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HistoriaMitologíaPolíticaBiografía

Wu Wang o Chi Fa, Emperador de China (ca. 1169-1116 a.C.).

Emperador legendario chino, fundador de la dinastía Zhou (1111-255 a.C.), nacido alrededor del año 1169 a.C. y fallecido en el año 1116, o 1104 según otras fuentes. También llamado El Belicoso, Wu Wang es considerado por las crónicas chinas posteriores como un rey sabio y prudente y muchos consideran su reinado el comienzo de la era histórica en China, pues la dinastía por él instaurada fue la primera que tuvo los rasgos propios de un Imperio.

Wu era hijo de Wen Wang, príncipe del Oeste, y vasallo de Ti Xin (o Zhou), último rey de la dinastía Shang. Los príncipes de Zhou ocupaban un territorio situado en el valle del río Wei y tenían Fengyi (al suroeste de la actual Xi´an, en la provincia de Shan Xi) como capital. El principado de Zhou llegó a ser tan poderoso durante el reinado de Wen que, más que un vasallo, se le ha considerado un rival de Ti Xin. Los Zhou tenían una cultura distinta a la del pueblo Shang, establecido más al este, en la provincia de He Bei, como lo demuestra el sistema de la transmisión del poder. Mientras los soberanos Shang heredaban el título de su hermano mayor, los Zhou lo heredaban de su padre.

Wen, ayudado por un viejo y sabio consejero llamado Jiang Shang (conocido más tarde con el nombre de Jiang Taigong), planeaba expulsar al rey Zhou, último y pervertido soberano de la dinastía Shang; pero su muerte, acaecida tras siete años de reinado, se lo impidió. El príncipe Wu Wang le sucedió y se propuso acabar la obra de su padre. Valiéndose de los consejos de Jiang Shang, supo esperar el momento preciso para poner fin a la tiranía del rey Zhou. El undécimo año de su reinado reunió un poderoso ejército y se dirigió hacia el este; cruzó el río Amarillo en el vado de Meng y llegó algunos días después a la llanura de Muye, cerca de la capital de los Shang. Las tropas del rey Zhou, desmoralizadas por las numerosas deserciones, fueron derrotadas. La tradición afirma que en esta batalla se decidió la suerte de la dinastía Shang. Se cuenta que el rey se refugió en su capital y se suicidó arrojándose en las llamas de una hoguera. Wu Wang, no contento con vencer a su enemigo, le persiguió, y al encontrar su cadáver le disparó tres flechas desde su carro para vanagloriarse de su muerte. Luego le golpeó con su lanza y con su hacha de guerra le decapitó. Plantó su cabeza en su gran estandarte blanco, mientras que las cabezas de las dos favoritas del rey fueron colocadas sobre el estandarte pequeño. El relato de la batalla y de la muerte del rey es una reconstrucción de los hechos por parte de los antiguos, que siguen para describirlos el desarrollo de las danzas rituales que conmemoraban cada año, en la corte de la dinastía Zhou, el triunfo de su prestigioso antepasado. La toma de la capital de los Shang no significó, sin embargo, que su poder se extendiera a la totalidad del imperio. A pesar de los prudentes consejos de sus oficiales, Wu Wang lanzó sus ejércitos hacia el norte y el este de China para acabar la conquista del país. Después de su victoria, Wu se proclamó primer rey de la dinastía Zhou en el año 1122 a.C., según la cronología tradicional.

Las nuevas posesiones del rey, de gran extensión y habitadas por pueblos a veces hostiles, necesitaban un sistema de administración del que carecía la joven dinastía. Wu estableció su capital, Hao, al este de Fengyi, la antigua capital de su padre. Decidió repartir sus tierras entre los miembros de su familia y sus aliados, convertidos en vasallos dentro del régimen feudal. Su fiel consejero, Jiang Shang, recibió el feudo de Qi, en la provincia de Shandong, y su ministro Shi el de Shao, en Shan Xi. Para garantizarse la lealtad del pueblo Shang, al que acababa de vencer, puso a la cabeza de un principado a Qi, el hermano del difunto rey Zhou, y permitió que el hijo de éste, Wu Geng, gobernase las tierras de sus antepasados bajo la estrecha vigilancia de sus hermanos. Otro tío de Wu Geng, encarcelado por el rey Zhou, fue liberado, pero se negó a servir al nuevo rey y se exilió a Corea. Wu, que se presentaba a sí mismo como el defensor de los antiguos valores de la dinastía Shang, mantuvo sus instituciones, adoptó su código penal e imitó sus ceremonias religiosas. Para dar mayor prestigio a su propio linaje, se proclamó el descendiente de Houji, ministro de agricultura, según la leyenda, del mítico emperador Huangdi, a quien ofrecía sacrificios en el templo de sus antepasados.

Una leyenda cuenta que, en el segundo año de su reinado, el rey Wu cayó enfermo. Su hermano mayor, el príncipe de Zhou, hizo entonces levantar tres altares de tierra e invocó a los espíritus de su padre, Wen Wang, y de sus antepasados, ofreciendo su vida a cambio de la de Wu. Al día siguiente, dicen, el rey Wu recobró la salud. A la muerte del rey, en 1116 a.C., su hijo Cheng sólo contaba 15 años de edad. El príncipe de Zhou asumió la regencia y, cuando el heredero del rey alcanzó la edad de reinar, le devolvió el poder.

La virtud de Wen, de Wu y de su consejero Jiang Shang les convirtió en personajes ejemplares alabados por los poetas y los historiadores confucianos. De hecho, el sabio ministro que ayuda a su señor a derrotar a un rey pervertido se convierte en un arquetipo mítico. La tradición supo reconocer también los méritos del príncipe de Zhou, cuyo sacrificio y sabiduría contribuyeron a afianzar el prestigio de la dinastía.

Autor

  • MAH ; Consuelo Marco Martínez / Catherine François Brugidou.