además el rey dio los primeros pasos para el establecimiento de un comercio exterior portugués, inexistente hasta la fecha. Para ello, el rey propició la creación de puertos modernos en Lisboa, Mondego, Faro y las desembocaduras de los ríos Mondego y Vouga. A ésto habría que añadir el impulso que el monarca dio a la formación de una flota real, en la que las galeras fueron sustituidas por veleros, y que quedó bajo la dirección del genovés Manuel Pezzagna. La materia prima para la construcción de los barcos provino de los pinares plantados para tal propósito durante el reinado de Alfonso III en torno a Leiria y a los médanos del Ribatejo. La flota lusitana, de la que don Dionís fue el impulsor, no sólo se utilizó para el comercio, sino que también se usó para luchar contra la piratería en el Cantábrico.

Pero la principal fuente de recursos que don Dionís fomentó fue la agricultura, lo que le valió el apelativo de el Rey Labrador. Bajo su reinado fueron roturados los bosques y las zonas desérticas y desecadas las áreas pantanosas en las regiones de Alentejo, Ribatejo, Miño y el Algarve, donde se crearon enormes zonas de cultivo. Para llevar a cabo esta labor, el rey utilizó a los siervos liberados y contó con los recursos de las órdenes religiosas y de los nobles desocupados. Don Dionís también impulsó la minería y potenció la explotación de las minas de oro.

El Rey Liberal, como también fue llamado don Dionís, desarrolló una política tendente a reducir los poderes de la nobleza; cada noble se comportaba como un rey en su señorío. Para cambiar esto, el rey revocó las donaciones hechas durante su minoridad, lo que le permitió recuperar sumas importantes, que usó para premiar a aquellos que sirviesen fielmente al Estado y para dotar a las órdenes militares, que eran el principal apoyo de la monarquía. Don Dionís también luchó contra la criminalidad, dictando unas ordenanzas para la administración de justicia, que permanecieron vigentes durante siglos. Durante su reinado se consolidó la frontera definitiva entre Portugal y Castilla.

Política eclesiástica

Don Dionís heredó del reinado anterior unas malas relaciones con el estamento eclesiástico, desde que Alfonso III había tratado de disminuir las inmunidades eclesiásticas. Para limitar el peso territorial de la Iglesia dictó diversas leyes en 1286, 1291 y 1309. Durante su reinado tuvo lugar el proceso a los Templarios y don Dionís, acatando la decisión pontificia, aceptó la disolución de la orden, pero con sus fondos creó la Orden de Cristo, en la que ingresaron los antiguos caballeros. Las relaciones de Portugal con el Papado se normalizaron con los concordatos de 1289 y 1290. El principal problema de don Dionís con Roma provenía del descontento del clero portugués con los privilegios de percepción de rentas públicas otorgados por el monarca a las comunidades judías, divididas en siete rabbiatos. A pesar de la amenaza de excomunión, y tras las concesiones de 1290, el rey siguió protegiendo a los judíos y ordenó proteger las entradas de las aljamas para evitar los ataques del pueblo contra los judíos.

La cultura bajo el reinado de don Dionís

Hombre letrado, el rey tuvo un especial interés en el desarrollo de la cultura en su país y a él se debe la creación del Estudio General de Lisboa (1290), del cual irradió el impulso que dio lugar a la creación de la Universidad de Lisboa en 1308. Su reinado coincidió con el momento cumbre de la lírica provenzal, ya introducida en Portugal durante reinados anteriores. Se tradujeron las obras de Alfonso X el Sabio (abuelo de don Dionís) y el portugués pasó a ser la lengua oficial del reino. El propio rey fue un poeta del que se conservan 138 composiciones, bajo el título El Cancionero del rey din Dionís: 73 cantigas de amor, 51 cantigas de amigo, 11 cantigas de escarnio y 3 pastorelas, presentes en los cancioneros gallego-portugueses. A comienzos de los años noventa, el norteamericano Harvey Sharrer descubrió el Cancionero que lleva su nombre, con el cual se recuperó la notación musical correspondiente.

Bibliografía

  • BIRMINGHAM, D. Historia de Portugal. Cambridge, 1995.

  • MEDINA, J (dir.) História de Portugal: dos tempos pré-históricos aos nossos dias. Madrid, 1996.

  • PAINE, S. Breve Historia de Portugal. Madrid, 1987.

  • VIANA, H. Capítulos de Historia luso-brasileña. Lisboa, 1968.

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero