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HistoriaBiografía

Al-Mundir o al-Mundhir. Emir de al-Andalus (¿-888).

Emir de al-Andalus nacido en fecha desconocida y muerto en 888. Perteneciente a la dinastía omeya, llegó al poder tras la muerte de su padre, Muhammad I. Gobernó desde el 886 hasta la fecha de su fallecimiento. Su breve reinado, apenas duró dos años, se desarrolló en un periodo de gran inestabilidad, ya que tras su llegada al poder se produjo una sublevación en al-Andalus de carácter popular dirigida por Ibn Hafsun Ibn Hafsun.

Desde temprana edad estuvo vinculado al poder como heredero legítimo de Muhammad I, fue frecuente su participación en las acciones militares dirigidas por su padre y en las aceifas o campañas militares anuales llevadas a cabo en contra de los reinos cristianos.

En el año 856 al-Mundir sitió Toledo cumpliendo las órdenes de su padre. Tras la victoria de los musulmanes en la batalla de Guadalete, esta ciudad, lejos de aplacarse demostró su profundo odio hacia el régimen cordobés dirigido por Muhammad I. La acción llevada a cabo por al-Mundir apenas si tuvo alguna repercusión, fue su padre en el año 858 el que logró que la ciudad se rindiese.

Mérida, capital de la Marca Inferior, al igual que Toledo, también intentó independizarse sin éxito del control de Muhammad I. El principal promotor de la sublevación meridense fue Abd al-Rahman ibn Marwan ibn Yunus, este se proclamó independiente en el año 868. La reacción por parte de Muhammad no se hizo esperar, rápidamente sitió Mérida, y una vez que se hizo con el control de la ciudad intentó mantener vigilados a los dirigentes de la revuelta. Ibn Marwan residió en Córdoba hasta que en el 875 escapó y se refugió en el castillo de Alonge, sitiado durante tres meses, se vio en la obligación de rendir la fortaleza a causa del hambre. Tras la firma de la paz, Muhammad autorizó a este a residir en Badajoz, pero no contento con su situación ibn Marwan volvió a sublevarse meses después. En el 877, al-Mundir, siguiendo las instrucciones de su padre, se dirigió con un ejército hacia Mérida y Badajoz; en este momento Ibn Marwan ante el temor de ser derrotado huyó de la zona y buscó la protección de Alfonso III, rey de Asturias (866-910). En el 884, ocho años después de su partida a tierras cristianas, ibn Marwan regresó a Badajoz siendo entonces expulsado por al-Mundir, se vio obligado a refugiarse en la plaza de Esparragosa, tras el asedio de esta plaza fuerte, sin conseguir resultados, Muhammad inició las negociaciones, este, para que la paz fuera duradera decidió ceder el gobierno de Badajoz a ibn Marwan. Tras la llegada de al-Mundir al poder en el 886, ibn Marwan se convirtió en un problema secundario y se intentó en todo momento mantener con el señor de Badajoz unas relaciones cordiales.

Durante el gobierno de su padre, al-Mundir destacó por sus acciones frente a los reinos cristianos, claro ejemplo fue la aceifa del año 865. Encargado de los preparativos de la campaña, al-Mundir dirigió a las tropas omeyas hacia la orilla derecha del río Ebro; primero intentó asegurar el control de los castillos próximos al paso de Prádanos, para después sembrar el terror en la región. Cuando emprendió el camino de vuelta hacia al-Andalus, al-Mundir pudo comprobar que el paso que debía utilizar (la Foz de Malacuera) para su regreso, había sido inutilizado por el conde de Castilla, Rodrigo, en ese momento llevó a sus hombres a campo abierto, ya que era preferible enfrentarse a los asturianos en esta zona, puesto que estos estaban más acostumbrados que los musulmanes a emprender acciones en zonas de montaña. La batalla que se produjo días más tarde, fue desastrosa para los partidarios del rey de Asturias, Ordoño I (850-866), tras esta gran victoria al-Mundir pudo regresar a Córdoba con total tranquilidad.

