Cortázar, Julio (1914-1984)
Escritor argentino, nacido en Bruselas (Bélgica) el 26 de agosto de 1914 y fallecido en París (Francia) el 12 de febrero de 1984, víctima de leucemia. Fue un genial cultivador de la prosa de ficción, tanto en el campo del cuento como en el de la novela; y escribió una de las novelas más brillantes de la literatura universal: Rayuela (1963).
-
- Julio Cortázar.
Vida
Era hijo de padres argentinos, por lo que tuvo desde su nacimiento esa nacionalidad. A los dos años fue llevado a Suiza, en donde su familia se refugió de la violencia de la Primera Guerra Mundial.
En 1918 pisó por vez primera suelo argentino. Pasó su infancia en Bánfield, un suburbio de Buenos Aires, en medio de ciertas dificultades, pues su padre había abandonado a toda la familia. Desde niño mostró gran afición a la escritura (llegó a terminar una novela a los nueve años). A los catorce empezó a prepararse para ser maestro, título que obtuvo en 1932. Ya por aquel entonces deseaba con fuerza abandonar Argentina para instalarse en Europa.
Era un lector infatigable, y quedó fascinado al conocer las obras de algunos autores franceses que le hicieron descubrir los movimientos de la Vanguardia. En un principio, quedó fascinado por el Surrealismo, e intentó reflejar sus propuestas en sus primeros poemas.
En 1935, a los veintiún años de edad, empezó a estudiar la carrera de Filosofía y Letras. Pero en su casa hacía falta el dinero, así que abandonó esos estudios para dedicarse a dar clases. Trabajó como profesor en pequeñas ciudades argentinas, mientras seguía leyendo mucho y escribiendo poemas y relatos. También publicó estudios de crítica literaria en revistas especializadas.
A mediados de los años cuarenta era profesor de universidad, y daba clases de Literatura Francesa. Pero por motivos políticos abandonó esta profesión y regresó a Buenos Aires, donde empezó a publicar relatos y artículos en las principales revistas literarias.
Estudiando sin descanso, obtuvo el título de traductor oficial de inglés y francés (terminó en nueve meses unos cursos que duraban normalmente tres años). Obtuvo luego una beca del Gobierno francés y se instaló en París, donde ejerció como traductor en la UNESCO.
En 1953 se casó con Aurora Bernárdez, traductora argentina (luego tuvo otras dos esposas: Ugné Karvelis y Carol Dunlop). Viajó por numerosos países (Uruguay, Italia, Estados Unidos) y empezó a traducir por su cuenta obras de grandes autores universales (sobre todo, del norteamericano Edgar Allan Poe, a quien Cortázar admiraba). En 1961 viajó a Cuba y quedó fascinado por la revolución de Fidel Castro.
Ya había publicado libros de relatos, poemas y artículos de crítica en Argentina y en otros países hispanoamericanos (México, Uruguay, Puerto Rico...); pero no se hizo verdaderamente famoso como escritor hasta 1963, año en el que apareció su obra maestra, Rayuela.
A partir de 1966, Julio Cortázar anunció públicamente su compromiso político, siempre a favor de los oprimidos. Se convirtió en el mejor modelo del intelectual comprometido. Defendió siempre las causas de la izquierda: la revolución castrista (Cuba), el socialismo de Allende (Chile), el sandinismo (Nicaragua), etc. Y llegó a ser nombrado miembro de un tribunal internacional que se reunió en Roma para estudiar las violaciones de los Derechos Humanos que se producían en Hispanoamérica.
Siguió viajando infatigablemente, dando cursos y conferencias por todo el mundo, y escribiendo otros muchos cuentos, novelas y ensayos.
Obra
La obra de Julio Cortázar asombra tanto por su belleza como por su profundidad intelectual. El autor argentino fue uno de los principales seguidores de la corriente abierta por su compatriota Borges. Éste acabó con el realismo (tradicional hasta entonces en la narrativa argentina) y abrió el camino a la fantasía y a la imaginación. Así, en la obra de Cortázar no faltan referencias cultas, invenciones fantásticas y complicados juegos intelectuales, que exigen mucho esfuerzo, atención y colaboración por parte del lector.
Pero sus libros, a pesar de exigir este esfuerzo, no son ásperos ni aburridos, porque en ellos abunda el humor y la ternura. Uno de sus grandes logros consiste en reflejar a la perfección el mundo de los sentimientos y la emociones, a pesar de ese alto nivel intelectual.
