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HistoriaBiografía

Aben Humeya (1520-1569).

Noble morisco español, nacido en 1520 y muerto hacia 1569, cuyo verdadero nombre era Fernando de Córdoba y Válor. Descendiente de la familia de los Omeyas, abjuró del cristianismo en 1568, al producirse el levantamiento de los moriscos granadinos en diciembre de ese mismo año, y pasó a convertirse en el jefe de la insurrección cuyo propósito era emanciparse de la soberanía de Felipe II. Adoptó el nombre de Aben Humeya y sus seguidores lo nombraron rey de Granada y de Córdoba.

Organizó un poderoso ejército, al frente del cual colocó a su tío Aben Jalmar y a su principal opositor Fárax, descendiente de la noble familia de los Abencerrajes. Fárax trató de conseguir el apoyo de la población de Granada, pero no tuvo éxito, por lo que desde ese momento, la sublevación se centró en Las Alpujarras. Mientras tanto, Felipe II envió, ya en 1569, al marqués de Mondéjar y al marqués de los Vélez, para acabar con la revuelta. Las disputas entre los dos líderes cristianos provocó la parálisis de los ejércitos de Felipe II y facilitó la expansión de la revuelta a otras comarcas. Ante esta situación, el rey cambió de estrategia y sustituyó a los mandos militares. Don Juan de Austria fue nombrado general jefe de los ejércitos, mientras que a Luis de Requeséns se le entregó una poderosa flota con el fin de cortar los suministros de armas y mercenarios que llegaban a los sublevados desde el norte de África y Turquía.

El buen entendimiento entre Juan de Austria y Luis de Requeséns provocó un cambio definitivo en el desarrollo del conflicto. A partir de ese momento, la guerra se decantó del lado cristiano. En poco tiempo, Aben Humeya fue derrotado y tuvo que buscar refugio en Sierra Nevada. El líder granadino pretendía reorganizar sus fuerzas, pero la derrota militar provocó que surgieran divisiones entre sus seguidores, muchos de los cuales perdieron la confianza en su caudillo. Finalmente, la facción opositora de Aben Humeya se impuso, asesinó al líder granadino y colocó en su lugar a su primo Aben Aboo. Éste continuó la guerra, logrando algunos éxitos hasta 1571, fecha en la que el imparable avance de Juan de Austria acabó por aplastar la sublevación.

Como consecuencia inmediata de este levantamiento, Felipe II ordenó la deportación de los moriscos granadinos hacia otros puntos de la península, incumpliendo así las promesas realizadas por los Reyes Católicos (Fernando II, Rey de Aragón y V de Castilla e Isabel I, Reina de Castilla y León) a los musulmanes granadinos.

La sublevación de los moriscos granadinos.

Autor

  • Juan Antonio Castro Jiménez