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PinturaBiografía

Arellano, Juan de (1614-1676).

Pintor español nacido en 1614 en Madrid (fue bautizado el 3 de agosto en la parroquia de San Torcuato de Santorcaz) y fallecido el 12 de octubre de 1676 (fue sepultado el 23 de diciembre San Felipe el Real). Ya en el siglo XVII fue uno de los más famosos pintores españoles, y debió su gran prestigio artístico y su bienestar económico sobre todo a su singular destreza en la representación de cestillos, jarrones y guirnaldas de flores. A pesar de que ya Juan Van der Hamen y Juan Fernández el Labrador habían pintado floreros en los años veinte y treinta del siglo XVII, es a Juan de Arellano (y su producción artística, de la que hay ejemplos firmados y fechados a partir de los años cuarenta) a quien hay que considerar el primer (y el mejor y más eficaz) especialista en la pintura de flores en España.

El hecho de que Arellano mantuviera durante más de cuarenta años uno de los más importantes y concurridos obradores públicos de pintura de Madrid, en el que trabajaron, aparte de muchísimos pintores actualmente desconocidos, también su yerno Bartolomé Pérez y su propio hijo José de Arellano, muestra la fama y el prestigio de los que gozó Arellano ya en vida. Llegó a ser el pintor de floreros más solicitado para encargos privados en la España del siglo XVII, y trabajó también para muchas iglesias de Madrid. Antonio Ponz menciona unos Niños, aves frutas y flores pintados sobre espejos para la sacristía de San Jerónimo.

De su singular talento artístico y de su capacidad de trabajar, pero también de su espíritu mercantil da testimonio el tratado El Museo pictórico y escala óptica (1724) de Antonio Palomino. Palomino dijo de Arellano que "se aplicó a copiar algunos floreros del Mario [Nuzzi]; después estudiando las flores por el natural, las llegó a hacer tan superiormente, que ninguno de los españoles le excedió en la eminencia de esta habilidad; de que hay varios testimonios en los templos, y casas de señores, y aficionados, y especialmente en las del señor Conde de Oñate hay muchos, y excelentes floreros de Arellano; y en el cuerpo de la capilla de Nuestra Señora del Buen Consejo hay cuatro, que son superior cosa, y no fue menor su estudio en las frutas; y era tanta su aplicación, que pintaba tanto de noche como de día […]. Preguntáronle un día por que se había dado a las flores; y había dejado las figuras, y respondió: Porque en esto trabajo menos y gano más; y así era verdad; porque no sólo ganaba en los intereses pecuniarios; sino mucho más en los de la fama póstuma de su eminente habilidad."

Fue hijo de Juan de Arellano y Ana García, y padre de los también pintores José Manuel, Manuel Jorge y Julián de Arellano. Aunque poco se sabe de la primera formación artística de Arellano (Palomino relata que su madre le puso como aprendiz de un desconocido pintor de Alcalá de Henares) si hay constancia de que entró en 1633, a la edad de diez y nueve años, como oficial en el taller de Juan de Solís en Madrid. En 1636 declaró haber recibido una cantidad de dinero por haber realizado con Francisco de Ribiera un carruaje para el duque de Las Torres y en 1639 se casó con María Banela en la parroquia madrileña de Santa Cruz. En octubre de 1643 declaró haberse casado con María Corcuera, después de que su primera mujer falleciese en mayo de este mismo año. Entre los por lo menos once hijos nacidos de este matrimonio entre 1648 y 1669 hay que destacar a Juana (1648) por haber sido la esposa del pintor de flores Bartolomé Pérez, y a los varones José Manuel (1653), Manuel Jorge (1663) y Julián (1669) por haberse dedicado también a la pintura.

Como muchos de los pintores del siglo XVII, Juan de Arellano actuó como tasador de colecciones de pintura en varias ocasiones y para una clientela variopinta. Tasó en 1644 las pinturas que quedaron a la muerte del conde de Peñaflor; en 1646 los cuadros del doctor Alonso de Olmo y Valencia; en 1655 los cuadros de Francisco Doria, tabernero; en 1658 la herencia que dejó el pintor de bodegones Francisco Barrera; en 1663 los cuadros de Manuel Chamorro; en 1666 los cuadros de Lorenzo Sánchez, mercader de libros; en 1669 los cuadros de Alonso Romero de Alises; en 1674 las pinturas de Juan Antonio Fornelli, gentilhombre de la Casa de Castilla; y en 1675 las pinturas que habían quedado por muerte de Isabel Lozano.

Su gran obrador público habría de acoger a un gran numero de aprendices discípulos y oficiales, pero mientras que existe constatación documental de que Francisco Hernández entró como aprendiz en su obrador en 1646, Lucas Santolus en 1648 y Miguel Herrán Jiménez en 1663, no se sabe aún si Bartolomé Pérez, el que venía a ser su yerno y más fiel seguidor, fue aprendiz suyo.

Fue en el año 1650 cuando Juan de Arellano se trasladó a la calle Mayor, frente a San Felipe el Real, donde vivió el resto de su vida y donde, entre otros, nació José Manuel, el mejor, aunque aún poco conocido, de los hijos pintores de Juan de Arellano.

