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HistoriaPolíticaBiografía

Ben Gurión, David (1886-1973).

Político israelí aunque nacido el 16 de octubre de 1886 en la ciudad rusa de Plonsk (actualmente en territorio polaco) y muerto el 1 de diciembre de 1973 en un kibbutz próximo a Tel Aviv. Su verdadero nombre era David Gruen. Líder político del movimiento sionista y poseedor de un gran carisma, fue primer ministro (1948-1953, 1955-1963) del recién fundado Estado de Israel, cargo que desempeñó junto con el de ministro de Defensa. Por su dedicación y lucha por el establecimiento del Estado de Israel, fue investido por el Parlamento israelí (Knesset) con el título de Padre del Estado de Israel.

Ben Gurion fue hijo de un destacado judío sionista de Plonsk, Víctor Gruen, líder del movimiento Amantes de Sión, quien le inculcó un profundo sentimiento religioso y los ideales del grupo que defendían el regreso de todos los judíos dispersos por el mundo a la patria milenaria de Israel. A los 17 años de edad, el joven David Gruen marchó a Estambul con el objeto de estudiar idiomas y licenciarse como abogado, e ingresó por aquel entonces en uno de tantos movimientos de carácter sionista que proliferaban en la ciudad turca. En el año 1906, con apenas 20 años, Gruen se trasladó a Palestina, bajo control del Imperio Otomano, donde trabajó en una granja de un asentamiento judío de Galilea. Gruen adoptó entonces el apellido hebreo de Ben Gurión ('hijo de un joven león'). En el año 1907, Ben Gurión fundó su propio movimiento sionista, al que llamó Trabajadores de Sión, y declaró como principal objetivo del grupo la constitución de un Estado de Israel en Palestina, en el que tendrían cabida todos los judíos del mundo, tal como le inculcó su padre. En 1910 abandonó definitivamente la granja para dedicarse por entero a la política, y fundó un periódico en lengua hebrea destinado a ser medio de expresión para los trabajadores sionistas, Achdut ('La Unidad').

Nada más estallar la Primera Guerra Mundial, Ben Gurión fue víctima de la desconfianza del gobernador turco de Palestina debido a sus conocidas acciones políticas sionistas y desestabilizadoras, por lo que fue inmediatamente arrestado y expulsado de los territorios dependientes del Imperio Otomano. Tras abandonar Palestina, viajó a Nueva York, en 1915, ciudad donde se casó con una joven judía de origen ruso, Pauline Munweis. Desde Nueva York, él y su organización sionista colaboraron activamente del lado de Gran Bretaña, máxime cuando las tropas británicas consiguieron vencer al ejército otomano y controlar toda la región palestina. En 2 de noviembre de 1917, el Gobierno británico publicó la Declaración Balfour por la que la Administración británica se comprometía a apoyar la creación y constitución de un estado judío en Palestina, declaración que fue refrendada por el resto de aliados, a pesar de que se hiciera otro tanto con los dirigentes árabes de la zona. Ben Gurión se alistó rápidamente en la Legión Judía integrada dentro del Ejército británico para liberar definitivamente Palestina del dominio turco. Sin embargo, cuando llegó a Palestina, la Primera Guerra Mundial había concluido en esa zona, tras lo cual la región pasó a ser dominada por entero por Gran Bretaña. A pesar de ello, los británicos no entorpecieron la causa judía cuando, en 1922, recibieron el mandato oficial por parte de la Sociedad de Naciones para gobernar Palestina.

Ben Gurión comenzó la tarea de crear las bases del futuro Estado de Israel. Lo primero que hizo fue acelerar y fomentar la inmigración de judíos de todo el mundo a Palestina, creando para tal fin la Federación General del Trabajo (Histadrut) y la Fuerza de Defensa Judía (Haganá), ambas organizaciones encargadas de asumir y organizar los asentamientos de todos los judíos que iban llegando a Palestina. El Histadrut rápidamente se convirtió en la fuerza principal, tanto en lo social como en lo económico, del proyecto político de Ben Gurión. En el año 1930, fundó junto con unos pocos colaboradores el partido político Mapai, el cual conjugaba sus principios sionistas con los socialistas, y del que se hizo cargo hasta el año 1968, fecha en la que se disolvió. En 1935 siguió trabajando para conseguir sus objetivos políticos, y fue nombrado presidente del comité ejecutivo de la Agencia Judía para los Asuntos de Palestina, con lo que se convirtió en el judío más influyente de Palestina.

