Castillo Gálvez, Eduardo (1889-1938)
Poeta colombiano, nacido y muerto en Santa Fe de Bogotá. Conocido como El Papa Negro, perteneció a la segunda etapa del modernismo. Castillo Gálvez es considerado como el poeta lírico de esta generación. Fue un gran admirador de Valencia y un devoto de la poesía de José Asunción Silva. Su poesía, más que descriptiva y narrativa, es sugerente, de lenguaje simple, alejado de palabras refinadas, una búsqueda permanente de lo misterioso, de lo inexplicable en los seres humanos. Poéticamente se acerca más a Silva que a Valencia. Apareció en el panorama poético colombiano en los primeros años de este siglo, cuando poetas como Rubén Darío, Leopoldo Lugones o José Santos Chocano eran los dioses del modernismo. Dominaba algunas lenguas vivas y asistía a tertulias de periodistas y poetas donde era acatado por su erudición, su gusto y sus poesías. Eduardo Castillo se dedicó a escribir poesía, ensayos y algunos artículos periodísticos. En su obra aparecen con frecuencia símbolos religiosos. Su poesía se acerca a un simbolismo no guiado por principios estéticos, sino por la exaltación del individualismo y la libertad para crear su propio carácter y temperamento. Fue secretario particular y administrador de Guillermo Valencia durante catorce años. Eduardo Castillo trabajó en el diario "El Nuevo Tiempo" seleccionando material para el suplemento y dirigiendo la sección de "Páginas históricas", donde publicaba biografías traducidas por él. En compañía de Ángel María Céspedes, publicó su libro Duelo lírico (1918). Tradujo La parábola del resucitado, de Oscar Wilde. Fue nombrado académico de la lengua y correspondiente de la Real Española en 1930. Después de Duelo Lírico, aparecieron sus poemas Desfile blanco (1920, conocido inicialmente bajo el título de Desfile Nupcial), Réplica a Rivera y Guillermo Valencia (1921), La coronación de Julio Flórez, Visión prerrafaelita. El árbol que canta, su texto más conocido, aparece en 1928. Los poemas La Tisana y Leticia -homenaje a Leticia Velásquez- en 1825. Autor de poemas infantiles tales como La dulzaina y El grillo cautivo (1935), fueron sus últimas obras el poema Entre el cielo y el mar y el ensayo En torno a Delio Seravile (1936). Eduardo Castillo murió, víctima de la morfina, el 21 de junio de 1938 cuando apenas contaba 49 años de edad, en la Clínica de la Peña de la ciudad de Santafé de Bogotá. Como obra póstuma apareció poco después de su muerte su libro de poemas Los siete carrizos.
Bibliografía
-
LUQUE MUÑOZ, Henry, Eduardo Castillo. (Bogotá: Procultura, 1990).
-
MAYA, Rafael, "Eduardo Castillo", en Obra Crítica, Tomo II (Bogotá: Banco de la República, 1982).
