Adenauer, Konrad (1876-1967).
Político y estadista alemán nacido en Colonia, Alemania, el 5 de enero de 1876, y muerto el 19 de abril de 1967, en Rhöndorf, en ese mismo país. A lo largo de su brillante carrera política destacó por su labor dentro de las fronteras de la República Federal Alemana, de la que fue primer canciller federal, o jefe de gobierno, desde finales de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue creado este país, hasta la década de los años sesenta, concretamente 1963. A nivel internacional, formó parte activa de los organismos internacionales creados tras la Segunda Guerra Mundial por el bloque occidental capitalista (por ejemplo, la OTAN) y fue uno de los impulsores y miembros fundadores de la Comunidad Económica Europea.
Perteneció a una familia de clase media; su padre, ex-oficial del ejército, ocupaba un puesto como secretario del Tribunal Supremo. Estudió en el Instituto Apóstol, y posteriormente, gracias a una beca otorgada por la Banca Seligman, cursó la carrera de Derecho en las universidades de Friburgo, Munich y Bonn. Su brillantez como estudiante le proporcionó un puesto como abogado dentro de la región de Colonia inmediatamente después de haberse licenciado.
Inició su carrera política en 1906, en el ámbito de la política municipal, al ser elegido concejal en su lugar de nacimiento por el partido del centro. Desde ese momento, hasta el final de su carrera política, inició un ascenso vertiginoso tan sólo interrumpido por el intermedio nazi; en un principio, se movió en el seno de la política local, para dar el gran salto posteriormente a la política nacional, tras la Segunda Guerra Mundial. Así fue como en 1909 fue elegido teniente alcalde de Colonia, y en 1917, durante la Primera Guerra Mundial, alcalde por unanimidad. Posteriormente, durante la República de Weimar, perteneció a la formación del Zentrum, partido católico de principios políticos moderados con respecto al ambiente que, finalizados los años veinte, reinaba en Europa.
Con la ascensión del nazismo en su país, Adenauer, opositor ferviente de esta ideología y de cualquiera semejante, sufrió las consecuencias de su rechazo al ser encarcelado dos veces, en 1934 y 1944. Concretamente, en esa última fecha fue enviado a un campo de concentración, pero fue liberado gracias a la invasión de los aliados del territorio alemán y de la derrota del nazismo.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Alemania atravesó por uno de los momentos más difíciles de su historia, pues fue excluida del proceso de reconstrucción y reorganización política y territorial que se hizo según los imperativos de las grandes potencias. De esta forma, Alemania se convirtió en el primer escenario del inicio de la Guerra Fría. Durante estos acontecimientos, Adenauer participó en la fundación del Partido Unión Demócrata-Cristiana, CDU, del cual sería presidente a partir de 1947, en la zona de ocupación británica.
Cuando el 23 de mayo de 1949 se promulgó la Ley fundamental de la recién creada República Federal Alemana, que integraba tres zonas de ocupación occidental, de las cuatro zonas en las que se había repartido el país entre las potencias victoriosas de la Segunda Guerra Mundial, el siguiente paso fue la celebración de elecciones para el Bundestag, que se celebraron el 14 de agosto de ese mismo año. El resultado fue satisfactorio para Adenauer, que liderando el CDU consiguió alzarse como presidente de la República, contando con el beneplácito de las potencias occidentales, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, por su pasado anticomunista y antinazi. Formó gobierno de coalición con la Unión Social Cristiana, CSU, y los demócratas libres, coalición que perduró durante catorce años, tiempo total en el que K. Adenauer mantuvo la presidencia, al ganar sucesivamente las elecciones de 1953, 1957 y 1961.
Durante su mandato, Adenauer se mostró inflexible en la consecución de cada uno de sus planteamientos que, básicamente, conducían a una normalización en todos los terrenos, a pesar de la división de Alemania. Buscó y logró un reconocimiento internacional como potencia para Alemania, al conseguir la integración en las organizaciones internacionales creadas por el bloque occidental y atlantista, tras el inicio de la Guerra Fría. Una de las primeras medidas fue la adopción de una política de reconciliación y respeto frente a Francia, política que culminó gracias al entendimiento con otras de las personalidades políticas francesas del periodo, como por ejemplo R. Schuman, que facilitó la empresa que dio lugar a la primera comunidad europea, denominada CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero), de 1951. En ese momento Adenauer dirigió también la cartera de Asuntos Exteriores. Su política nunca renunció a la posibilidad de un entendimiento con la República Democrática Alemana, RDA, que bajo la esfera de la Unión Soviética y, por tanto, del bloque comunista, contribuyó al aumento de la población de la República Federal (unos doce millones de personas atravesaron como refugiados políticos la frontera de división alemana). Con el fin de evitar la posible expansión soviética por el resto de Europa y las influencias que, a través de la RDA, podían ejercerse en la RFA, Adenauer dedicó un amplísimo esfuerzo a integrar a Alemania occidental en la estructura de la OTAN. Logró su propósito en 1955, cuando consiguió que Alemania fuera reconocida como Estado por la sociedad internacional. Paralelamente, Adenauer se mantuvo siempre al tanto de los debates que por aquellos años se establecieron en los más altos niveles de la política europea sobre la posibilidad de crear organizaciones, mecanismos o instituciones capaces de estrechar los lazos de las políticas de cada país, sobre todo en el terreno económico. De esta forma se llegó a la firma, en 1957, del Tratado de Roma, en el cual participó Adenauer, y se puso en marcha la Comunidad Económica Europea (CEE), o Mercado Común, de la que la República Federal Alemana fue miembro fundador.
En una etapa histórica totalmente marcada por la Segunda Guerra Mundial, tras la cual comenzó la llamada Guerra Fría y en la cual la estructuración mundial creó una sociedad internacional bipolar, el constante equilibrio inestable hacía imprescindible una Europa dialogante, pues los peligros externos eran suficientemente graves como para acrecentarlos internamente. Así pues, el logro más importante conseguido por K. Adenauer fue la firma del Tratado de Amistad franco-alemán, por el cual se ponía fin a más de cien años de rivalidad entre estos dos países.
En política interior, lo más destacado de su labor fue la reconstrucción económica de una Alemania que finalizó la guerra totalmente destrozada y hundida, con una postguerra, en un espacio y situación muy problemáticas, que garantizaban unos riesgos añadidos. Igualmente, la historiografía coincide al señalar el período de Adenauer en la presidencia, desde 1949 hasta 1963, como el de asentamiento, consolidación y estabilización del Estado democrático y sus instituciones, a pesar de las dudas creadas sobre la posibilidad de que los alemanes pudieran vivir bajo un régimen no basado en principios autoritarios.
En 1963, Adenauer dimitió de su cargo voluntariamente, aunque no por ello abandonó la política. Hasta 1966 se mantuvo activo en la presidencia del CDU. Fue sucedido en la presidencia de la República por Ludwing Erhard.
En 1964 publicó parte de sus Memorias, las correspondientes a los años 1945-1963. Apenas tres años más tarde realizó un viaje a España, concretamente a Madrid, donde fue condecorado, en reconocimiento a su labor por la unidad y la paz, con la Gran Cruz de Isabel la Católica. Dos meses después, en el mes de abril de 1967, murió en Rhöndorf, cerca de la capital de la RFA, Bonn.
