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HistoriaBiografía

Adhérbal (siglo III a.C.).

Célebre general cartaginés que se distinguió en tiempos de la Primera Guerra Púnica al derrotar, en el año 249 a.C., en la batalla naval de Drépano (el puerto cartaginés más occidental de la isla de Sicilia), a la escuadra romana comandada por el cónsul Claudio Pulcher. Por semejante gesta, a su regreso a Cartago, fue colmado con los más altos honores por el senado cartaginés.

Nada más reanudarse los enfrentamientos en el año 250 a.C., en la larga guerra que venían sosteniendo Roma y Cartago por el dominio del Mediterráneo, la primera inició una campaña importante para expulsar definitivamente a los cartagineses de Sicilia. Los ejércitos romanos procedieron al asedio del puerto púnico de Lilibeum, ubicado en la costa occidental de la misma, para lo cual mandaron una poderosa flota que no fue capaz de hacerse con la guarnición, dada la excelente posición de la misma, robustecida además con 50 navíos y 10.000 soldados de refresco mandados por el general Aníbal que lograron romper el cerco romano. Como Lilibeum estaba bloqueada y, por tanto, inservible como base principal púnica, la armada cartaginesa no tuvo más remedio que utilizar como tal el vecino puerto de Drépano.

Los nuevos cónsules romanos elegidos ese mismo año por el senado para dirigir la guerra, Claudio Pulcher y Junio Pulo, estimaron oportuno asediar el puerto de Drépano en vista de que el puerto de Lilibeum se encontraba bien pertrechado y la escuadra cartaginesa todavía no estaba totalmente dispuesta para responder con garantías a un ataque frontal de la escuadra romana. El cónsul Claudio Pulcher se puso en persona al mando de la expedición punitiva, que terminó en un desastre total, no se sabe si por su propia incapacidad como estratega o por la astucia desplegada por Adhérbal, quien, avisado a tiempo del ataque, salió presto del puerto con sus naves antes de ser cogido en semejante ratonera, gracias a los cual de asediado pasaba a convertirse en atacante. Según el relato del historiador griego Polibio, de las 123 naves que formaban la flota romana, tan sólo 30 pudieron escapar indemnes: las 93 restantes cayeron en manos de los púnicos.

Claudio Pulcher, como responsable de la primera derrota marítima de los romanos en el curso de la guerra, no fue perdonado. Acusado de temeridad y condenado al pago de una fuerte multa, se convirtió en el chivo expiatorio del desastre. Su colega Junio Pulo completó la tragedia al ser sorprendido frente a las costas de Camarina, al sur de Sicilia, por una flota púnica al mando del almirante Cartalo cuando escoltaba un convoy de transporte de 120 naves destinado a pertrechar a las fuerzas romanas que se encontraban en el asedio de Lilibeum.

Carlos Herráiz García.

Autor

  • Carlos Herraiz García