En 1939 saltaron a primer plano las contradicciones que la Declaración Balfour conllevaba. Las autoridades británicas, antes de la redacción de la misma, habían prometido a la comunidad árabe el asentamiento en Palestina como pago al gran esfuerzo bélico que hicieron las diferentes tribus árabes de la zona para expulsar a las fuerzas otomanas. Ambas partes, la israelí y la árabe, iniciaron una serie de sangrientos enfrentamientos que obligaron a la Administración británica a realizar un cambio drástico de su política en la zona. La presión belicista desatada por la Alemania de Adolf Hitler hacía suponer un nuevo enfrentamiento a escala mundial, por lo que a Gran Bretaña le interesaba controlar un frente de guerra tan problemático como era la zona de Oriente Próximo. Por todo ello, Gran Bretaña comenzó a adoptar una posición más favorable a los intereses árabes, como el reducir drásticamente el flujo migratorio judío a Palestina. La reacción de Ben Gurión no se hizo esperar: solicitó la insurrección abierta de toda la comunidad judía mundial contra Gran Bretaña y sus intereses.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Ben Gurión intentó aproximarse de nuevo a Gran Bretaña, para lo que se opuso tajantemente a las acciones terroristas llevadas a cabo por Menáhem Beguin y su organización radical-sionista clandestina, el Irgún, contra los intereses británicos en la zona, las cuales no favorecían la buena disposición británica para la causa sionista. Se propuso volver a reactivar las migraciones de judíos hacia Palestina y así obligar a Gran Bretaña a aceptar una situación inevitable, la creación del Estado de Israel. El 12 de mayo de 1942 organizó una asamblea urgente del movimiento sionista en Nueva York, en cuya convención se decidió, por absoluta unanimidad, el establecimiento de una comunidad judía permanente en Palestina una vez que finalizase la guerra.

Una vez que acabó la contienda mundial, y debido a que Gran Bretaña seguía sin dar el visto bueno a la creación del Estado de Israel, Ben Gurión, como líder indiscutible de los judíos asentados en Palestina, aceptó el inicio de una campaña de sabotajes y ataques terroristas contra Gran Bretaña y la comunidad árabe como medida de presión, lo que forzó la situación hasta llevarla al límite. En dicha campaña de terror, el Irgún dirigido por Begin tuvo un papel tan destacado como sangriento, como lo demuestra la colocación de una bomba en el Hotel Rey David de Jerusalén, el 22 de julio de 1946, donde estaba establecido el cuartel general del ejército británico y la Administración árabe de Palestina, acto que causó un total de 99 víctimas mortales; o también el ataque aéreo contra los árabes en la ciudad de Dir Jassin, el 9 de abril de 1948, en el que doscientas cincuenta y cuatro personas fueron asesinadas impunemente. Finalmente, el 14 de mayo de 1948, las Naciones Unidas, con el total apoyo de los Estados Unidos de América y la URSS, dieron el visto bueno para la creación del Estado de Israel, lo que dio por bueno el espíritu recogido en la famosa Declaración Balfour.

Ben Gurión fue nombrado Primer Ministro del recién creado Estado de Israel, puesto que ocupó hasta el año 1963, exceptuando un período de dos años de apartamiento voluntario del poder para retirarse al desierto del Neguev y dedicarse al pastoreo de ovejas argentinas. Ben Gurión vio en el nacimiento del nuevo Estado de Israel una especie de continuación del Israel histórico, el cual, según constató él mismo, había sido interrumpido hacía 2.000 años por las legiones romanas. Para Ben Gurión, esos 2.000 años de exilio forzoso del pueblo judío habían sido un prolongado paréntesis en la historia del pueblo de Israel, la cual era retomada de nuevo con la constitución del Estado de Israel, y declaró finalmente que, a partir de ese momento, el pueblo judío no volvería a ser expulsado jamás de unos territorios que le pertenecían desde los tiempos bíblicos.

