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LiteraturaBiografía

Benítez Rojo, Antonio (1931-2005).

Narrador, ensayista, guionista de cine y profesor universitario cubano, nacido en La Habana el 14 de marzo de 1931 y fallecido en Northampton (Massachusetts, U.S.A.) el 6 de enero de 2005. Fue una de las figuras cimeras de la narrativa cubana de la segunda mitad del siglo XX.

Inclinado desde muy temprana edad hacia la creación literaria, cursó sus estudios primarios en el Colegio de Belén, de La Habana, donde inició también una formación secundaria que habría de completar en el Instituto de Segunda Enseñanza de dicha ciudad.

Pasó, a continuación, a la Universidad de La Habana para cursar allí estudios superiores de Letras y, al mismo tiempo, de Contabilidad; y una vez licenciado en dicho centro, marchó por vez primera a los Estados Unidos de América para completar, en la American University de Washington, la carrera de Estadística.

A comienzos de los años sesenta, tras el triunfo de la Revolución de Fidel Castro, Antonio Benítez Rojo se identificó con el espíritu revolucionario y se implicó en la vida política de su nación, donde desempeñó algunos cargos de gran responsabilidad, como el de Director del Departamento de Estadística del Ministerio de Trabajo. Más adelante, ya consagrado como una de las grandes revelaciones de la Literatura cubana contemporánea, asumió la dirección de la Casa del Teatro del Consejo Nacional de Cuba, al tiempo que colaboraba estrechamente con algunas de las principales publicaciones de su país (como la prestigiosa revista Cuba, de la que llegó a ser Jefe de Redacción).

Viajero infatigable por diferentes países de América y Europa, Antonio Benítez Rojo alcanzó pronto un gran prestigio internacional como escritor, en buena parte debido a la obtención del premio "Casa de las Américas", de gran resonancia en todos los países de habla hispana, que recayó, en 1967, en su espléndida colección de relatos Tute de reyes. Este reconocimiento le permitió colaborar asiduamente en numerosos diarios y revistas de Cuba -como Unión, Casa de las Américas, El Caimán Barbudo, La Gaceta de Cuba, Bohemia, Universidad de la Habana, Santiago y la ya mencionada Cuba) y de muchos lugares del extranjero -como Les Lettres Nouvelles y Cuadernos del Ruedo Ibérico (de París), e Ínsula (de Madrid).

Al margen de esta dedicación al periodismo literario y a la política cultural de su país, y de su constante entrega al cultivo de la creación literaria, Benítez Rojo trabajó durante muchos años como investigador de Humanidades en el Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas. Conferenciante ameno y facundo, ensayista de reconocida autoridad en todo el ámbito hispanoamericano y estudioso de otras manifestaciones de la creatividad artística emparentadas con la literatura (como, por ejemplo el cine), Antonio Benítez Rojo se sintió asfixiado por la ortodoxia castrista y, desengañado del apoyo juvenil que había brindado a la Revolución, aprovechó un viaje cultural a Europa para tomar el rumbo del exilio en 1980, cuando estaba a punto de cumplir los cincuenta años de edad.

Tras un breve período de asilado en el Viejo Continente, marchó a los Estados Unidos y acabó fijando su residencia en Massachusetts, donde encontró un ventajoso puesto de profesor de Literatura Hispanoamericana y Caribeña en el Amherst College. Además, tuvo ocasión de impartir clases, en calidad de profesor visitante, en otros centros universitarios norteamericanos de tanto prestigio como Harvard, Emory, Brown, Yale, Pittsburg y Miami.

Obra

Autor de una deslumbrante producción narrativa que, en parte, ha sido traducida a ocho idiomas (entre ellos el inglés, el francés, el ruso, el alemán y el húngaro), Antonio Benítez Reyes se dio a conocer como escritor merced a su ya citada colección de relatos Tute de reyes (La Habana: Casa de las Américas, 1967), obra con la que vino a renovar por completo la literatura de su nación, a la que aportó un soplo de vitalidad fantástica en un momento en el que la ortodoxia de la cultura oficial parecía imponer un férreo realismo.

En la misma línea de trabajo -que, según el testimonio del propio autor, se basaba en un procedimiento básico de trasposición de la realidad cotidiana a un mundo imaginario, con el fin de dotar a sus historias y personajes de una perspectiva más ensoñadora y poética-, Benítez Reyes confirmó su maestría en el cultivo del relato con El escudo de hojas secas (La Habana: Ediciones Unión, 1969). Esta segunda colección de narraciones breves también se hizo acreedora de un prestigioso galardón: el Premio de Cuento "Luis Felipe Rodríguez", otorgado por la Unión Nacional de Escritores y Artistas Cubanos (UNEAC).

A mediados de los años setenta, el escritor habanero publicó la novela breve Los inquilinos (1976), con la que demostró también un asombroso dominio de este complejo género narrativo. Un año después, volvió a sorprender gratamente a críticos y lectores con otra excelente recopilación de cuentos, Heroica (La Habana: Ed. Arte y Literatura, 1976), para adentrarse finalmente en la novela extensa a finales de dicha década, por medio de El mar de las lentejas (La Habana: Ed. Letras Cubanas, 1979). Se trata de una brillante narración con la que Benítez Rojo intentó crear una novela específicamente caribeña.

