Bergés, Eduardo (1854-?).
Tenor español, nacido en Zaragoza el 2 de septiembre de 1854 y fallecido en Madrid en alguna fecha posterior a 1919. Bergés se hizo famoso a finales del siglo XIX por las interpretaciones del llamado "género grande", además de haber cantado alguna ópera gracias a su poderosa, armoniosa y brillante voz. Fue conocido también como "el tenor de Chapí", por sus magistrales papeles en las obras de dicho compositor.
Su familia quería que estudiase una carrera universitaria pero, al año de haberse matriculado en la Escuela de Arquitectura, abandonó para dedicarse por completo a la música. A los veintidós años, tras haber actuado en algunas funciones de aficionados, fue contratado para realizar una gira por Cuba. Los resonantes triunfos obtenidos en la isla, en los teatros Cárdenas y Albisu, hicieron que regresara a España ya como un cantante de cierto prestigio, a pesar de su juventud. Después de haber cantado en varias capitales, se estrenó en Madrid en septiembre de 1880 con El dominó azul, del maestro Emilio Arrieta. Un año después ratificó el éxito con Catalina, ambas actuaciones en el Teatro Apolo.
En 1882 inauguró la temporada del Teatro de la Zarzuela con Marina, del mismo compositor, y probablemente la pieza que mejor interpretó, en el personaje de Jorge. Entre las compañías se apreciaba mucho su versatilidad y virtuosismo a la hora de ejecutar cualquier parte de tenor, por complicada que fuera. Aunque poseía cualidades para ello, no se prodigó en la ópera y prefirió triunfar en España en un momento en que la zarzuela gozaba de enorme popularidad.
Durante las décadas de 1880 y 1890 se consagró como figura indiscutible de la escena, gracias a papeles magníficos en La tempestad, El rey que rabió, El milagro de la Virgen, La bruja -las cuatro de Ruperto Chapí-, Los magyares o San Franco de Siena. En 1893 estrenó La estudiantina, de G. Mateos, zarzuela que repitió ese mismo año en el Teatro Cervantes de Málaga, junto con el estreno de Blanca de Saldaña. En los últimos años del siglo XIX cesó casi por completo en su actividad artística, a pesar de seguir con las facultades intactas; y en octubre de 1909 realizó la última aparición ante el público en el Teatro de la Zarzuela.
Poco se sabe de su vida una vez se hubo retirado, ya que tras morir su mujer y su hijo, y perder la mayor parte del dinero ganado, vivió apartado de la gloria conquistada. Se sabe que en la temporada 1918-19, durante una función presidida por Alfonso XIII a la que Bergés asistió como espectador, el propio monarca se interesó por su situación económica, y le prometió un cargo honorífico que al parecer nunca llegó a ocupar.
