Casey, Calvert (1924-1969)
Escritor de origen estadounidense -nació en Baltimore-, pero de afiliación cubana por voluntad propia, siguiendo la llamada de la sangre materna. Incluso eligió la lengua castellana como vehículo de sus narraciones, y pese a que el régimen castrista le llevó a un exilio errático, principalmente por Europa (Londres, Madrid, París, Ginebra, Roma, etc.). Este deambular geográfico se vio secundado por una no menos estable errancia anímica, pues fue Casey un alma retraída, desgraciada, tiernamente pesimista, llena de amores frustrados, frustrantes y dolorosos, que a la postre le llevaría a ingerir veneno para acabar con tan desangelado vivir, socrática decisión que acaeció en Roma el 16 de mayo de 1969 para sorpresa de cuantos le conocían.
Casey trabajó como traductor de las Naciones Unidas en Nueva York, desde donde enviaba sus colaboraciones literarias a La Habana. Ya en Cuba, faenó en las revistas más innovadoras de la época, en las que estuvo acompañado, entre otros, de los escritores y a la sazón amigos Virgilio Piñera y Cabrera Infante. El cuerpo central de su obra son dos volúmenes de cuentos publicados entre 1967 y 1969 en España, aunque en el caso de El regreso y otros relatos se había editado en 1962 en la isla, si bien es cierto que con menos textos que los incluidos en la edición española. Su producción se completa con la novela corta Notas de un simulador, la colección de ensayos literarios Memorias de una isla (1964, publicado en Cuba) y el fragmento de la que sería la novela Gianni, Gianni, que el propio Casey se ocupó de destruir -sólo se encontró el último capítulo- poco antes del suicidio.
