A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
PolíticaLiteraturaPsicologíaBiografía

Azofeifa Bolaños, Isaac Felipe (1909-1997).

Poeta, ensayista, político y educador costarricense, nacido en Santo Domingo (en la provincia de Heredia) en 1909 y fallecido en San José de Costa Rica el 1 de abril de 1997. Autor de una espléndida producción poética que, partiendo del Modernismo, asimila los mejores hallazgos del Postmodernismo y la Vanguardia para acabar configurando una voz única, singular e inconfundible, está considerado como uno de los poetas más importantes de las Letras costarricenses y, sin lugar a dudas, una de las figuras más relevantes de la literatura centroamericana del siglo XX.

Vida

Vino al mundo en el seno de una familia campesina de hondas raíces hidalgas en Santo Domingo de Heredia. Allí, en contacto con el campo y la vida rural, se familiarizó con la contemplación de las cosas sencillas y la reflexión acerca de ellas, hábitos que luego habrían de otorgar un sello muy personal a su producción literaria.

Fue su progenitor quien le inculcó el amor por las Letras y el respeto por una serie de ideales y valores que, como el anhelo de paz y justicia y la persecución constante de la belleza, habrían de dar sentido a todas las actividades que desarrolló en su vida adulta. Humanista fecundo y polifacético, extendió el cumplimiento de estos valores a otras actividades ajenas a su vocación literaria, como la docencia y la política.

A los veinte años de edad, después de haber cursado con brillantez sus estudios primarios y secundarios, obtuvo una beca que le permitió desplazarse a Chile para ampliar allí sus conocimientos y sus horizontes vitales. Instalado, pues, desde 1929 en la capital del país andino, el joven Isaac Felipe tuvo ocasión de entrar en contacto con los principales representantes sudamericanos de la Vanguardia, con lo que, poco a poco, se fue alejando de la estética modernista que aún estaba vigente en el ámbito centroamericano del que procedía, para ir asimilando los mejores logros de las nuevas tendencias renovadoras del arte y el pensamiento.

Permaneció en Santiago de Chile hasta 1934, durante un fructífero lustro en el que, además de evolucionar estéticamente hacia estas nuevas corrientes rupturistas y transgresoras procedentes de Europa y del Cono Sur americano, adquirió unos valiosos conocimientos de las nuevas técnicas de la pedagogía moderna.

A su regreso a Costa Rica, Isaac Felipe Azofeifa se integró perfectamente en los principales foros artísticos, académicos e intelectuales de su nación, donde, con el paso del tiempo, habría de capitanear una profunda renovación de la poesía y, en general, de las ideas literarias y culturales que estaban en boga a mediados del siglo XX. Comenzó a ejercer una poderosa influencia desde las aulas del Liceo de Costa Rica, donde inició una fecunda trayectoria docente que después halló continuidad en una cátedra de la Universidad de Costa Rica. Allí alcanzó a ocupar el elevado rango académico de director de los Estudios Generales.

Su elevada talla intelectual -que contrastaba con su diminuta estatura- le convirtió en uno de los grandes protagonistas de la vida pública de su nación. Fue uno de los Fundadores del Centro para los Estudios Nacionales -institución que imprimió un extraordinario impulso a la cultura costarricense del siglo XX-, y perteneció también al grupo Soberanía e, incluso, al Partido Socialista de Costa Rica, en cuyas filas llegó a ser precandidato para las elecciones presidenciales de la nación.

Maestro de numerosas generaciones de educadores costarricenses, figura destacadísima en la política educativa y cultural de su pueblo, colaborador asiduo en los principales medios de comunicación del país, conferenciante culto y ameno y, en suma, contertulio erudito y amable en debates y tertulias, Isaac Felipe Azofeifa dejó un recuerdo y un legado imborrables entre la intelectualidad centroamericana de su tiempo. Consagrado como uno de los grandes patriarcas de las Letras nacionales, sumió a sus conciudadanos en una honda preocupación cuando, en abril de 1996, ya casi nonagenario, sufrió un derrame cerebral mientras corregía el que habría de ser su postrer poemario. El anciano poeta no logró recuperarse de esta gravísima dolencia, que acabó por causarle la muerte en abril de 1997, después de haberle mantenido en estado comatoso durante un año.

Obra

Isaac F. Azofeifa se dio a conocer como poeta antes de cumplir los veinte años de edad, cuando aún no había abandonado su Costa Rica natal para gozar de la mencionada beca de estudios en Santiago de Chile. Publicó, entonces, una composición juvenil titulada "La voz de las cuatro patrias", que se alzó con el primer premio del certamen poético convocado por el Diaro de Costa Rica en 1928.

Pese a esta precocidad, no reunió sus poemas en un libro hasta la tardía fecha de 1958, cuando, ya a punto de cumplir el medio siglo de existencia, decidió atender las peticiones de quienes le rogaban que recogiera en poemarios el material que había ido dejando disperso en rotativos y revistas. Fue así como Azofeifa dio a la imprenta Trunca unidad (1958), su opera prima, en la que seleccionaba una parte de los poemas de experimentación vanguardista que había publicado anteriormente en la revista cultural Repertorio Americano. Claramente influidos por las corrientes innovadoras que había conocido durante su estancia en Chile, estos poemas mostraban ya a las claras la evolución de Azofeifa desde el modernismo tardío de sus primeros textos líricos a la riqueza y audacia de la experimentación vanguardista.

