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Ocio y entretenimientoBiografía

Zúñiga Villaquirán, Manuel (1932-VVVV).

Matador de toros colombiano, nacido en Cali el 9 de enero de 1932. Miembro de una célebre dinastía de toreros colombianos, es hermano del afamado diestro caleño José Zúñiga Villaquirán ("Joselillo de Colombia"), y tío del hijo de éste, José Edgar Zúñiga, que se anuncia en los carteles con el mismo sobrenombre que usara su padre.

Enrolado desde 1949, en calidad de banderillero, en la cuadrilla de su hermano José, emprendió una temprana carrera taurina que a la fuerza había de desembocar, muy pronto, en su propia investidura como matador de reses bravas. En efecto, el día 10 de julio de 1950, cuando sólo contaba dieciocho años de edad, se presentó por vez primera como novillero en el coso colombiano de Palmira, acompañado en los carteles por su compatriota Carmelo Torres. A partir de entonces, una intrascendente trayectoria por el suelo patrio vino a forzar su venida a España, puesto que su carrera padeció pronto la amenaza de quedarse relegada al reducido ámbito de los ruedos hispanoamericanos.

Así las cosas, el día 19 de julio de 1955 hizo el paseíllo en la plaza Monumental de Las Ventas (Madrid), en donde se había anunciado en compañía de Luis Díaz y Antonio del Olivar, para dar lidia y muerte a estoque a los novillos de la ganadería de Prieto de la Cal. Anduvo valiente en aquella dura prueba el joven Manuel Zúñiga, de la que salió muy maltrecho a causa de la grave cornada que le infirió el segundo astado de su lote. No obstante, dispuesto como estaba a tomar la alternativa en suelo español, el día 20 de octubre de aquel mismo año compareció ante la afición de la capital riojana, apadrinado por su hermano José Zúñiga Villaquirán, que había sido su primer maestro. En presencia del coletudo madrileño José Ordóñez Araujo, que hacía las veces de testigo, "Joselillo de Colombia" cedió al toricantano los trastos con los que había de acometer la lidia y muerte de un astado que había pastado en las dehesas de don Salvador Guardiola.

Desanimado por la escasa expectación que había causado su andadura taurina por la Península Ibérica, Manuel Zúñiga Villaquirán optó por regresar a tierras hispanoamericanas, en donde siguió toreando con mejor fortuna. Al cabo de dieciséis años de haber tomado la alternativa en suelo español, retornó a la vieja Piel de Toro para triunfar, entre otras localidades, en el pueblo riojano de Arnedo, en donde cortó dos orejas a un morlaco de la ganadería de don José María Arauz de Robles, el día 30 de mayo de 1971. Este éxito le permitió firmar un total de quince contratos en plazas españolas durante aquella temporada.

Autor

  • JR.