Cristofol, Leandre (1908-1998).
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- Leandre Cristofol.
Escultor español, nacido en Os de Balaguer, Lérida en 1908 y muerto en Lérida el 19 de agosto de 1998. Estudia en la Escuela de Artes y Oficios de Lérida y en la Escuela de Bellas Artes de San Jorge de Barcelona. Su trayectoria artística, marcada por el aislamiento personal, parte de planteamientos surrealistas y, en un principio, sus esculturas conectan con Duchamp, Picabia y Calder.
A principios de los años treinta su obra se configura con la información visual que le proporciona su amigo, pintor y poeta, Josep Viola, y con el conocimiento profundo del oficio de carpintero, que ejerció durante bastante tiempo. Celebra su primera exposición individual en 1935 y se relaciona con los grupos de vanguardia que publican la revista Art. En 1936 escribe el Manifiesto Lógicofobista y forma parte del grupo Adlan. En estos años mantiene contactos con el escritor francés surrealista Benjamín Peret, que le ayuda a participar en las exposiciones surrealistas de Tokyo (1937) y París (1938).
La Guerra Civil y un año en campos de concentración de Francia y Marruecos le aislaron totalmente. Restablecida la paz, traslada su residencia a Barcelona, entre 1941 y 1946, e intenta, fallidamente, conectar de nuevo con el ambiente vanguardista, por lo que decide regresar a Lérida donde se establece definitivamente, excepto un período de seis meses en 1953 en que viaja por Francia e Italia con una beca del Instituto Francés de Barcelona. En 1967 abandona la figuración centrando su investigación plástica en el diálogo espacio-volumen y el movimiento virtual o real de las cosas.
Desde finales de los años cincuenta realiza series de esculturas a partir de objetos encontrados y mecanismos abandonados que van configurando un universo muy personal, en ocasiones, de gran contenido lírico. Considerado uno de los pioneros de la escultura surrealista en Cataluña, su obra introdujo además recursos próximos al arte cinético de Calder, si bien permaneciendo en la pura sugestión de movimiento y sin llegar a las formulaciones lúdicas y decorativas del móvil calderiano. Aprovecha materiales de desecho y objetos destinados a desempeñar funciones utilitarias: aros de madera, clavos, pesas, alfileres, cintas y alambres metálicos, etc., articulándolos en juegos de equilibrio y malabaristas configuraciones espaciales de una ingrávida y singular eficacia plástica. Algunas de sus piezas simulan extraños mecanismos, artilugios y engranajes que, pese a la evidente ausencia de una función práctica, manifiestan una misteriosa lógica interna, una apariencia de ingenio mecánico concebido para un fin. No obstante, Cristofol no orientó siempre su arte hacia planteamientos especulativos y de vanguardia. Se trata de un experimentado cultivador de técnicas tradicionales como la talla de madera, que en cierta etapa de su trayectoria (1950-1960), aplicó incluso a una interesante labor de recreación del Cristo románico.
