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HistoriaPolíticaBiografía

Carlos I, Rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda (1600-1649).

Carlos I de Inglaterra de cacería. Van Dyck, (1635). Louvre. París.

Rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda, nacido en Dunfermline, en Escocia, el 19 de noviembre de 1600 y fallecido en Whitehall, en Londres, el 30 de enero de 1649. Fue el segundo hijo de Jacobo I y de la reina Ana de Dinamarca.

Se convirtió en heredero del trono debido a la muerte de su hermano mayor Enrique, pero no tomó el título de príncipe de Gales hasta 1616. Durante la adolescencia de Carlos se negoció su matrimonio con la hija del rey de España, Felipe II, pero este proyecto no llegó a buen puerto, pues los españoles exigían la conversión al catolicismo de Carlos, paso que no estaba dispuesto a dar. El óbito de su padre, le hizo subir al trono en 1625, año en el que también contrajo nupcias con Enriqueta María, hija de Enrique IV de Francia, deseoso de asegurar la alianza entre las dos potencias.

Sus súbditos, que habían confiado en las nobles virtudes que adornaban al rey, pronto vieron defraudadas sus esperanzas, puesto que el monarca se relajó bastante en las labores de gobierno, en las que fue sustituido progresivamente por su primer ministro, el duque de Buckingham. Durante el primer año de su reinado se enfrentó al Parlamento, porque se negó a concederle la elevada suma que había pedido para sufragar los gastos de la Guerra de los Treinta Años; esto le condujo a disolver la Cámara, que se convocó un año más tarde y que hizo responsable de los desmanes del rey al ministro y que, nuevamente, fue disuelto. Por tercera vez se convocó el Parlamento, que solicitó al rey -y obtuvo- la Petición de los Derechos; el asesinato de Buckingham no hizo sino agravar la situación y este tercer Parlamento fue disuelto también.

Durante once años hubo en el reino un gobierno despótico, focalizado en la figura del rey; éste, confiado en las alianzas firmadas con el resto de las potencias, pensaba acabar tranquilamente sus días, pero el pueblo, cada vez más cansado de los onerosos gastos de la corona y de las exacciones ministeriales, se empezaba a inclinar del lado republicano. Las simpatías religiosas del rey, que los protestantes interpretaron como una prueba de acercamiento hacia Roma, obligaron a un amplio sector de esta población a trasladarse a América. Quiso el rey imponer a sus súbditos una nueva liturgia, que los escoceses se negaron a aceptar, y que le condujeron a declarar la guerra. Ésta no llegó a llevarse a cabo y convocó el que sería el cuarto de su reinado, el Parlamento Corto, porque fue disuelto al poco tiempo, ya que reclamaba a Carlos explicaciones de algunos de los sucesos que habían tenido lugar durante el reinado, tales como la muerte del jefe de la oposición Eliot, al tiempo que le exigían la inmediata pacificación con Escocia. El rey perdía autoridad frente a la Cámara; el enfrentamiento definitivo tuvo lugar con ocasión de los conflictos escoceses: Londres en masa se puso de acuerdo con el Parlamento y el pueblo se levantó en armas. La única solución pacífica consistía en que Carlos abdicase de sus prerrogativas, lo que no estaba dispuesto a hacer, y así se originó la guerra entre los realistas y los cabezas redondas, al frente de los cuales estaba Cromwell. El rey perdió varias batallas hasta que, finalmente, fue entregado a los parlamentarios por los escoceses, en cuyo país se había refugiado. Aquéllos, convencidos de que la existencia del rey constituía un peligro para el Estado, le acusaron de alta traición, y fue juzgado y condenado a muerte por el Parlamento. El 30 de enero subía al cadalso, y se cuenta que el verdugo enseñó la cabeza del rey al pueblo diciendo: "He aquí la cabeza de un traidor". Le sucedió en clase de protector de la república, Oliverio Cromwell.

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  • lu