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PeriodismoLiteraturaBiografía

Chéjov, Alexandr Pávlovich (1855-1913).

Narrador, ensayista y periodista ruso, nacido en Taganrog (en la región de Rostov) en 1855 y fallecido en San Petersburgo en 1913. Hermano mayor del famoso novelista y dramaturgo Antón Pávlovich Chéjov y del también escritor Mijaíl Pávlovich Chéjov, se sirvió a lo largo de su vida de numerosos pseudónimos para firmar sus escritos literarios y periodísticos, como "Aloe", "Gúsev", "A. Canoso", "Sr. Sopabóbov" y "Agatópodo Único". Su obra, aunque eclipsada por el reconocimiento universal alcanzado por las historias y los relatos de su hermano, reviste un notable interés, sobre todo por su acierto en la descripción de la vida cotidiana de las gentes sencillas de su tiempo.

Intelectual curioso y polifacético, se sintió igualmente atraído por las letras que por las ciencias y, aunque a la postre acabó consagrándose por completo a las disciplinas humanísticas (con el cultivo profesional del periodismo y la literatura), durante sus años de juventud prestó singular atención a los saberes científicos. Así, en efecto, tras haber cursado sus estudios secundarios en el liceo de su ciudad natal, marchó a Moscú para matricularse en la carrera de Ciencias Físicas y Matemáticas que ofrecía la Universidad de la capital rusa, donde obtuvo una licenciatura que le sirvió para alcanzar un cómodo empleo dentro de la Administración Civil. No obstante, desde los treinta y un años de edad se dedicó por entero a la escritura, gracias en parte al reconocimiento obtenido en su condición de periodista y, de forma muy señalada, de articulista satírico, modalidad genérica que cultivó con profusión, como fácilmente se desprende del tono humorístico de algunos de sus pseudónimos. A lo largo de una dilatada trayectoria profesional dentro de los medios de comunicación, destacó por sus frecuentes colaboraciones en las publicaciones satíricas más difundidas de su época, como Esquirlas, El Despertador, Moscú, El Moscovita, etc. Esta afición por el tratamiento jocoso de los más variados asuntos quedó patente también en su obra narrativa, en la que abundan los relatos concebidos bajo un enfoque puramente humorístico; por lo demás, el resto de su obra periodística comprende también numerosos artículos centrados en los temas de actualidad de muy diversa naturaleza.

En su faceta de escritor, Alexandr Pávlovich Chéjov alcanzó gran notoriedad como narrador costumbrista, sobre todo por medio de una serie de novelas cortas en las que mostró un gran interés por la sociedad de su tiempo y las formas de vida de las gentes que le rodeaban. Dentro de esta preocupación temática dominante en su obra, cabe situar algunas narraciones breves como Aves sin nido (1895), El faro (1987), Encadenados (1895), Una historia de mujer (1904) y Gentes mediocres (1904), obras en las que el escritor de Taganrog disecciona con exquisita meticulosidad la rutina de las gentes humildes, sus inquietudes cotidianas y sus dramas domésticos, sirviéndose de un minucioso bisturí costumbrista que, a pesar de la demora en la pintura de tipos y ambientes, no disimula ciertas reivindicaciones sociales de hondo calado en la literatura rusa inmediatamente posterior. El resto de su narrativa breve se completa con los relatos humorísticos ya mencionados más arriba, y con numerosas muestras de un subgénero que pronto habría de convertirse en una auténtica rareza en las Letras de su pueblo: el cuento navideño. Muy aficionado, en efecto, a estos relatos de navidad, Alexandr Pávlovich Chéjov llegó a convertirse en uno de los mejores exponentes de su cultivo en la literatura rusa de la segunda mitad del siglo XIX, con algunas piezas tan elogiadas por los lectores de la época como "El pintor y el diablo" y "Nochebuena nevada", reunidas en el volumen Relatos navideños (1895), o como "Pena de mujer", "El atavismo" y "Lo incordiante", recopiladas unos años después en una nueva colección de narraciones breves de idéntico tema, publicada bajo el título de Diamantes reales (1904).

Especial interés para el estudioso de las letras rusas revisten las numerosas cartas intercambiadas por los hermanos Alexandr y Antón, en las que ambos escritores se explayan sobre algunas de las cuestiones estéticas más candentes en su tiempo, sin renunciar nunca a la crítica mutua de sus respectivas producciones literarias. Pero, por encima de todo, destaca la afición del mayor de los Chéjov a la investigación histórica, materia a la que consagró algunos de sus mejores ensayos, como los titulados La guerrilla de 1812 (1912) y, sobre todo, El gran cosaco, obra magna del ensayo histórico ruso, centrada en la figura del general cosaco Yákov Baklánov (que ha pasado a la historia universal por su crudeza en la campaña de Georgia de 1834-1837, y en la represión de los sublevados polacos de 1863). Esta pasión de Alexandr Pávlovich Chéjov por la historia le impulsó también a redactar algunas narraciones extensas que quedan perfectamente englobadas dentro del subgénero de la novela histórica, como Dios ayuda al justo (1903) -ambientada en la Rusia del Medioevo- y En las cimas del Cáucaso (1904).

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.