Alemán, José María (1830-1887).
Poeta, dramaturgo, periodista y político panameño, nacido en la ciudad de Panamá el 17 de marzo de 1830 y fallecido el 4 de agosto de 1887. Hombre de profundas preocupaciones cívicas que le impulsaron a prestar numerosos servicios políticos al gobierno y a la administración de su pueblo, fue también autor de una brillante producción literaria que, inserta en la corriente romántica triunfante en su época, supo apartarse de los tópicos más manidos para alcanzar un refinado grado de originalidad que convirtió a José María Alemán en uno de los escritores más relevantes de su nación durante la segunda mitad del siglo XIX.
Desde su juventud supo compaginar con singular acierto y provecho el cultivo de las dos pasiones que le movían, la literaria y la política. Dentro del ámbito de esta última, alcanzó notoriedad tras ser elegido diputado, cargo del que pasó luego a secretario de gobierno del Estado federal. Su brillante trayectoria dentro del mundo de la abogacía, desplegada en estrecha relación con el desempeño de sus actividades políticas, le permitió también acceder a los puestos de juez y magistrado. Asimismo, durante un breve período de su vida fue representante diplomático del estado panameño, y llegó a alcanzar, en su progresivo ascenso dentro de la vida pública, el puesto de Senador de la República.
Antes de haber triunfado en los terrenos de la judicatura y la política, José María Alemán había tenido ocasión de darse a conocer como escritor, merced a una serie de composiciones poéticas primerizas que, a partir de 1851, fue publicando en diferentes rotativos y revistas. Cuando ya era tenido por una de las plumas literarias y periodísticas de cierto prestigio que, por aquel entonces, colaboraban asiduamente en los medios de comunicación, José María Alemán comenzó a trabajar codo a codo con Manuel Gamboa, el editor de El Céfiro, publicación en la que hacia 1866 quedaron impresos numerosos escritos del autor de ciudad de Panamá. Cuatro años después de haber iniciado esta fructífera colaboración con una de las figuras más destacadas del mundillo de la prensa nacional, Alemán, con el oficio ya bien aprendido, fundó por su cuenta El Crepúsculo (1870), donde no sólo vieron la luz la mayor parte de sus composiciones poéticas, sino también sus mejores textos críticos sobre algunos de los escritores más relevantes de la época, como José Eusebio Caro (1817-1853), Tomás Martín Feuillet (1834-1862) y Abigaíl Lozano (1821-1866). Merced a estos valiosos estudios, José María Alemán está considerado -junto al ya citado Manuel Gamboa- como el fundador de la crítica literaria en el territorio que luego ocuparía la República de Panamá.
No obstante, la atención que como crítico y lector curioso prestó Alemán a estos autores paradigmáticos del Romanticismo en Hispanoamérica no se vio correspondida, en el campo de la creación literaria, con una firme y nítida adscripción a esos postulados estéticos románticos que defendieron dichos autores en sus respectivas obras. O, dicho de otro modo, la poesía original de José María Alemán es, dentro de esa corriente romántica a la que era prácticamente imposible sustraerse en su tiempo, la menos romántica entre las producciones líricas de sus citados colegas de andadura creativa. Cierto es que sus versos no poseen muchas de las virtudes que adornan las obras de otros autores coetáneos, como la arrebatada inspiración de Gil Colunge (1831-1899) -autor de la que está considerada como la primera novela de la literatura panameña- o el lirismo torrencial del ya mencionado Tomás Martín Feuillet; pero no lo es menos que, por eso mismo, Alemán se aparta de las vías literarias más transitadas por sus contemporáneos para asimilar otras tendencias novedosas y, sobre todo, para adentrarse en una poesía mucho más honda y reflexiva, tal vez privada de las efusiones líricas que acompañan -casi hasta el hartazgo- los versos de sus colegas, pero sin duda enriquecida notablemente por esa vena especulativa que pone de manifiesto la vasta formación cultural del autor. La suya es, por tanto, una poesía culta que hunde sus raíces en la mejor tradición clásica, lo que no impide en muchas ocasiones una consciente evasión del poeta de ciudad de Panamá hacia una vertiente festiva y popular atenta a las vivencias cotidianas y al gracejo expresivo de sus conciudadanos, así como a las inquietudes que, por aquellos años finales del siglo XIX, ocupaban el pensamiento de la mayor parte de los panameños, entre las que destaca su preocupación ante los cambios que habría de introducir en sus vidas la construcción del canal ("No más miseria y pobreza, / ni godo ni liberal: / Por montones la riqueza / recogerá cada cual / cuando concluya el canal").
Dispersas entre las páginas de numerosos rotativos y revistas decimonónicos, muchas de las composiciones poéticas de José María Alemán fueron recogidas por el propio autor e impresas en volúmenes como los titulados Recuerdos de Juventud (1872) -donde hay lugar tanto para el verso como para la prosa- y Crepúsculos de la tarde (1882). El escritor de ciudad de Panamá realizó también alguna incursión en el género dramático, y llegó a dejar impresa en formato de libro alguna pieza teatral, como la estrenada y publicada bajo el título de Amor y suicidio (1876).
J. R. Fernández de Cano.
