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HistoriaPolíticaBiografía

Antíoco III, Rey seléucida (223-187 a.C.).

Rey del Imperio Seléucida que gobernó del año 223 al 187 a.C., tras haber sucedido en el trono a su hermano Seleuco III Keraunos. Al comenzar su reinado, su máxima aspiración era llevar el Imperio Sirio a la situación en que se encontraba en la época de su fundador Seleuco. Antíoco III comenzó por reprimir los levantamientos en las provincias orientales; posteriormente, aprovechando la crisis de Egipto, reconquistó la Siria meridional y obtuvo una cierta hegemonía marítima, pero más tarde los egipcios le vencieron en Rafia y volvieron a arrebatarle estos dominios. En el 205 a.C. emprendió una campaña hacia las regiones más orientales, y durante siete años, creó en Oriente una zona de seguridad con Estados vasallos, incorporando a su reino la Armenia, la Partia y la Bactriana. En India intentó reconquistar el Punjab sin conseguirlo, pero realizó un pacto con algunos príncipes indios, como Sofagaseno, que le supuso grandes ventajas económicas y a la vez el dominio de las regiones del tráfico caravanero de Asia central. Estas hazañas de conquista eran para Antíoco una continuación de las efectuadas por Alejandro Magno, y por ellas alcanzó gran fama y el sobrenombre de El Grande.

Aunque su política estrictamente oriental no buscaba desafiar a Roma, sus ambiciones sobre Tracia, la única que le interesaba en el continente europeo, le llevaron al conflicto con esta potencia mediterránea. Así, cuando las ciudades de Lámpsaco y Esmirna, que veían amenazada su libertad ante la presencia siria, acudieron a Roma, ésta se apresuró a detener las ansias expansionistas de Siria. Antíoco III, animado por Aníbal, que se había refugiado en su corte después de la segunda guerra púnica, pactó con Filipo V para atacar Italia. En el 192 a.C. estalló la guerra, que tuvo como escenario a Grecia, la cual se dividió en dos frentes; apoyaban a Roma: Pérgamo, Bizancio, Rodas y la liga aquea; a Antíoco, únicamente la liga etolia. Antíoco desembarcó en Tesalia con 100.000 hombres, pero fue sorprendido y vencido por los romanos en las Termópilas, desde donde, derrotado, tuvo que embarcar hacia Asia, abandonando a su aliada, la liga etolia. Posteriormente romanos y sirios volvieron a enfrentarse en Asia. El Senado romano, encargó a L. Cornelio Escipión que llevase la guerra al continente asiático, y en el 190 a.C., el ejército romano atravesó Iliria y Macedonia, y se dirigió por Tracia al Helesponto. Mientras, Antíoco había equipado una gran flota, y a principios del 189 a.C., atacó al ejército romano en el nordeste de Esmirna, donde fue nuevamente derrotado y tuvo que comprometerse a evacuar Asia Menor. En el 188 a.C. se firmó la paz de Apamea, por la que abandonaba todos los territorios asiáticos situados al oeste del Tauro y renunciaba a navegar por los estrechos. El poderío sirio quedó suprimido y Roma afianzó su hegemonía. Antíoco se quedó sólo con su corte siria y teniendo que pagar fuertes tributos de guerra, por lo que se vio obligado a secularizar los bienes de algunos templos, y esto produjo gran irritación en el pueblo, que finalmente le asesinó en el templo de Baal en la ciudad de Elam, territorio de Susa. Le sucedió en el trono su hijo Seleuco IV.

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