Aribau i Farriols, Bonaventura Carles (1798-1862).

Poeta, escritor público y estadista español nacido en Sant Gervasi de Cassoles (Barcelona) el 4 de noviembre de 1798 y muerto en Barcelona el 17 de septiembre de 1862.

Estudió en el seminario de su ciudad natal, en el que se familiarizó con los clásicos, antiguos y españoles. Siguió también estudios de física experimental y de taquigrafía en la Casa Lonja, llegando incluso a colaborar en una edición de la Tachigrafía de la lengua castellana, de Martí, adicionada por Francisco Serra y Ginesta (Barcelona, 1816).

Participó en las reuniones de la Sociedad Filosófica, en las que leyó poesías, recogidas después con el título de Ensayos poéticos (Barcelona, 1817). Se ocupó de bellas artes y presentó un Discurso sobre la posibilidad de un idioma universal. Comenzó a colaborar también en el Diario de Barcelona, además de en el Semanario erudito, manuscrito, que redactaban los socios de la Sociedad Filosófica.

Fue uno de los autores, con el anagrama de Ubariso, de La libertad restaurada, estrenada en Barcelona el 2 de mayo de 1820. Colabora en el Periódico Universal de Ciencias, Literatura y Artes (Barcelona, 1821) y es redactor del Diario constitucional de Barcelona, 1821 (suele firmar A), del cual ya se había separado en abril de 1822 por encontrarlo demasiado liberal, ya que para entonces ya había ingresado en el Anillo, según confiesa a Torres Amat en carta de 26 abril de 1822. Proyecta, en unión con Manuel Casamada, El eco de la ley, periódico aparecido el 1 de mayo de 1822 que fue, precisamente, el órgano del Anillo en Barcelona. Este mismo año 1822 es nombrado secretario de la Diputación provincial de Lérida, en cuyo concepto el 11 de septiembre es uno de los firmantes de la proclama Habitantes de la provincia de Lérida, en la que se les invita a dejar de ser facciosos y reconciliarse con la Constitución, pues ya está entrando el ejército español.

En 1823 estaba ya de vuelta en Barcelona, gracias a la Junta de Comercio de Barcelona, que le nombró su secretario en 1824. En la gravísima situación que se plantea en Barcelona en torno al coronel Costa, Aribau da rienda suelta a su ultramoderación. Colabora en El Europeo, Barcelona 1823-1824. Torres Amat le recomienda al banquero Remisa, y se traslada a Madrid en 1826, como secretario del banquero. En 1827 se casa con Antonia Berdos. Publica Los globos aerostáticos de Mr. Montgolfier (La Habana, 1828).

En octubre de 1832 Luis López Ballesteros presenta la dimisión de su ministerio de Hacienda, pero María Cristina no la acepta (de López Ballesteros dependía Remisa, y de Remisa Aribau). Siempre en el círculo de Remisa, pasa a ser del número de esos españoles que creen posible un capitalismo progresista en España, o mejor dicho un progreso del capitalismo, gracias a María Cristina, sin cambio alguno en las estructuras sociales y económicas del país. Para celebrar los días de Remisa, acaso por su continuación en la dirección del Tesoro se organiza un homenaje poético, al que concurre en 1832 con un poema arcaizante, impreso en Barcelona antes de que se acabe el año y enviado a Madrid, y vuelto a publicar en El Vapor, periódico de Barcelona aparecido el 22 de marzo de 1833, gracias a las gestiones precisamente del propio Aribau, y que marcaría en Barcelona la apertura cultural de ese capitalismo sin cambios estructurales. El poema aparecido en el número 68, 24 de agosto de 1833, se titulaba La pàtria. Trobes, y por extraños vericuetos se le cambió después el título por el de Oda a la Pàtria, y se quiso ver en él, prácticamente hasta hoy, el comienzo de la Renaixença. Las investigaciones de Antoni-Lluc Ferrer han demostrado que no hay tal cosa, pero yo temo que más de uno se resistirá a aceptar la verdad, a pesar de las implacables demostraciones de Ferrer.

Colabora en El Guardia Nacional (Barcelona, 1835-1841) y en El Corresponsal, Madrid, número 1, de 1 de junio de 1839, y números del 6 de julio y 26 de octubre de 1839 (artículos reproducidos en 1936 por M. de Montolíu). El 31 de diciembre de 1841 es nombrado jefe de contabilidad de la empresa arrendataria de la sal. Funda El Constitucional (Madrid) y El Corresponsal (Madrid,1839-1844), se opone a la revisión de la Constitución de 1837 en Reflexiones sobre la inoportunidad de la proyectada reforma de la Constitución de 1837 (Madrid, 1844) y, según Hartzenbusch, colabora en el Tío Vivo (Madrid, 1845), además de en La Nación y en La España, también de Madrid. En 1846 funda la Biblioteca de Autores Españoles, importantísima obra cultural, para cuyos tomos escribió muchos prólogos.

Fue nombrado director general del Tesoro en 1847, director general de la Moneda en 1852, en cuya condición escribió Vindicación de la conducta observada por la Dirección general de Fábricas y efectos estancados casa de moneda y minas en el espediente a que se refiere la real orden de 24 de mayo de 1853, ms., y fue también secretario de la intendencia del Patrimonio Real en 1856. Redactor de La Tribuna de los economistas (Madrid, 1857-1858) colaboró también en La América ((Madrid, 1857-1858).

Entre sus manuscritos se citan Silabario, Interrogatorio del Ilmo. Sr. Director general de casas de moneda, minas y fincas del Estado, acerca del establecimiento de minas de azogue de Almadén, Historia del comercio en España, Historia de la Hacienda de España, desde el advenimiento de la casa de Borbón hasta la invasión francesa (1808), del que se conservan fragmentos, Estado de la industria en la provincia de Lérida, Principios de Gramática castellana, Opúsculo sobre los medios de imbuir sin peligro en los niños las ideas relativas a la generación y a los placeres sensuales y la traducción de El Oficial aventurero, de Walter Scott. Doce cartas a Félix Torres Amat, 1821-1823, han sido publicadas por Ferrer.

Tuvo fama bien ganada de inteligente y laborioso. Tras las investigaciones de Ferrer, se impone ahora la revisión general de su figura.

Bibliografía

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TORRES AMAT, Félix: Memoria para ayudar a formar un diccionario crítico de los escritores catalanes y dar alguna idea de la antigua y moderna literatura de Cataluña. Barcelona, 1836.

A. GIL NOVALES.