El resto de su prosa de ficción comprende otros títulos tan dignos de reseña como Fruta verde (La Habana: Ed. Letras Cubanas, 1979) -obra en la que se adentró, con menos acierto que en sus libros anteriores, en el cuento breve de carácter realista-, El enigma de los esterlines (La Habana: Ed. Gente Nueva, 1980) -sorprendente incursión de Benítez Rojo en la novela destinada a los jóvenes lectores-, Estatuas sepultadas y otros relatos (Hanover [New Hampshire, U.S.A.]: Ediciones del Norte, 1984) -recopilación de cuentos en la que aparecen algunas narraciones que, como la que da título al libro, fueron llevadas a la gran pantalla con guión del propio Benítez Rojo-, Paso de los vientos (San Juan de Puerto Rico: Ed. Plaza Mayor, 1999) -otra colección de cuentos- y Mujer en traje de batalla (Madrid: Alfaguara, 2001) -una muestra excepcional de la perfecta simbiosis entre el aliento creativo del narrador y su vasta erudición.

En esta última narración extensa, Benítez Rojo convierte en material novelesco la peripecia real de Henriette o Enriqueta Faber, una joven francesa tan animosa que, con tan sólo quince años de edad, decide disfrazarse de hombre para seguir los pasos de su esposo, un oficial de las tropas napoleónicas. La desgraciada muerte de éste empuja a la impulsiva Henriette a una alocada vida de bohemia y aventuras: tras enrolarse en el Théatre Nomade -la compañía de cómicos ambulantes de Madame Polidor, que acaba estableciendo fuertes vínculos afectivos con la joven-, determina vestirse nuevamente de hombre para ser admitida en la Universidad de París, donde realiza la carrera de Medicina. Sin descubrir su identidad, se alista en el ejército de Napoleón en calidad de oficial médico y toma parte en la campaña de Rusia; finalmente, tras múltiples andanzas entre la tropa, es hecha prisionera por las huestes de Wellington en la batalla de Vitoria.

Bajo el nombre masculino de Enrique Faber, la protagonista acaba dando con sus huesos en Cuba, donde contrae matrimonio con Juana de León. Ésta, pobre y enferma de tuberculosis, no descubre la auténtica naturaleza de su fingido esposo hasta tras años después de la boda; luego denuncia el engaño y Enriqueta se ve primero encarcelada y, finalmente, expulsada de Cuba y de cualquier otro dominio de la Corona española. Recala, así, en Nueva Orleáns, donde empieza a relatar por escrito la rocambolesca historia de su vida, narración a la que pondrá fin en Nueva York hacia el año de 1870.

Además de sus obras de ficción, Benítez Rojo cultivó también con notable acierto el ensayo y la crítica literaria, materia en la que se reveló como un perfecto conocedor de las obras de Juan Rulfo, Fernando Ortiz, Alejo Carpertier y, entre otras figuras cimeras de las Letras hispanoamericanas, Nicolás Guillén. Entre sus ensayos y estudios más notables, cabe reseñar los titulados Recopilación de textos sobre Juan Rulfo (Casa de las Américas, 1969) y La isla que se repite: el Caribe y la perspectiva posmoderna Hanover [New Hampshire, U.S.A.]: Ediciones del Norte, 1989). Además, son suyas las antologías Quince relatos de América Latina (La Habana: Casa de las Américas, 1970) -realizada en colaboración con Mario Benedetti- y 10 noveletas breves y famosas (La Habana: Instituto Cubano del Libro, 1971).

Bibliografía

  • ACOSTA, Leonardo. "Benítez gana la partida", en Casa de las Américas (La Habana), nº 45 (noviembre-diciembre de 1967), págs. 166-169.

  • ÁLVAREZ, Luis. "El mar de las lentejas: historia, acción y personajes", en Casa de las Américas (La Habana), nº 116 (1979), págs. 150-155.

  • ARENAS, Reinaldo. "Benítez entra en el juego", en Unión (La Habana), nº 2 (1968), págs. 146-152.

  • AYALA, Delia. "En torno a Tute de Reyes", en Cultura Universitaria (Caracas), ns. 98-99 (1968), págs. 30-35.

  • ORTEGA, Julio. "Cuentos de Antonio Benítez Rojo", en Relatos de la utopía (Barcelona: La Gaya Ciencia, 1973), págs. 173-190.

  • PRODA, Ernato. "Cuba: literatura y revolución. Diálogo con Antonio Benítez», en Difusión (La Paz [Bolivia], nº 2 (1971), págs. 6-7.

  • SALDAÑA, Excilia. "Benítez Rojo: el destructor de mitos", en El Caimán Barbudo (La Habana), nº 42 [2ª época] (1970), págs. 26-28.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.