Conrado IV Hohenstaufen. Emperador del Sacro Imperio (1228-1254).
Emperador del Sacro Imperio Alemán (1250-1254), nacido en Andria en 1228 y muerto en Lavello (Italia) el 21 de mayo de1254. Último representante de la dinastía de los Hohenstaufen, Conrado IV no pudo mantener su autoridad sobre Alemania, donde los príncipes reclamaban mayores cotas de independencia, ni sobre Italia, donde el Papado constituía el más serio enemigo de la dinastía.
Perteneciente al linaje de los Hohenstaufen, fue hijo segundo del emperador Federico II y de su esposa Yolanda de Brienne, heredera del trono de Jerusalén, con sólo siete días de vida, Conrado recibió de su padre el citado reino. En 1235 recibió como feudo el ducado de Suabia y dos años después fue elegido Rey de Romanos por los príncipes alemanes, tras el destronamiento de su hermano Enrique. Durante la larga ausencia de Federico II en Italia, Conrado quedó al cargo de los asuntos de Alemania, asistido al principio por el poderoso arzobispo Siegfrido de Maguncia, y pudo contener con éxito los conatos de independencia de los príncipes alemanes. En 1238 marchó a Italia para llevar tropas de refresco a su padre y a su regreso a Alemania convocó una dieta en Eger (1240) en la que los magnates del Imperio declararon su hostilidad al papa. Entonces surgió un partido güelfo, al frente del cual se situó el arzobispo Siegfrido, contra el cual disputó Conrado diversos enfrentamientos en las comarcas del Rin.
Por influencia del arzobispo, el 22 de mayo de 1246 Conrado fue destronado y en su lugar fue puesto Enrique de Raspe. El Hohenstaufen reaccionó, pero, por causa de la traición del conde de Wurtemberg, fue derrotado por Enrique en las cercanías de Francfort (5 de agosto de 1246). Conrado pudo contar desde entonces con la alianza de Otón de Baviera, que le había entregado en matrimonio a su hija Isabel. Desde septiembre la superioridad militar de Conrado quedó de manifiesto y Enrique de Raspe hubo de retirarse a Turingia, donde murió en 1247. La facción opositora nombró entonces rey al conde Guillermo de Holanda, aunque éste no estaba preparado para la guerra y tardó varios años en reunir un ejército. Pocas semanas después de la muerte de Federico II en Italia (13 de diciembre de 1250), Conrado IV sufrió un atentado planeado por el obispo de Ratisbona, pero pudo salvar su vida. Sólo en primavera de 1251 pudo Conrado mandar un poderoso ejército contra el anti-rey Guillermo de Holanda, pero fue derrotado en Oppenheim y obligado a retirarse a Baviera.
Conrado IV nunca ejerció una soberanía real sobre el reino de Jerusalén. A la muerte de Federico II ejercía allí el poder Luis IX de Francia, que aún se encontraba en Oriente, después de su cruzada en Egipto. En Alemania la situación no era muy alentadora, porque, ya durante el reinado de Federico, muchas ciudades se habían desligado de la fidelidad al emperador y habían sido las principales seguidoras de los anti-reyes opuestos a Conrado. Esto se debió a la política usada por Federico para atraerse a los príncipes, a través de privilegios y exenciones, destinada a poder contar con sus recursos en sus ambiciones italianas; los esfuerzos iniciados después por Conrado para recuperar el apoyo de las ciudades, resultaron tardíos e ineficaces. Otra cuestión importante es que en el testamento de Federico, el reino de Sicilia quedó para Conrado; pero el emperador había dejado a su hijo ilegítimo, Manfredo, hermanastro de Conrado, un importante poder en Italia, nombrándolo balio y gobernador de toda Italia hasta que Conrado acudiese a establecer su administración; también quedó Manfredo como heredero del reino de Sicilia en el caso de que se extinguiese su línea dinástica legítima.
El emperador cruzó los Alpes en enero de 1251, habiendo tenido que empeñar los bienes que poseía en Suabia para poder acometer la expedición italiana. En otoño, Manfredo suprimió una revuelta en Terra di Lavoro. Las sospechas de Conrado sobre la ambición de su hermanastro se vieron confirmadas cuando éste trató de apoderarse del control de Sicilia mediante el envío de Galvano Lancia para reemplazar al gobernador fiel a Conrado, Pedro Ruffo, pero el emperador tuvo éxito al confirmar a Ruffo como vicario para Sicilia y Calabria en 1253. Entre 1252 y 1253 Conrado debió enfrentarse a varias rebeliones en Tierra di Lavoro y, con la ayuda de Manfredo, conquistó Capua (10 de 0ctubre de 1253) y Nápoles. Pero el mayor obstáculo que se presentó a Conrado IV para establecer su poder en Italia fue la constante oposición del Papado, común también a sus antecesores. Las negociaciones entre el emperador y el pontífice estaban destinadas a fracasar, porque Inocencio IV reclamaba, nada menos, que el emperador abandonase Sicilia. El papa ofreció al trono a Enrique, hermanastro de Conrado, pero éste murió, según la versión difundida por Inocencio, envenenado por orden de Conrado. En enero de 1254 el emperador acusó al papa de usurpación y herejía y un mes después Inocencio respondió con la excomunión y la predicación de una nueva cruzada contra los Hohenstaufen. Pero, como en otras ocasiones que se predicaron cruzadas contra reyes de la cristiandad, los monarcas europeos no secundaron al papa. En Francia, incluso, la regente Blanca amenazó con confiscar las tierras de aquellos que atendiesen la llamada papal y en Alemania los agentes pontificios fueron públicamente ridiculizados.
Pero en aquellos momentos el peligro real procedía de Alemania. Conrado IV reunió a su ejército para marchar al norte, pero la enfermedad y la muerte le sorprendió antes de abandonar Italia. Dejó un solo hijo, de dos años de edad, al que los italianos llamaron Conradino.
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