Castellano, Manuel (1823-1880).
Pintor español, nacido en Madrid el 3 de febrero de 1823 y muerto el 3 de abril de 1880. Tras haberse forjado como artista plástico al amparo de los hermanos Juan y Carlos de Ribera, completó su formación en la Escuela especial de Pintura, Escultura y Grabado. Recibió varios galardones en reconocimiento de la calidad de su obra, como una mención honorífica en la Exposición Nacional de 1855, y una medalla de segunda clase en la de 1871. Entre sus telas más celebradas, destacan Muerte del conde de Villamediana, Muerte de Luis Daoiz y defensa del parque de artillería por el pueblo de Madrid el 2 de mayo de 1808, Muerte de Pedro Velarde, La prisión de Valenzuela, Don Alonso I el Católico y El ejército español en Dinamarca, jurando las banderas de la independencia.
Tal vez su cuadro más célebre sea el titulado Aspecto del patio de caballos de la antigua plaza de toros de Madrid antes de comenzar la corrida, pintado en 1553, que dio origen a uno de los temas más repetidos luego en el subgénero de la pintura taurina: los prolegómenos de una corrida de toros. Se trata, además, de una tela de impagable valor para el estudio de la tauromaquia de mediados del siglo XIX, porque en ella aparecen retratados los geniales diestros Francisco Arjona Herrera ("Curro Cúchares"), Francisco Montes Reina ("Paquiro") y José Redondo Domínguez ("Chiclanero"). Junto a estas tres señaladísimas figuras del toreo, posaron también los picadores Pepe Muñoz Domínguez, Juan Álvarez Buen ("Chola"), José Trigo, Bruno Azaña y Mariano Cortés; y los banderilleros Matías Muñiz Cano, Mariano Antón, y los que luego se convertirían en matadores de toros: Ángel López ("Regatero"), Julián Casas ("Salamanquino") y Cayetano Sanz Pozas, a la sazón subalterno en la cuadrilla de "Chiclanero".
Conviene señalar que la plaza de toros reflejada en el título y la tela es la que, vecina de la Puerta de Alcalá, construyeron Ventura Rodríguez y Fernando Moradillo por mandato del Rey Fernando VI. Se inauguró un 30 de mayo de 1754.
La afición a los toros que animaba la obra de Manuel Caballero quedó patente no sólo en este valioso óleo, sino también en sus más de 350 dibujos de asunto taurino que se conservan en los fondos de la Biblioteca Nacional de Madrid. El pintor madrileño se especializó, además, en la copia de reses bravas, materia en la que dejó una bellísima serie de noventa estampas de toros lidiados en Madrid en las temporadas de 1854 y 1855. Son también muy apreciables sus dibujos sobre las diferentes indumentarias de los toreros decimonónicos.