Aunque importantes investigaciones recientes hayan podido crear un provisional catálogo razonado, considerando como obras suyas a un centenar de pinturas al óleo, es difícil establecer una rigurosa cronología entre ellas, ya que muchas de las obras (aunque mayoritariamente firmadas) carecen de fecha. Las dificultades de atribución y datación serán solventadas con la revisión y comprobación del gran número de cuadros que han sido atribuidos al artista últimamente y que circulan por el mercado bajo su nombre, provistos algunos de firmas cuya autenticidad habría que ser verificada.

Aunque Palomino relacionase el impulso de Arellano a pintar floreros con las obras del pintor italiano Mario Nuzzi, llamado Dei Fiori, su primera obra fechada y firmada (J. de Arellano Faciebat aetatis suae 32. 1646), la Guirnalda con la alegoría de la vanidad (Valencia, Colección Particular), realizada junto a Francisco Camilo, que pintó los niños y el amorcillo, muestra el conocimiento directo de la pintura flamenca representada por las obras de Daniel Seghers y Jan Brueghel. Los dos Floreros de Bronce con pájaros y frutas, firmados y fechados (1647; Madrid, Colección Particular) al año siguiente, sintetizan elementos flamencos, como la disposición de las flores y las mariposas, con objetos procedentes del arte italiano, como pueden ser los jarrones de bronce tomados de estampas de los Vasos Antiguos grabados por Querubino Alberti sobre modelos de Polidoro de Caravaggio.

De 1652 datan las dos firmadas Guirnaldas de flores con paisaje (Madrid, Museo del Prado), de destacada influencia flamenca y casi insuperable calidad técnica. Aunque se le pueden atribuir con certeza otras dos parejas de guirnaldas, no se conocen obras firmadas suyas hasta el año 1664, en el que están pintados los dos Floreros (firmados; Madrid, Colección Naseiro), la Pareja de floreros sobre capiteles (firmados; Colección Particular, vendidos en Sotheby´s Amsterdam en 1984) y otro Florero firmado de una colección particular. De 1665 son el Cestillo de flores (firmado; Colección Particular), la Pareja de floreros volcados (firmados; Colección Particular, vendidos en 1982 en Sotheby´s Londres) dos Floreros (firmados; Colección Várez Fisa) y otro firmado Cestillo de flores (Colección Particular). Fechados en 1667 y firmados están también el Florero en jarrón de Cristal (Colección Particular) y una Pareja de floreros (Madrid, Colección Abelló). De 1668 son el firmado Florero de cristal y frutas (Colección Particular), el firmado Florero de cristal (Madrid, Colección Naseiro) y otro Florero firmado de una colección particular de Madrid. Entre sus obras más espectaculares y representativas, en lo que a riqueza de variedad de flores (además de mariposas, libélulas y lagartijas) y técnica pictórica se refiere, hay que mencionar a los dos firmados Cestillos con flores del Museo del Prado y al Cestillo de flores del Museo de Bellas Artes de Bilbao, firmado y fechado en 1671.

La dos versiones conocidas de la Alegoría del olfato (una en la Colección Masaveu y la otra en una colección particular y asimismo partes de una serie de cinco pinturas de los sentidos), el San José y el San Cristóbal (ambos con inscripción de su nombre) de la Parroquia de San Torcuato de Santorcaz, donde fue bautizado el artista, la Guirnalda de flores y frutas sostenidas por amorcillos (firmada; Madrid, Colección particular), la Guirnalda de flores con busto del Salvador y la Guirnalda de flores con busto de la Virgen (ambas firmadas, Madrid, Colección Abelló), y las dos versiones de la Virgen amamantando al niño (una en Burgos, Catedral, Capilla de Santa Tecla, y la otra en Toledo, Museo de Santa Cruz) pueden valer como muestras de su estilo en pinturas religiosas, aunque aun es difícil considerarles con absoluta certeza obras únicamente suyas.

Entre sus pinturas, tasadas el 20 de octubre de 1676 por Andrés de la Torre y Juan de Fontecha, tras la muerte de Juan de Arellano el 13 del mismo mes y antes de repartirlas el 6 de diciembre del mismo año entre sus tres hijos varones, se encontraron setenta y siete retratos oficiales de Corte para instituciones oficiales, catorce lienzos de montería de perros, diecisiete pinturas de caza, quince representaciones de Sitios Reales, once óleos de ángeles y de reyes, los cuatro tiempos y un gran número pinturas sagradas, sobre todo santos y santas. Además fueron tasados dos sobreventanas de flores con unos niños (sin acabar), un lienzo con un jarrón de flores, Nuestra señora de la Leche con una guirnalda de flores, diez pinturas de diferentes frutas, otra guirnalda de flores (inacabada), un jarrón de flores, cuatro canastillos de diferentes flores, otro florero (sin terminar) y dos guirnaldas. Entre sus haberes en el momento de su muerte se hallaron también trece libros de estampas, que seguramente le habían servido de modelos también para sus floreros.

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Félix Scheffler

Autor

  • Esther Alegre Carvajal. / 0302 Félix Scheffler