En el orden interno, llevó a cabo una política de amplias reformas sociales y agrarias que sentaron las bases del nuevo Estado de Israel, con lo que creó un país estable y rentable, tarea difícil dada la enorme diversidad lingüística, cultural y social del país, con riadas de gente que no paraba de llegar durante los primeros años de la creación del estado, procedentes de todos los rincones del mundo. No obstante, Ben Gurión logró asumir todo ese gentío al fomentar la inmigración, la educación (con la creación de un sistema unificado de enseñanza estatal) y, especialmente, el desarrollo de las tierras desérticas a las que convirtió en rentable unidades de producción capaces de alimentar a todo el país y de exportar los productos excedentes (los kibbutzin).

Una de sus mayores preocupaciones fue la de organizar un sistema adecuado de defensa, ya que Israel se hallaba rodeada de estados árabes enemigos. Para ello, Ben Gurión unificó las dispersas fuerzas clandestinas en un ejército poderoso, pequeño en número pero muy eficaz y bien entrenado, como se demostró en la Primera Guerra Árabe-Israelí, desarrollada entre los años 1948 y 1949, en la que el ejército israelí derrotó con contundencia a una gran coalición militar de los países árabes vecinos, y fue capaz de resistir las continuas agresiones bélicas posteriores que no dejaron de amenazar la continuidad y seguridad de Israel. Ben Gurión adoptó una política militar defensiva, simple pero muy práctica, que le dio muy buenos resultados: respondió a todas la violaciones de los períodos de paz firmados por parte de sus vecinos árabes con sistemáticas y sangrientas represiones por parte de sus fuerzas de seguridad.

A pesar de las pocas simpatías que Ben Gurión sentía hacia los gobiernos occidentales, éste demostró su talla de estadista y hombre pragmático al aliarse con Gran Bretaña y Francia en la guerra que dichos países sostenían con Egipto como consecuencia de la nacionalización y cierre del Canal de Suez decretado por su presidente Nasser, con lo que consiguió arrebatar a esta país la península del Sinaí, territorio del que sólo se retiró Israel bajo la presión de la fuerzas de las Naciones Unidas.

Tras la batalla del Sinaí, Israel entró en un período de prosperidad y calma, lo que permitió a Ben Gurión iniciar una serie de conversaciones secretas con los países árabes de la zona para llegar a un acuerdo de paz duradero y de concordia pacífica. Sin embargo, en junio del año 1963, Ben Gurión anunció su decisión de abandonar la jefatura del Gobierno israelí debido a una gran crisis interna desatada dentro de su partido Mapai, que enfrentó a los partidarios de la línea política moderada defendida por Ben Gurión con el sector más radical por el affaire Lavon. El sector radical acabó aliándose, en 1965, con el partido de extrema izquierda Adhut Avola, lo que provocó la salida de Ben Gurión y de sus partidarios del Mapai. Acto seguido, Ben Gurión fundó un nuevo partido, también de corte liberal, el Rafi, con el que no pudo vencer en las elecciones generales a su contrincante y sucesor en el cargo, Levi Eshkolo. Finalmente, en el año 1970, Ben Gurión decidió retirarse definitivamente de la política activa y abandonar su escaño en el Kneset, para dedicarse a escribir sus memorias en un kibbutz de su propiedad ubicado entre Beersheva y Avdat, en el desierto del Neguev. Al producirse el inicio de una nueva guerra árabe-israelí, en el año 1967, Ben Gurión preconizó la evacuación de los territorios ocupados por Israel, tal como sucedió posteriormente.

De su numerosa producción escrita, en forma de ensayos, discursos y reflexiones de todo tipo, podemos destacar las siguientes obras: La lucha, nosotros y nuestros vecinos; Cartas a Paula; Israel: Historia personal; y Los judíos en Tierra Santa, ésta última publicada de manera póstuma.

Bibliografía

  • BAR-ZOHAR, Michel. Israel, el nacimiento de una nación: Ben Gurión. (Madrid; Ed. Cid, 1967).

  • BEN-AMI, Slomo. Historia del Estado de Israel: génesis, problemas y realizaciones. (Madrid; Ed. Rialp, 1992).

  • MARTÍNEZ CARRERAS, José Urbano. El mundo árabe e Israel: el Próximo Oriente en el siglo XX. (Madrid; Ed. Itsmo, 1991).

CHG

Autor

  • Carlos Herráiz García.