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HistoriaPolíticaBiografía

Abd al-Rahman o Abderramán IV, Califa de al-Andalus (¿-1018).

De nombre completo Abd al-Rahman ben Muhammad ben Abd al-Malik, séptimo califa cordobés de al-Andalus (1018), bisnieto del gran califa Abd al-Rahman III (912-961), nacido en Córdoba en fecha indeterminada y muerto en Guadix a mediados de 1018. Fue puesto por los señores de Zaragoza y Almería al frente de un movimiento para expulsar a la dinastía de los hammudíes del trono califal cordobés. Proclamado califa nominal en abril de 1018, no llegó a reinar de hecho al ser asesinado por los mismos que le habían encumbrado.

Vida

Retirado de la corte cordobesa desde los primeros momentos de la fitna (guerra civil) desatada por el trono califal, durante el breve reinado del idrisí Ali Ibn Hammud (1016-1018), el príncipe omeya fue rescatado de su dorado exilio valenciano por Jayran de Almería (el mismo que antes indujese a Ali Ibn Hammud a marchar contra Córdoba para derrocar al califa Sulayman), y por el tuchibí Mundhir ben Yahya de Zaragoza, los cuales le pusieron a la cabeza de los ejércitos sublevados del este peninsular con el objetivo de derrocar a la dinastía hammudí reinante en Córdoba. Abd al-Rahman también contó con la colaboración de un importante contingente de tropas aportadas por el conde de Barcelona. Las fuerzas rebeldes se concentraron en Játiva, lugar al que acudió el pretendiente omeya para encabezar el grueso del ejército que debía dirigirse a Córdoba, pasando primero por Jaén para conquistarla y establecer una cabeza de puente que controlara los accesos y rutas hacia el sur.

Cuando en la noche del 21 al 22 de marzo del mismo año, el califa Ali Ibn Hammud fue asesinado, los partidarios de la dinastía hammudí se apresuraron a avisar al hermano de éste, al-Qasim ibn Hammud, gobernador de Sevilla, quien en tan sólo seis días se presentó en Córdoba dispuesto a ocupar el puesto de su desgraciado hermano.

Al enterarse del golpe de mano dado por al-Qasim, los conjurados determinaron acelerar los preparativos del ejército invasor, compuesto de unos cuarenta mil hombres. Pero antes de partir legalizaron la situación del pretendiente omeya y, el 29 de abril, le proclamaron califa legítimo de Córdoba, con el título o laqab de al-Murtada ('el que goza de la satisfacción divina'). Abd al-Rahman IV, ante la sorpresa de Jayran y Mundhir ben Yahya, se reveló como una persona no exenta de energía y valor para asumir todas las responsabilidades que había adquirido como califa de Córdoba, en vista de lo cual los mismos que le habían entronizado anteriormente, creyendo que elegían a un califa manejable y sin poca personalidad, decidieron deshacerse de él a la menor oportunidad.

La ocasión para la defenestración de Abd al-Rahman IV se la propició él mismo cuando cometió la imprudencia de lanzar un ataque contra los ziríes de Granada, ciudad defendida por el experimentado general Zawi ben Ziri, quien se negó por dos veces a rendirse al ultimátum lanzados por el pretendiente omeya. En el intermedio de las conversaciones, Jayran hizo saber a Zawi las intenciones de él y de su colega Mundhir de abandonar a su suerte a tan molesto pretendiente en plena batalla. Cuando Abd al-Rahman IV ordenó el asalto final a Granada, los escasos mil soldados de Zawi cargaron con toda su furia contra los sorprendidos asaltantes, les pusieron en fuga y luego los persiguieron hasta aniquilar a casi todo el ejército. Los dos traidores, sin cuidarse lo más mínimo por la suerte del imprudente omeya, se dirigieron raudos a Almería, mientras que los soldados catalanes hacían lo mismo, se daban la vuelta y regresaban al norte en plena derrota. En un primer momento, Abd al-Rahman IV consiguió escapar de una matanza segura al refugiarse en la localidad de Guadix, donde finalmente le encontraron unos emisarios enviados por Jayran y le asesinaron sin miramiento alguno.

La noticia de la muerte de desventurado califa omeya acrecentó más aún la amargura y el temor de los cordobeses, angustiados ante la perspectiva de ser gobernados por otro miembro de la dinastía hammudí, al-Qasim ibn Hammud.

Bibliografía

  • ARIÉ, R. La España musulmana. Barcelona: Labor, 1984.

  • CHEJNE, Anwar G. Historia de España musulmana. Madrid: Cátedra, 1980.

  • GLICK, Thomas F. Cristianos y musulmanes en la España medieval (711-1250). Madrid: Alianza Editorial, 1991.

  • GUICHARD, Pierre. La España musulmana: al-Andalus omeya (siglos VIII-XI). Madrid: Grupo 16.

  • VALLVÉ, J. Los omeyas. Madrid: Grupo 16, 1985.

Autor

  • Carlos Herráiz García