Askerc, Anton (1856-1912).
Poeta esloveno, nacido en Globoko (Estiria meridional) en 1856, y fallecido en Ljubljana en 1912. Por la importancia de su mensaje poético, animado por un fuerte espíritu renovador que chocaba con el tradicionalismo de las autoridades de su época, está considerado como uno de los escritores más destacados de finales del siglo XIX y comienzos de la centuria siguiente.
Desde muy joven sintió una fuerte vocación por dos pasiones que habrían de dar razón de ser a toda su vida: el sentimiento religioso y la creación literaria. Así, al tiempo que escribía sus primeros versos de juventud cursaba estudios superiores de Teología en Maribor, y pronto consiguió ser ordenado sacerdote de la Iglesia católica. Durante cerca de dos decenios (1881-1898) ejerció su ministerio en una parroquia de Estiria, siempre en constante enfrentamiento con los sectores más conservadores de la sociedad, que no asimilaban bien sus propuestas libertarias y su desprecio hacia cualquier forma de dogmatismo intolerante. Finalmente, en 1898 Anton Askerc fue obligado a abandonar sus funciones sacerdotales, lo que directamente le llevó a interesarse por el estudio de las religiones orientales y a adherirse a las nuevas proclamas socialistas que circulaban profusamente por toda Europa, hasta que optó por romper con cualquier vínculo que todavía le uniera a la Iglesia católica y declararse librepensador.
A partir de entonces, sus medios de subsistencia procederían únicamente del mundo de las Letras. Ganó una plaza de archivero municipal en Ljubljiana, y en dicha capital asumió también la dirección de la prestigiosa revista cultural Ljubljanski Zvon (La Campana de Ljubljana). Desde este estratégico emplazamiento en el centro de Europa realizó numerosos viajes por todo el continente, aunque su tierra predilecta fue siempre la italiana (que habría de inspirarle numerosas descripciones líricas).
Pero su mayor aportación a las Letras europeas de su tiempo pertenece al género épico. Se trata del volumen poético titulado Baladas y romances (1890), un libro en el que Anton Askerc reflejó todas las circunstancias que envolvieron el período histórico de la Reforma y la agitación que, por aquel entonces, sobrevino entre la población rural. Esta obra -que fue, a la vez, objeto de las protestas de los sectores tradicionalistas de su patria y motivo de disgusto entre los autores modernistas-, ocultaba, bajo su ropaje histórico-épico, una fuerte carga de denuncia social contra las penosas condiciones en que malvivían las clases menos favorecidas, así como algunas encendidas soflamas de marcado carácter libertario. La dureza y sobriedad del estilo poético de Askerc, sostenido en todo momento por un grave laconismo que acentuaba el vigor de sus denuncias, tampoco agradó a los escritores partidarios de un mayor colorido formal y un alambicado rebuscamiento expresivo.
Sin embargo, Baladas y romances pronto se convirtió en una de las obras predilectas de la juventud eslovena animada por inquietudes estéticas y preocupaciones sociales. Los jóvenes poetas compatriotas de Askerc celebraron también otra de sus entregas más célebres, el poemario titulado Acrópolis y pirámides (1909), así como todo el conjunto de su producción poética lírica, siempre cargada de espíritu patriótico, ideas polémicas y un cierto hálito oriental que, más allá de la mera postura estética, introducía renovadas consignas de tolerancia y libertad.
JRF.
