A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
HistoriaBiografía

Borrell II, Conde de Barcelona (915-992).

Conde de Barcelona, Gerona y Ausona, desde el año 947 al 992, y conde de Urgel desde el año 948 al 992; nacido en el año 915 y muerto en la Seu de Urgel en 992. Hijo primogénito y sucesor del conde Sunyer y de su esposa Riquilda, gobernó junto con su hermano Mirón desde el año 947 al 966, fecha en la que gobernó los condados en solitario. Durante su gobierno ascendió al trono francés Hugo Capeto(987) y, gradualmente, se llevó a cabo la independencia de los condados catalanes, que se concretó al año siguiente, cuando Borrell II se negó tajantemente a jurar obediencia al nuevo monarca francés.

Durante el gobierno conjunto de los dos hermanos, Mirón tuvo ciertas iniciativas acertadas para el condado catalán, como por ejemplo, la construcción de obras de irrigación que convirtieron las tierras de los alrededores de Barcelona en regadío, con el consiguiente incremento en la producción agrícola. También, durante el período de gobierno compartido se produjo el intento del abad Cesáreo de dar a los obispados de la Marca Hispánica una metrópoli (sede arzobispal) propia, con el objeto de emanciparse de la jurisdicción arzobispal de Narbona. Este intento secesionista se enmarcaba dentro de la preponderante orientación del clero catalán hacia Roma, a medida que iba decayendo la soberanía efectiva de los reyes francos sobre los condados catalanes.

Otra circunstancia importante en este período fue la intensificación diplomática que se llevó a cabo entre la corte califal de Abd al-Rahman III y de su sucesor al-Hakam y el condado de Barcelona, concretadas en varias embajadas de éste último a Córdoba. En esos precisos momentos, la Córdoba califal era el estado más poderoso del occidente europeo, recibiendo incluso visitas y embajadores periódicos del propio emperador alemán Otón III, por lo que los condados catalanes no permanecieron inermes ante semejante realidad política. Borrell II se dio cuenta de la necesidad de establecer relaciones amistosas con el califato cordobés, con el que entró en régimen de vasallaje beneficioso para los intereses fronterizos, ya que gracias al pacto firmado entre ambos estados, el conde catalán pudo repoblar los valles de Anoia y Sayá.

Tras la muerte de su hermano Mirón, el 31 de octubre del año 966, Borrell II concentró en su poder los condados de su hermano, circunstancia que le dio la supremacía sobre el conjunto de condados de la Marca. Al año siguiente se trasladó a la Auvernia, donde contrajo matrimonio con Ledgarda, hija de los condes de aquella región. En ese viaje conoció en el monasterio de San Pedro de Aurillac a un joven monje prometedor, a quien llevó consigo a Barcelona para que ampliase sus estudios, protegido en todo momento por el propio conde. El monje se llamaba Gerberto d'Aurillac, quien más tarde subiría al solio pontificio con el nombre de Silvestre II.

En el año 970, Borrell II, junto con el obispo de Vich, Attón, y con el prometedor Gerberto, viajaron a Roma para pedir al papa Juan XIII la concesión del arzobispado catalán de Vich y así separarse jurídicamente de la tutela religiosa de Narbona. El asunto, además de tener su incuestionable significancia religiosa, poseía un alto componente político, puesto que al instaurar el arzobispado en territorio condal de Borrell II, le confería automáticamente a éste un poder superior, regulado por el propio Papado, a los otros condes catalanes. Como era de suponer, la respuesta favorable del papa a las peticiones del conde catalán desencadenó enseguida una seria protesta de los otros condes de la Marca, sobre todo del arzobispado de Narbona, que no estaba dispuesto a perder su autoridad religiosa (y política) sobre los vastos territorios pertenecientes a Borrell II. El conflicto alcanzó tal gravedad que el 22 de agosto del año 971 el obispo Attón fue brutalmente asesinado, acción que tiró por tierra los planes de Borrell II.

En los años 971, 974 y 976, Borrell II volvió a mandar sendas embajadas al califa al-Hakam II, en las que el conde catalán no dejó de expresarle su amistad y clientela, así como el deseo de renovar las buenas relaciones entre ambos estados. Pero tras la muerte de al-Hakam II, en el año 976, el trono cordobés fue heredado por su hijo menor de edad, Hixem II, el cual estaba totalmente manejado y controlado por el nuevo hachib de la corte, Almanzor. Con Almanzor en el gobierno efectivo del califato cordobés las relaciones entre Córdoba y los reinos cristianos peninsulares sufrieron un cambio radical que se concretó en una superioridad militar aplastante de los musulmanes sobre la mayor parte del territorio peninsular.

