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LiteraturaBiografía

Berceo, Gonzalo de (1196-ca. 1252).

Gonzalo de Berceo

Poeta religioso español, nacido en Berceo, un pueblo riojano cercano a la actual Logroño, a finales del siglo XII y fallecido, aproximadamente, en 1252. Fue un poeta excepcional, interesado siempre en celebrar la grandeza y la bondad de la Virgen y los santos. Es el primer autor literario de nombre conocido en las letras españolas.

Vida

Se conocen pocos datos acerca de la existencia de Gonzalo de Berceo. Algunos estudiosos de su vida y obra creen que nació en un barrio de Berceo llamado "Madrid". En 1221 fue nombrado diácono en el monasterio benedictino de San Millán de la Cogolla, centro de cultura en el camino de Santiago. Para acceder a este cargo religioso era necesario haber cumplido los veinticinco años de edad, por eso tuvo que nacer, aproximadamente, en 1196.

Busto de Gonzalo de Berceo en la población de Berceo (La Rioja).

Se sabe también con seguridad que se educó desde muy joven en ese monasterio, donde fue, además de diácono, notario del abad Juan Sánchez. En sus propios versos, Berceo se llamó a sí mismo "maestro". Según esto, algunos piensan que cursó una carrera superior en los Estudios Generales de Palencia (la primera universidad fundada en España); sin embargo, también puede entenderse que era "maestro de confesión", es decir, el encargado de confesar a los monjes de su convento.

El monasterio de San Millán de la Cogolla al que pertenecía Gonzalo de Berceo se llamó también San Millán de Suso (que quiere decir 'de arriba'), ya que pronto se fundó otro monasterio del mismo nombre que se conoció como San Millán de Yuso (o sea, 'de abajo').

Parece ser que Berceo también perteneció durante un tiempo a este monasterio "de Yuso", así como a una tercera congregación de monjes: la del monasterio de Santo Domingo de Silos (en la actual provincia de Burgos).

No se sabe con exactitud la fecha de la muerte de Berceo, pero debió de ocurrir siempre después de 1252, pues en un poema suyo menciona la muerte del rey Fernando III el Santo, que falleció en dicho año.

Obra

Berceo es el principal exponente del cultivo de la cuaderna vía, estrofa compuesta de cuatro versos de catorce sílabas (llamados alejandrinos) que mantienen la misma rima consonante. Su nombre ha corrido asociado al del Mester de clerecía, una corriente que apostaba por esa forma métrica en unión de unos contenidos morales, religiosos, históricos y verídicos en su conjunto.

Fue un hombre culto, que conocía bien la literatura latina. Además de la literatura propia de los clérigos o religiosos (el mester de clerecía), a Berceo le debieron de gustar los poemas y las canciones populares que cantaban los juglares, pues a veces utiliza en sus versos fórmulas propias del mester de juglaría (como, por ejemplo, pedir un vaso de buen vino al lector o al oyente de sus poemas, como recompensa por los versos que le ha ofrecido).

El lenguaje de Berceo es llano y sencillo, capaz de ser entendido a la perfección por cualquier lector y oyente. Él mismo dice que se propone escribir con las mismas palabras que utiliza las gentes corrientes para hablar con sus vecinos.

Berceo escribió vidas de santos, textos marianos y tratados de tipo doctrinal.

Vidas de santos

Berceo escribió, en verso, la vida y milagros de los santos venerados en los monasterios a los que pertenecía. Se trataba de que los peregrinos pasasen por aquellos lugares, y de conseguir, con esta publicidad, mayores derechos legales y beneficios económicos.

Entre las vidas de santos, conservamos su temprana Vida de San Millán de la Cogolla, su ambiciosa Vida de santo Domingo de Silos, el Martirio de san Lorenzo y la Vida o visiones de Santa Oria; en las dos primeras, ya que las otras no son propiamente vitae sanctorum, el esquema narrativo es idéntico: en primer lugar, Berceo cuenta la vida del santo; en segundo, sus milagros en vida; en tercer y último lugar, sus milagros tras la muerte de santo. Berceo compuso otros textos hagiográficos que, por desgracia, no se han conservado. Sus obras doctrinales son el Sacrificio de la misa y los Signos que aparecerán ante del Judicio.

Poemas sobre la Virgen

Berceo supo unir las dos tradiciones existentes en la literatura religiosa de su época: las colecciones de milagros y la exaltación mariana. Muchas de estas historias milagrosas habían circulado ya por otras literaturas de Europa. La originalidad de Berceo consiste en adjudicárselos a la Virgen, que en sus versos aparece como una figura muy humanizada (sobre todo los sentimientos que expresa: pena, dolor, amor, bondad, dulzura, etc.). El corpus mariano de Berceo está compuesto por el Duelo que fizo la Virgen María, los Loores de Nuestra Señora y sus célebres Milagros de Nuestra Señora.

Su obra más conocida es Milagros de Nuestra Señora, obra maestra de la literatura mariana universal. Es una colección de veinticinco poemas (más uno que hace de introducción o presentación alegórica) que cuentan, cada uno de ellos, una intervención milagrosa de Virgen. Según Berceo, María siempre salva a los que la aman, aunque haya pecado.

Para escribir esta obra, Berceo debió de utilizar como modelo alguna colección de milagros en latín de la que hoy no tenemos noticia; sin embargo, hay varios manuscritos con tales Miracula que muestran una extraordinaria proximidad respecto del texto de Berceo; aparte, el prólogo y uno de los milagros ("La iglesia robada") son una aportación original del clérigo riojano.

La maestría del poeta se demuestra en la técnica de adaptación de los originales latinos al vernáculo riojano, lo que supone mucho más que una simple traducción literal; ahí, precisamente, es donde radica la aportación de Berceo, que trató en sus Milagros una materia del gusto de sus contemporáneos, como se ve por la obra francesa de Gautier de Coincy, latina de Juan Gil de Zamora o gallego-portuguesa de Alfonso X el Sabio dentro del mismo siglo.

Gonzalo de Berceo: Milagros de Nuestra Señora.

Poemas doctrinales

Son los menos importantes en el conjunto de su obra. Tratan de asuntos relacionados con la doctrina cristiana. Son "El Sacrificio de la Misa", "Signos que aparecerán el día del Juicio" y tres himnos litúrgicos.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.