Chamorro Vargas, Emiliano (1871-1966).
Político y militar nicaragüense nacido en Acopaya el 11 de mayo de 1871 y muerto en Managua el 26 de febrero de 1966. Fue presidente de Nicaragua entre 1917 y 1921, y de nuevo en el año 1926.
Comenzó su carrera militar en 1903, cuando dirigió un alzamiento contra el dictador liberal José Santos Zelaya. A pesar de no tener éxito, el alzamiento catapultó a Chamorro al primer plano de la vida política nicaragüense. La animosidad de Chamorro contra Zelaya aparentemente provenía de las diferentes creencias políticas que ambos poseían y de la ambición personal de Chamorro, pero también estaba basada en una enemistad por motivos familiares.
En 1909, Zelaya abandonó el poder por las presiones de los conservadores y de las fuerzas liberales que estaban en su contra. Chamorro no sólo se aprovechó de estos sucesos, sino que incluso solidificó su posición como líder del Partido Conservador, manteniéndose en esta posición hasta su muerte.
Después de la caída de Zelaya, Chamorro sirvió como dirigente de la Asamblea Constituyente. Volvió al campo de batalla en 1812, cuando el ministro de la guerra Luis Mena se levantó contra el gobierno de Adolfo Díaz. Después que Chamorro derrotara a Mena, expresó sus intenciones de llegar a la presidencia, pero los Estados Unidos apoyaron a Díaz para que se mantuviera en el poder y ofrecieron a Emiliano Chamorro la posición de ministro plenipotenciario nicaragüense en Estados Unidos, eliminando de esa forma la posibilidad de que se levantara de nuevo contra Díaz.
Como ministro plenipotenciario nicaragüense en Estados Unidos, Chamorro negoció y firmó el controvertido Tratado Bryan-Chamorro, por el cual cedía a los Estados Unidos la opción de construcción de un canal a través de Nicaragua. Después de la finalización del Canal de Panamá, Estados Unidos quería asegurarse de que ningún otro país pudiera construir un canal en Nicaragua. Además de las opciones sobre el canal, Estados Unidos recibió noventa y nueve años de potestad sobre las islas Corn en el Caribe y una base naval en el Golfo de Fonseca que estaría bajo la jurisdicción norteamericana. A cambio, los Estados Unidos pagarían tres millones de dólares en oro a Nicaragua. William Jennings Bryan, el secretario de estado del presidente Thomas Woodrow Wilson, y Emiliano Chamorro firmaron el tratado en 1914, y el senado norteamericano lo ratificó en 1916.
El tratado tuvo mucha controversia y se opusieron a él Costa Rica, El Salvador y Colombia. Costa Rica argüía que Nicaragua había violado una concesión arbitral realizada por el presidente de los Estados Unidos Grover Cleveland, por la cual Nicaragua no podría construir un canal sin la consulta de Costa Rica, a causa de la frontera natural entre los dos países que representaba el río San Juan. El Salvador expresó su oposición por sus derechos territoriales sobre el Golfo de Fonseca. Y por último, Colombia, protestó a Nicaragua por la usurpación de las islas Corn ya que reclamaba su soberanía sobre las mismas. Chamorro mantuvo que el tratado era provechoso porque significaba la resolución de las penurias económicas de Nicaragua. No fue hasta 1938 que él reconoció los errores que supusieron la firma del Tratado, por el cual comprometió no sólo la soberanía de algunos países latinoamericanos, sino la propia soberanía de Nicaragua.
Chamorro dimitió de su posición como plenipotenciario en 1916 y volvió a Nicaragua para intentar acceder a la presidencia. Los Estados Unidos tenían sus dudas sobre la capacidad de Chamorro para gobernar, ya que siempre preferían que al poder sólo subieran civiles, pero después de haber sido el plenipotenciario de los norteamericanos en el país, le apoyaron en las elecciones de 1916, las cuales ganó.
Después de asumir la presidencia, tuvo que hacer frente a un país con las arcas vacías y con una deuda exterior elevada desde el gobierno de Zelaya. Por tanto, centró sus esfuerzos en la obtención del pago de los tres millones de dólares en oro que el gobierno de los Estados Unidos se había comprometido a pagar a raíz de la ratificación del tratado Bryan-Chamorro. Los norteamericanos, descontaron el pago de esos tres millones de la deuda externa de Nicaragua.
Chamorro fue elegido presidente una segunda vez, en 1926, después de que derrocara al gobierno conservador de Carlos Solórzano. En apariencia, el golpe de estado intentaba neutralizar la influencia liberal que ejercía el vicepresidente Juan Bautista Sacasa, pero en realidad Chamorro deseaba volver a ocupar el poder de nuevo. Se iniciaron enfrentamientos entre conservadores y liberales, y aunque las fuerzas de Chamorro se defendieron bien al principio, los Estados Unidos habían dejado de darle su apoyo, por lo que tuvo que dimitir el 30 de octubre de 1926.
Durante la dictadura de Anastasio Somoza García, Emiliano Chamorro continuó con sus maquinaciones políticas en contra del poder de Somoza, sublevándose e intentando asesinar al dictador liberal. A pesar de todo, en 1950 Chamorro y Somoza firmaron el Pacto de los Generales, en el cual se garantizaba a los conservadores la mitad de los asientos en el Congreso y un asiento en el Tribunal Supremo. De esta forma, los conservadores obtenían posiciones en el gobierno a la vez que la acción de Chamorro firmando el Pacto como líder del Partido Conservador, daba al régimen un buena imagen exterior.
Estas ventajas obtenidas en el gobierno, sin embargo, tuvieron un gran coste, porque el Partido Conservador se convirtió en última instancia en un mero accesorio de la dictadura de Somoza. Las consecuencias fueron desastrosas, los jóvenes conservadores quedaron desencantados con su partido y la dirección del mismo, y comenzaron a buscar partidos nuevos que se identificaran más con sus ideas políticas. Esta búsqueda condujo a la creación del Frente Sandinista de Liberacion Nacional, que derrocó la dinastía de Somoza el 19 de julio de 1979.
Chamorro, como jefe del partido conservador durante este período, no proporcionó una dirección verdadera, debido a que únicamente representó sus ambiciones personales y los intereses de una pequeña y elitista clase social. El eterno revolucionario quedó simplemente a ojos de la historia como un oportunista.
SCG