En el 882 al-Mundir tuvo otra destacada intervención exterior. Muhammad I encomendó la importante tarea a su hijo de atacar sucesivamente a los Banu Qasi y al monarca asturiano, Alfonso III. Éste, acompañado por el general favorito de su padre, Hasim ibn Abd al-Aziz, el cual años después sería condenado a muerte por al-Mundir; atacó en vano Zaragoza, aunque consiguió las plazas de Rueda y de Borja. Posteriormente se dirigió a Lérida y tras protagonizar diversas acciones en este territorio, al-Mundir, condujo a su ejército hacia Álava. Su expedición continuó y a su paso por Castilla se apoderó de Castrogeriz. En León, Alfonso III les esperaba, pero la batalla no llegó a producirse ya que se iniciaron negociaciones entre los cristianos y los musulmanes. Con la llegada de al-Mundir al poder y el inicio de la sublevación de al-Andalus este tipo de acciones se vieron interrumpidas ya que los acontecimientos del interior reclamaban una atención urgente. Así se iba a permitir a Alfonso III que prosiguiera con su política de expansión territorial

Al-Mundir llegó al poder tras la muerte de su padre en el año 886, su breve reinado fue dedicado a una única causa, frenar la sublevación andaluza dirigida por Ibn Hafsun ibn Hafsun.

Los inicios de esta sublevación se remontan al reinado de Muhammad I, ya que en el 879, las zonas montañosas del sur de al-Andalus, pobladas en su mayoría por bereberes y muladíes, levantaron sus voces en contra el emir de Córdoba. Surgieron entonces pequeñas revueltas, que apenas duraron unos días y fueron disueltas con facilidad. Es evidente que este movimiento necesitaba un líder, y éste fue Ibn Hafsun ibn Hafsun.

Mientras al-Mundir recibía el juramento de fidelidad y repartía presentes entre sus tropas; Ibn Hafsun encendía a los campesinos abrumados por el pago de impuestos y por las contribuciones ilegales. Sus soldados le adoraban, porque sabía alentarlos en los momentos difíciles. Poco a poco Ibn Hafsun fue ocupando más franjas de terreno, se apoderó de Priego, tomó también el castillo de Iznájar e instaló allí a sus partidarios.

Al-Mundir se decidió, en la segunda campaña después de su llegada al trono, a tomar medidas más drásticas contra Ibn Hafsun, así en la primavera del 888, salieron de Córdoba los ejércitos omeyas dispuestos a arrebatar todos los terrenos ocupados por los sublevados y a sitiar el símbolo del poder de ibn Hafsun, Bobastro. Al-Mundir asedió Archidona, esta ciudad se rindió pronto, no obstante los dirigentes de la sublevación que allí se encontraban fueron ajusticiados, poco a poco al-Mundir fue recuperando los territorios perdidos y una vez completada esta primera fase de su plan, se dirigió hacia la fortaleza de Bobastro. Al-Mundir sitió la ciudad y al poco tiempo recibió la proposición de Ibn Hafsun de negociar, este se comprometía a someterse a su poder y estaba dispuesto a retractarse a cambio de seguridad para él y los suyos. Al-Mundir aceptó las condiciones impuestas por Ibn Hafsun e incluso juró solemnemente respetar su vida. Rápidamente dispuso lo necesario para que Ibn Hafsun abandonara Bobastro y se dirigiese a Córdoba y ordenó al cadí de su ejercito que redactase las condiciones de la rendición del rebelde. Al-Mundir envió además cincuenta mulos llenos de ricos presentes a Bobastro para que Ibn Hafsun pudiese transportar su equipaje y el de su familia. De este modo el convoy se dirigió hacia la entrada de la fortaleza de Bobastro, en ese mismo momento Ibn Hafsun acompañado por sus hombres más fieles ahuyentó a la escolta y se apoderó de los ricos tesoros prometidos por al-Mundir. El emir sintiéndose engañado montó en cólera y juró que no se movería del sitio de Bobastro hasta que Ibn Hafsun no cayese en sus manos. Pero no pudo cumplir su juramento ya que poco después cayó enfermo y murió mientras su hermano Abd Allah se hacía cargo del poder.

Al-Mundir a pesar de su breve reinado fue muy apreciado por los cronistas de la época ya que todos coinciden en que si hubiera vivido algunos años más habría acabado con la sublevación andaluza.

Bibliografía

  • GUICHARD, P. "Los nuevos musulmanes", en Historia de España. Antonio Domínguez Ortiz, vol III. Barcelona, Planeta, 1989.

  • JOVER ZAMORA, J.M. (dir). "España musulmana (711-1031)", en Historia de España. Menéndez Pidal, vol. IV. Madrid, Espasa Calpe, 1994.

  • MARTÍN, J.L. "La España medieval", en Manual de Historia de España. José Luis Martín, vol II. Madrid, Historia 16.

CGS

Autor

  • 0111 CGS /Carlos Herráiz García.