Amenábar Cantos, Alejandro (1972-VVVV).
Director, guionista, músico, montador y productor de cine español aunque nacido en Santiago de Chile el 31 de marzo de 1972.
Aunque en su familia no existe ningún predecesor en el mundo de la imagen, desde que se asentaron en España los Amenábar (cuando aún era un niño) Alejandro demostró un gran interés por el mundo del cine, hasta el punto de que se hizo un auténtico adicto al vídeo y a los programas dobles de algunas salas madrileñas. Al tiempo que entró en la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid comenzó a realizar sus primeros trabajos en vídeo, intentando plantearse todos los problemas que realmente surgen en un rodaje. Su formación tiene grandes dosis de autodidactismo, por cuanto intentó ir más allá de lo que en principio le enseñaban. Con su compañero y amigo Mateo Gil grabó La cabeza y, poco después, Himenóptero, dos cortos en vídeo 8 mm en los que el concepto del plano y la utilidad de la cámara evidencian una exploración y una necesidad de saber qué se puede extraer de un personaje, de un espacio o de una acción determinada. Poco después dirigió Luna, trabajo del que hizo una versión en soporte cinematográfico tras ganar el concurso de cortos Luis G. Berlanga, organizado por la Universidad Complutense y la productora Central de Producciones Audiovisuales. Una idea muy definida se aprecia en estos primeros trabajos: el miedo o la recreación de una sensación especialmente definida por aquel, al tiempo que también profundiza en temas cercanos a nuestro mundo, como la violencia. Estos cortometrajes fueron premiados en diversos certámenes nacionales, respaldando una trayectoria creativa que, en poco tiempo, sorprendería por su singularidad.
En estos cortometrajes desarrolló una actividad muy completa, asumiendo buena parte de las funciones que van más allá de los límites de la dirección. Esta experiencia fue el mejor aval para que el productor y director José Luis Cuerda le respaldase en su primer largometraje, Tesis (1996), con el que se convirtió en una de las jóvenes promesas del cine español. Este proyecto recoge buena parte de sus inquietudes: el ser humano, el universo audiovisual, los temores e inquietudes de la sociedad, la realidad y un mundo de ficción que inevitablemente se crea en el ser humano cuando se enfrenta a aquello que se aleja de lo cotidiano. Más allá del tratamiento y de la historia, esta película se convirtió en un revulsivo generacional y recibió numerosos premios tras su estreno, entre los que destacan los siete Premios Goya concedidos por la Academia de Cine española.
Su siguiente paso fue Abre los ojos (1997), una nueva vuelta de tuerca en la que Amenábar quiso profundizar, a través del suspense, en la angustia y la obsesión de un personaje con el que el espectador parece vivir paso a paso todos los extraños acontecimientos que le suceden. En la película confluyen diversos géneros con la precisión y habilidad del que sabe organizar referencias ajenas y convertirlas en propias con un tono de originalidad. Como pasó con Tesis, Alejandro sorprende por la brillantez de la narración, lo que le consolida como un director que tiene técnica pero que, sin embargo, debe organizar mucho mejor sus historias y, sobre todo, saber contarlas sin alargar innecesariamente sus pasajes.
Unos años más tarde, Amenábar dispone de una excepcional ocasión para desarrollar un proyecto de ámbito internacional, arropado por su productor de confianza y disponiendo de unos recursos inusitados por un director como él. Los otros (2001) fue una ambiciosa película, rodada en la más estricta reserva en la que contó con la actriz australiana Nicole Kidman y con el actor Tom Cruise como productor ejecutivo. La expectación que despertó su estreno avaló, con creces, el esfuerzo realizado: se convirtió en la película más taquillera de la historia del cine español, comenzó a acaparar premios y, lo más importante para sus productores, fue un auténtico éxito en el mercado estadounidense y en otros muchos países. Desde el punto de vista creativo resultó una película muy eficaz, bien narrada, aunque poco original en su temática. La Academia española de cine volvió a rendirse al talento de Amenábar y la cinta recibió ocho Premios Goya. Sin embargo, su nula aceptación para la Academia de Hollywood dice mucho de la repercusión internacional que, en un principio, se esperaba de la película.
Amenábar ha demostrado en estos primeros trabajos que ha visto muchas imágenes, que ha aprehendido todo aquello que le permite tener soltura a la hora de organizar sus espacios y dar vida a unos personajes que, a más de un espectador, le resultan conocidos. Si sus lecturas han sido escasas a lo largo de su vida, demuestra, no obstante, ser un buen consumidor de películas, especialmente de aquellos (sus clásicos modernos) que le aportan datos que conforman su originalidad, nombres de la talla de Spielberg, Cameron, Hitchcock o Kubrick, entre otros.
En el año 2004 Amenábar dio un nuevo giro a su producción con un título que supuso un acercamiento a la muerte (presente en todas sus películas desde una u otra perspectiva) de una manera completamente distinta. En septiembre de ese año presentó a la prensa Mar adentro, un filme que narra la vida de Ramón Sampedro, el tetrapléjico gallego que puso fin a su vida, con ayuda de algunas personas cercanas, en 1998 tras pasar confinado en la cama por un accidente más de treinta años. El papel de Sampedro, magistralmente interpretado por Javier Bardem, así como el de todos los actores que intervienen en el filme, fue muy alabado por la crítica. La película, de gran intensidad emocional, fue elegida para representar a España en la carrera por los Oscar de Hollywood y ha servido para retomar un tema tan polémico como la eutanasia en España. Amenábar recibió además el Premio Especial del Jurado de la Mostra de Venecia, el premio al mejor director en los Premios del Cine Europeo, celebrados en diciembre de ese mismo año en Barcelona; y el Globo de Oro a la mejor película extranjera.
Todos estos augurios se vieron refrendados en la XIX edición de los Premios Goya, donde el filme consiguió el récord de catorce estatuillas, al ganar catorce de las quince categorías en las que estaba nominada, incluyendo mejor película, mejor dirección, mejor guion original, mejores actor y actriz protagonista (Javier Bardem y Lola Dueñas), mejores actor y actriz de reparto (Celso Bugallo y Mabel Rivera), y mejores actor y actriz revelación (Tamar Navas y Belén Rueda), además de la mejor fotografía y música. También fue premiada en febrero de 2004 con el premio del cine independiente estadounidense, los Spirit Awards, a la mejor película extranjera. Pero sería en febrero de 2005 cuando la película recibiera el espaldarazo definitivo y pasara a convertirse en una de las películas más premiadas del cine español, tras conseguir el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.
En el año 2008, empezó con el rodaje de Ágora. Los papeles protagonistas fueron para Rachel Weisz y Max Minghella. La cinta se estrenó el 9 de Octubre de 2009. Ágora fue la pelicula más cara de la historia del cine español con un presupuesto en torno a los 50 millones de euros. en los premios Goya consiguio los premios a la mejor direccion artística, mejor dirección de producción, mejor diseño de vestuario, mejor fotografía, mejor maquillaje y/o peluquería, mejores efectos especiales y mejor guión original.
Filmografía
Cortometrajes
1991: La cabeza.
1992: La extraña obsesión del Doctor Morbius.
1993: Himenóptero; Rock You (video-clip).
1994: Luna (en vídeo).
1995: Luna (en cine).
Largometrajes
1996: Tesis.
1997: Abre los ojos.
2001: Los otros.
2004: Mar adentro.
2009: Ágora.