En su estilo caben toda la variedad de los registros del lenguaje, desde el habla popular argentina hasta la expresión culta de los artistas e intelectuales europeos. Pero siempre con un fondo poético que aumenta la belleza y hace más intensa la emoción.
En los relatos y las narraciones extensas de Cortázar, lo real se mezcla con lo fantástico de forma admirable, hasta lograr que el lector sea incapaz de distinguir entre la realidad y la ficción.
Cortázar ha pasado a la historia de la literatura universal por su obra narrativa (cuentos y novelas); pero también escribió varios libros de versos. Su condición de poeta se hace notar en su prosa, en la que hay siempre un intenso tono lírico.
Poesía
Cortázar escribió versos desde su infancia. En su juventud, fascinado por el descubrimiento de la Vanguardia, dedicó mucho tiempo a la poesía; y siguió escribiendo poemas hasta su vejez, incluso cuando ya era un prosista de fama mundial.
Sus principales libros de versos son Presencia (1938), colección de sonetos muy influidos por el poeta simbolista francés Mallarmé y publicados bajo el pseudónimo de Julio Denis; el poema en prosa sobre el mito del Minotauro Los reyes (1949), donde el MInotauro representa al propio poeta; Pameos y meopas (1971), que contiene poemas escritos entre 1944 y 1958; y Salvo el crepúsculo (1984)
Narrativa
Las dos primeras novelas que escribió Cortázar, tituladas Divertimento (1949) y El examen (1950), esta última, considerada predecesora de Rayuela, no fueron publicadas hasta 1986, dos años después de la muerte de su autor.
Pero, a pesar del fracaso sufrido con estas dos primeras novelas, Cortázar no se desanimó y sí pudo ver publicadas sus siguientes novelas: Los premios (1960); Rayuela (1963), su obra maestra; 62, modelo para armar (1968), una novela sentimental donde el lector juega un papel importante, ya que debe valerse de la imaginación para entrar de lleno en el libro; y Libro de Manuel (1973), donde queda bien claro su compromiso político; Cortázar siempre fue un fiel defensor de la revolución a través de numerosos artículos y conferencias.
Rayuela es sin duda su obra maestra, y una de la novelas más importantes de la literatura universal. En ella quiso reflejar en ella su visión del mundo, como un espacio fragmentado, de ahí que la obra permita múltiples lecturas. La experimentación en el lenguaje, donde la instancia poética predomina sobre el lenguaje enunciativo, impregna el texto de una belleza poética conmovedora. Se trata de uno de los libros más criticados y polémicos de la literatura en español, traducido a todas las lenguas.
Aparte de la importancia de Rayuela, los cuentos de Cortázar hubieran servido para hacerle pasar a la historia de las Letras hispanoamericanas. En la línea culta e imaginativa de Borges, fue un auténtico maestro en este género. Sus principales colecciones de relatos son La otra orilla (1945); Bestiario (1951), donde, junto a la influencia del maestro Borges, se deja sentir también la huella de su maestro Poe; Final del juego (1956); Las armas secretas (1959), donde lo fantástico empieza a irrumpir con fuerza en lo cotidiano; Historias de cronopios y famas (1962); Todos los fuegos el fuego (1966); Octaedro (1974); un relato autobiográfico titulado Un tal Lucas (1979); la colección de cuentos Queremos tanto a Glenda (1980) y, por último, Deshoras (1982).
Obras misceláneas
Con sus libros misceláneos, Cortázar compone un collage que le permite romper los moldes establecidos, al mezclar géneros tan diversos como los recortes periodísticos, la prosa, la poesía, el humor, la ternura y la ironía, entre otros muchos. Entre estas obras, absolutamente inclasificables, cabe recordar La vuelta al día en ochenta mundos (1967), que consta de relatos, crónicas, ensayos y poemas; Último round (1968), con cuentos, poemas, artículos humorísticos, etc.; y Los autonautas de la cosmopista (1983), que describe el viaje "atemporal" desde París a Marsella realizado por Cortázar (el Lobo) y la coautora del libro, Carol Dunlop (la Osita), con parada en todos y cada uno de los paraderos que se encuentran en la carretera.
El 2 de mayo de 2009 aparece en la Feria del Libro de Buenos Aires una publicación de 485 páginas denominada Papeles Inesperados, con cuentos inéditos, escritos variados y cartas, encontrados en un aparador por su viuda Aurora Bernárdez.