Tras esta feliz irrupción - profundamente enriquecedora no sólo para Azofeifa, sino, en general, para la lírica costarricense de mediados del siglo XX- en los excesos de la Vanguardia, el poeta de Santo Domingo de Heredia evolucionó hacia una lírica mucho más centrada en la condición humana, los problemas cotidianos del hombre y, en suma, la complejidad de la vida en el mundo moderno, donde los anhelos e inquietudes de siempre -el amor, la muerte, la libertad- chocan violentamente con el crudo signo de un tiempo marcado por el odio, la guerra, la opresión, la injusticia, etc.

Todos estos temas propios de la "poesía humanizada" se hacen ya bien patentes en el segundo poemario de Azofeifa, que salió de los tórculos a comienzos de los años sesenta bajo el título de Vigilia en pie de muerte (1961). Esta colección de versos, que fue galardonada en El Salvador con el Primer Premio en del Concurso Cetroamericano de Poesía, dio paso a nuevas entregas poéticas que configuraron una espléndida trayectoria literaria; entre ellas, cabe recordar las tituladas Canción (1964) -galardonada con el Premio Nacional de Poesía-, Estaciones (1967), Días y territorios (1969) -que también reportó a Azofeifa el Premio Nacional de Poesía-, Cima del gozo (1974) -distinguida, igualmente, con dicho galardón- y Cruce de vía (1982). A mediados de los años noventa publicó una muestra antológica del conjunto de su producción lírica, recopilada bajo el título de Poesía reunida (1995), y posteriormente trabajó en el poemario Órbita, que era la obra que estaba corrigiendo cuando le sobrevino el fatal derrame.

Además de haber obtenido el referido Premio Nacional de Poesía en varias ocasiones, Isaac Felipe Azofeifa fue honrado con otros muchos galardones y distinciones, entre las que cabe recordar el premio poético "Aquileo J. Echeverría" -que obtuvo en cuatro convocatorias-, el premio "Magón" (1980), el Premio de Periodismo Cultural "García Monge" (1972) y el Premio "Omar Dengo", que le fue otorgado por la Universidad Nacional de Costa Rica en reconocimiento a toda su trayectoria humanística. Este centro de estudios superiores le honró también con el título de Profesor Emérito.

En su faceta de ensayista, Azofeifa se ocupó principalmente de los tres aspectos que habían centrado su atención a lo largo de toda su vida: la literatura, la educación y la política. Autor de un interesantísimo estudio literario titulado Literatura universal: introducción a la literatura moderna de Occidente (San José: Universidad Estatal a Distancia, 1984), publicó a lo largo de su dilatada carrera otros ensayos tan relevantes como La posición actual de los estudios literarios y lingüísticos de nuestra enseñanza del Castellano (San José: Imprenta Tomo, 1934), El viejo Liceo. La democracia como consecuencia de la educación pública (San José: Ministerio de Cultura Juventud y Deportes, 1973), Principios de educación (San José: Librería Universal, 1986), Ideario costarricense (Heredia: Universidad Nacional, 1993), Prosa con ton y son (San José: Editorial Juricentro, 1993) y Psicología para la segunda enseñanza (San José: Editorial Bejarano, s.f.e.).

Además de estos volúmenes ensayísticos, Azofeifa, que colaboró asiduamente en numerosos medios de comunicación de su país y del extranjero, escribió centenares de artículos centrados en las mismas materias, publicados en periódicos, revistas u obras colectivas. A guisa de ejemplo, valga recordar los titulados "Busco una simple palabra", en Antología poética Hispanoamericana actual (La Plata: Editora Platense, 1968-1969); "Pablo Neruda", en Repertorio Americano (vol. 3D, nº 22, junio, 1935), "Nuestros grandes hombres son héroes civiles", en Academia de Geografía e Historia de Costa Rica. Memoria (San José: Imprenta Nacional, 1949); "Mater", en Repertorio Americano (vol. 3D, nº 9, marzo, 1935); "Hacia una educación para la libertad y la cooperación", en Crónica (vol. 1, nº 2, julio, 1948); y "Problemática de la segunda enseñanza", en Revista de la Universidad de Costa Rica (nº 9, junio, 1954).

Bibliografía

  • BONILLA, Mª Rosa de. Estaciones, de Isaac Felipe Azofeifa: ensayo sobre la persistencia del soneto en la lírica de Occidente (San José: Universidad de Costa Rica, 1970).

  • CAÑAS ESCALANTE, Alberto. "Isaac Felipe Azofeifa", en La República (27 de enero de 1962), pág. 2.

  • HURTADO, Gerardo. "El sentido poético del hombre en Isaac Felipe Azofeifa", en La Prensa Libre (25 de septiembre de 1969).

  • MONGE, Carlos Francisco. "Contribuciones al estudio de la poesía de Isaac Felipe Azofeifa. Una charla y una biografía selectiva", en rev. Letras (Heredia [Costa Rica]), ns. 13-14 (1984), págs. 217-243.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.