A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
LiteraturaBiografía

Dib, Mohamed (1920-2003).

Escritor argelino, nacido el 20 de julio de 1920 en Tlemcen (Argelia) y fallecido el 2 de mayo de 2003 en Celle Saint-Cloud, cerca de París. Fue, junto a Kateb Yacine, uno de los dos grandes escritores argelinos del siglo XX. De valoración sostenida, su obra puede ser leída desde el principio como una interrogación cada vez más preocupada sobre el poder de las palabras. Así, no es extraño que su poesía sea para él al menos tan importante como sus novelas, por las cuales, sin embargo, es más conocido, si bien a través de interpretaciones simplistas.

Sus tres primeras novelas, de las cuales L'Incendie es la más estudiada, narran la toma de conciencia progresiva de Omar y de su miserable entorno. A través de los textos se suceden una infancia urbana, un agitado verano en el campo y luego un esbozo de condición obrera. Programa que se presta a un realismo militante, que constituye el propósito del autor, aunque él se acompaña a partir de esta trilogía tanto de una reflexión sobre la eficacia de los discursos de ideología, como de la descripción pintoresca.

Esta reflexión se manifiesta de manera más explícita cuando en Qui se souvient de la mer, Dib abandona, para describir el horror de lo vivido, toda tentativa de descripción, porque de esta manera no se conseguiría sino caer en la trampa que este horror nos tiende: la usura. Y al igual que Picasso en el Guernica, preferirá recurrir a un lenguaje onírico que reencontraremos dos años más tarde en Cours sur la rive sauvage, novela de esta búsqueda órfica que es el núcleo de su obra.

La Danse du roi, Dieu en Barbarie y Le maître de chasse dibujan más directamente la Argelia independiente, a través del itinerario de personajes que representan aquí los distintos lenguajes de identidades antagónicas. En la primera obra, Arfia y Rodwan, antiguos maquisards, descubren que la memoria que ellos representan no tiene sitio en la ciudad amnésica que ellos sin embargo han hecho nacer. Pero, al mismo tiempo, sus propios discursos se revelan impotentes para capturar el lugar de que proceden, y así, ellos viven un contacto privilegiado y alucinado con la muerte. En las dos novelas siguientes, el tecnócrata y pese a todo sincero, Kamel Waëd, después de haber descubierto la falsedad del mensaje de progreso que él mismo representa, se ve arrastrado por la lógica de orden de ese mensaje a hacer intervenir al ejército contra los "Mendicants de Dieu", intelectuales que han ido a buscar una respuesta y un sentido lejos de la ciudad, junto a los campesinos más pobres. Pero esta respuesta se reduce a la palabra "nada", que anula tanto la acción como las palabras, en la medida en que este cuestionamiento se generaliza en las dos últimas novelas aparecidas, que vuelven cada vez más la espalda al referente argelino y desarrollan su reflexión sobre la palabra. Habel, exilado en Pavía, donde ha visto al Ángel de la Muerte, que le ha encargado "dar a cada cosa un nombre", vaga junto al héroe de Terrasses d'Orsol por una pequeña ciudad del Norte de Europa, en busca de un sentido que es imposible encontrar desde hace mucho tiempo. Habel puede ser considerado como un emigrado expulsado, de manera políticamente simbólica, por su hermano, como es igualmente simbólica su prostitución por ese escritor francés que se hace llamar Dama de la Piedad y que se consume/suicida en esta posesión. Pero lo esencial en estas dos novelas es la locura dentro de la cual Habel decide seguir a Lily, más allá incluso de la degradación en la que se ve envuelto el héroe de Terrasses d'Orsol.

La obra poética de Dib se caracteriza por una contención verbal y una precisión de lenguaje extrañas en la poesía argelina. Indisociable de una exigencia espiritual, su poesía se hace alusiva, púdica, incluso en el corazón de la desgracia, como lo atestigua su primera antología, Ombre gardienne, aparecida durante la guerra de Argelia. Abierta sobre los paisajes de la Argelia rural, guardados bajo una sombra tutelar, llenos de claridad, Ombre gardienne se centra en paisajes urbanos europeos sin alma, dominados por la noche, donde el poeta vaga atormentado, en una lucha sin pausa contra su propio desarraigo. Este exilio del ser es más metafísico que afectivo; recogida por los sentidos y por el pensamiento, la luz ha impregnado al verbo, no como símbolo de la iluminación, sino como una metáfora de la condición humana, vulnerable, enigmática (Formulaires). El poeta no encuentra el apaciguamiento más que cerca de la mujer, en la entrega amorosa. Es especialmente en Omneros, donde la mujer que, hasta hacía poco era oscura e inasible, se anuncia como una presencia acogedora, un espacio del renacer en armonía con el soplo del universo. Para preservar esta reconciliación consigo y con el mundo de superación de la angustia, el poeta recurre a un lenguaje talismán, muy denso, que no deja pasar ningún signo perturbador.

En Feu beau feu, la palabra de Dib, cada vez más despojada, revela la belleza y la gravedad de las cosas de la vida desde el acto de amor a las realidades más cotidianas. Poesía de lo esencial, traspasada de silencio, donde la mujer, el agua, el fuego, intercambian su magia y su misterio. La obra O vive abre hacia el infinito el canto del deseo.

Este itinerario del novelista, que su poesía ilustra de manera aún más explícita y exigente, puesto que no tiene necesidad de un pretexto narrativo (sin embargo, a veces es autobiográfica en sus alusiones veladas), despista a la mayor parte de los críticos, acostumbrados a leer la literatura nada más que bajo el prisma de su referente. Ésto hace que su poesía no se nos haya hecho más cercana, y que se insista más sobre las primeras novelas del autor que no son, sin embargo, tan "realistas" como se pretende. O puede que algunos críticos menos ingenuos se protejan del vértigo que esta obra, como toda verdadera literatura, nos crea recurriendo a una interpretación científica pero igualmente simplificadora. Sin embargo, esta ambigüedad que nos invade al leer al autor, quizá sea la consecuencia inevitable de su fascinación.

Autor

  • LU