Entre las expediciones militares contra los reinos cristianos que realizó Almanzor, la campaña que llevó a cabo en el año 985 contra los territorios de la Marca fue una de las más espectaculares y sangrientas, que se reflejó especialmente en la destrucción sistemática que efectuaron las tropas del general musulmán sobre un gran número de poblaciones catalanas. Almanzor salió de Córdoba el 5 de mayo de ese mismo año, dirigiéndose primero a Murcia, donde reunió más fuerzas dispuestas al asalto; nada más pasar el Ebro, Almanzor empezó a saquear todos los puntos avanzados de la frontera meridional de la Marca, apoderándose de los castillos construidos por Borrell II en la comarca del Penedés. Después de haber pasado a sangre y fuego los alrededores de Barcelona, el primer día de julio puso sitio a la ciudad, que acabó sucumbiendo seis días más tarde. Borrell II, adivinando el resultado final del asedio, apenas tuvo tiempo de escapar de la masacre y devastación de la ciudad por las tropas califales.

La aplastante derrota infligida por los musulmanes provocó en Borrell II, muy a pesar suyo, un cambio político radical pero del todo punto necesario, ya que se vio en la necesidad de volver a pedir auxilio al monarca francés, regresando de esa manera al vasallaje del que tanto esfuerzo le había costado distanciarse. No obstante, en el año 988, Borrell II mandó una nueva embajada a Córdoba, en la que demandó el restablecimiento de las relaciones entre ambos estados, a la que Almanzor no puso reparos. Al no necesitar el apoyo del monarca francés y aprovechándose del cambio dinástico en este reino, con la subida al trono de Hugo Capeto, en el año 987, Borrell II se negó a renovar su fidelidad al nuevo rey, lo que hizo que la independencia de los territorios de la Marca volviera a reiniciarse de una manera efectiva, aunque no oficial, puesto que los siguientes monarcas franceses no reconocieron el hecho como tal hasta tres siglos más tarde.

Borrell II se aplicó en su último año de gobierno a la restauración del condado, a la que contribuyeron con sus esfuerzos diversos nobles y señores particulares. Se llevó a cabo una meritoria labor de redención de cautivos de guerra. Borrell II mandó reconstruir un gran número de iglesias y monasterios, así como el patrimonio de los mismos, que había sido, en su mayor parte, saqueado por los musulmanes. También dispensó varias cartas puebla con el objeto de repoblar las villas destruidas. Finalmente, tras su muerte, en el año 992, dividió su estado entre sus hijos Ermengol, que heredó el condado de Urgel, y su primogénito Ramón Borrell, quien pasó a regir el lote más importante, integrado por los condados de Barcelona, Gerona y Ausona.

(Véase La formación de la Cataluña medieval en el apartado Historia de la Comunidad Autónoma de Cataluña).

Bibliografía

  • BOFARULL I MASCARÓ, Próspero. Los condes de Barcelona. (Barcelona: Ed. Fundación Conde de Barcelona, 1988).

  • GARCÍA CÁRCEL, Ricardo. Historia de Cataluña. (Barcelona: Ed. Ariel, 1985).

  • IRADIEL, Paulino; MORETA, Salustiano y SARASA, Esteban. Historia Medieval de la España cristiana. (Madrid: Ed. Cátedra, 1989).

  • MITRE FERNÁNDEZ, Luis. Historia de España. Sociedades, Estados, Culturas. (Madrid: Ed. Gredos, 1970).

  • NADAL I FARRERAS, Joaquín. Historia de Cataluña. (Barcelona: Ed. Oikos-Tau, 1992).

  • SOBREQUÉS I VIDAL, Santiago. Els grans comtes de Barcelona. (Barcelona: Ed. Vicens Vives, 1969).

  • SUÁREZ FERNÁNDEZ, Luis. Historia de España. Edad Media. (Madrid Ed. Gredos, 1970).

  • VALLS I TABERNER, Ferrán. Historia de Cataluña. (Madrid: Ed. Alianza, 1982).

CHG.

Autor

  • Carlos Herráiz García.