Carmona y Luque, Antonio, "Gordito" (1838-1920).
Matador de toros español, nacido en Sevilla el 19 de abril de 1838, y muerto en su ciudad natal el 30 de agosto de 1920. En el planeta de los toros, es conocido por el sobrenombre de "Gordito".
Nacido en el taurino barrio de San Bernardo, Antonio Carmona desarrolló muy tempranamente su afición a los toros y -a la par- sus orondas hechuras, factores ambos que, hermanados en el apodo torero de "Gordito", pasaron a la historia de la Tauromaquia decimonónica y quedaron para siempre grabados en la memoria de los buenos aficionados. Los toreros José y Manuel Carmona, sus hermanos mayores, sirvieron de estímulo para que el niño gordinflón que era Antonio reuniese la agilidad y el valor necesarios para descolgarse por el balcón de su cuarto y dirigirse al matadero de Sevilla, en donde lidiaba becerros a escondidas. Tan precoz fue su vocación, que a los doce años mató un becerro sobre la arena hispalense, y convenció primero a Manuel y luego a José para que lo llevaran en sus respectivas cuadrillas.
Sus buenos oficios como banderillero no pasaron inadvertidos ante la tan severa como docta afición madrileña, que tuvo la feliz ocasión de contemplar, el 19 de abril de 1857, un soberbio par de banderillas puestas al quiebro, suerte en la que el "Gordito" acabaría mostrándose como un torero extremado. Si se da crédito a lo que narran los cronistas taurinos de su tiempo, habrá que concluir forzosamente en que "Gordito" ha sido el mejor banderillero de la historia del toreo. Gustaba de citar al toro a cuerpo limpio, dándole todas las ventajas posibles, para clavar los rehiletes del modo y en los lugares más insospechados: sentado en una silla, o con los pies juntos y reunidos dentro de un breve aro, o -ya en el colmo de una audacia rayana en la temeridad-, con ambas piernas amarradas entre sí a la altura de los tobillos. Las arenas de Madrid, Sevilla y Portugal fueron testigos mudos y asombrados de estos alardes del menor de los Carmona, quien ya era aclamado como figura del toreo antes de haberse convertido en matador de toros.
En Madrid, el día 5 de abril de 1863, el gran "Curro Cúchares" le apadrinó en la confirmación de una alternativa que había tomado en Córdoba, el día 8 de junio del año anterior. Triunfó como toricantano en la plaza de la calle de Alcalá, lo que, unido a una extraordinaria faena que realizó el día 4 de junio en Sevilla, prolongó sus éxitos durante toda esta temporada de 1863. De aquella época data el comienzo de la reñida rivalidad que sostuvo con Antonio Sánchez, "El Tato", y, poco después, con el genial Rafael Molina, "Lagartijo", que había sido discípulo suyo cuando iba de banderillero en su cuadrilla y en la de sus hermanos. Por desgracia para "Gordito", la categoría de tan señaladas figuras estuvo casi siempre por encima de su desmesurado valor; buena muestra de ello fueron los altibajos que empezó a acusar desde que se volcara en esta desigual competencia, vaivenes que le llevaron a diluir algún sonado éxito (Jerez de la Frontera, 11 de agosto de 1872) en la marea de varios fracaso estrepitosos (Madrid, 1 de julio de 1868; Cádiz, 29 de junio de 1870; Madrid, temporada de 1875, en la que hubo de ser retirado de los carteles). Pese a ello, su coraje y tenacidad le impedían rehuir cualquier enfrentamiento con las primeras figuras del escalafón, como lo prueba el hecho de que en 1880 todavía se atreviera a medir su arte con el de "Lagartijo". Su decadencia, empero, ya era patente e imparable, por lo que dio lugar a chismes, coplas y censuras burlescas tan crueles como la que publicó el "Dr. Sansón Carrasco" en El toreo cómico del 3 de diciembre de 1888: "El toreo del Gordito / a Rosario no le gusta, / porque cuando mete el sable / pone saliva en la punta".
Retirado, finalmente, a su Sevilla natal, gozó de una longevidad que le permitió vivir hasta bien entrado el siglo XX. Fue padre de José Carmona García, torero de escasa fortuna y mínimo recuerdo en la historia de la Tauromaquia (tomó la alternativa en Salamanca el 13 de septiembre de 1908, de manos de Manuel Mejías "Bienvenida", y se retiró en 1911). "Gordito" murió a los ochenta y dos años de edad, el 30 de agosto de 1920.