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FilosofíaBiografía

Wittgenstein, Ludwig (1889-1951).

Filósofo austriaco, nacido en Viena en 1889 y muerto en Cambridge en 1951, cuyo trabajo ha sido de gran importancia en la filosofía contemporánea. Investigó principalmente dentro del ámbito de la lógica y la filosofía del lenguaje.

Vida y obras.

Cursó estudios de ingeniería en Berlín, pero su interés por las matemáticas hizo que se desviara hacia el estudio de los fundamentos de esta disciplina y de los escritos de Russell y Frege al respecto. Estudió con Russell en Cambridge antes de la Primera Guerra Mundial y, de regreso a Austria, luchó con el ejército de este país durante la guerra, al final de la cual fue hecho prisionero en Italia. Su Tractatus lógico-philosophicus (1921-1922), que fue el texto sagrado de los positivistas lógicos, ya había sido terminado por esta época, pero tras su publicación, Wittgenstein empezó a fraguar serias dudas acerca de los contenidos del mismo. Tras la guerra, trabajó como maestro en Austria. Mantuvo contacto con los miembros del Círculo de Viena, aunque no llegó a pertenecer a éste, a pesar de la enorme influencia que el Tractatus ejerció entre los fundadores del Círculo. Volvió a Cambridge en 1929 y se estableció definitivamente en esta Universidad, en la que fue madurando sus nuevas ideas filosóficas al tiempo que impartía sus lecciones. Transmitió oralmente a sus alumnos sus nuevos puntos de vista filosóficos, que fueron recopilados por aquéllos en los llamados "Cuaderno azul y Cuaderno marrón" (Blue and Brown Books). En 1939 fue nombrado profesor titular en Cambridge, para suceder en la cátedra a G. E. Moore; renunció a la cátedra en 1947, tras haberla abandonado previamente durante la Segunda Guerra Mundial para alistarse como ayudante en un hospital de Londres. Cuatro años después, en 1951, falleció de cáncer.

Únicamente el Tractatus lógico-philosophicus y un artículo titulado "Some Remarks on Logical Form", de 1929, fueron publicados en vida del autor. El resto de sus escritos, que se publicaron con carácter póstumo, son: Philosophische Untersuchungen (1953), Bemerkungen über die Grundlagen der Mathematik (1956), The Blue and Brown Books (1958), Notebooks 1914-1916 (1961), Lectures and Conversations on Aesthetic, Psychology and Religious Belief (1966), Zettel (1967), Letters from L. Wittgenstein (1967), Ludwig Wttgenstein und der Wiener Kreis (1967) y el artículo "Notes for Lectures on 'Private Experience' and 'Sense Data'", publicado en la Philosophical Review (1968).

Doctrina filosófica.

Suelen distinguirse dos grandes periodos en el pensamiento de Wittgenstein: el primero de ellos se corresponde con los planteamientos del Tractatus lógico-philosophicus, y el segundo con los de las Investigaciones Filosóficas (Philosophische Untersuchungen). Los estudiosos de este autor suelen referirse al primero de los periodos como el "primer Wittgenstein" y al segundo como el "segundo Wittgenstein". Así, también aquí se estudiará la doctrina de este autor de acuerdo con esta división.

El "primer Wittgenstein".

Este primer periodo en la filosofía de Wittgenstein, ejemplificado por las doctrinas que él mismo expone en el Tractatus, se caracteriza por su relación con el neopositivismo del Círculo de Viena. El Tractatus está estructurado en siete proposiciones principales, de cada una de las cuales derivan otras tantas clasificadas por numeración decimal. En esta obra se tratan cuestiones metafísicas y éticas, pero es el tema del análisis del lenguaje, y concretamente del lenguaje lógico y matemático, el que más extenso tratamiento recibe en el conjunto.

Según Wittgenstein, el mundo no es la totalidad de las "cosas" o "entidades", sino de los llamados "hechos atómicos", que están formados precisamente por dichas entidades. Éstas son nombrables por distintos procedimientos, de forma que existe una relación entre las cosas y las palabras. Dado que una combinación de cosas es un hecho atómico, una combinación de palabras es una proposición atómica. Cada proposición atómica "representa" un hecho atómico, en el sentido de que la proposición es una representación, cuadro o pintura de dicho hecho; esto significa que proposiciones atómicas y hechos atómicos son isomórficos (se establece una correspondencia unívoca entre ellos) y el lenguaje se convierte así en una especie de mapa de la realidad. Carece de significación toda aquella aparente proposición atómica que no represente un hecho atómico correspondiente.

Es cierto que el lenguaje natural, el cotidiano, no se ajusta a la descripción dada por Wittgenstein, pero ello es debido a que dicho lenguaje es defectuoso y ambiguo; lo que urge mostrar es que subyace en su fondo un "esqueleto lógico" que le aporta su naturaleza esencial, y que constituye el "lenguaje ideal". Las proposiciones mediante las cuales se describe o descubre este lenguaje carecen ellas mismas de sentido; por eso, Wittgenstein afirma que el Tractatus es como una escalera que debe desecharse una vez alcanzado el punto a donde se quería llegar con ella: "lo que se expresa por sí mismo en el lenguaje, no podemos expresarlo mediante el lenguaje", no se ha enunciado algo sobre el lenguaje y su isomorfismo con la realidad, sino que simplemente se ha mostrado. La filosofía, según esto, no es una ciencia como tal, sino más bien una actividad con función clarificatoria.

El "segundo Wittgenstein".

Este periodo del pensamiento de Wittgenstein se caracteriza por el rechazo sistemático de las opiniones que mantuvo en su primera época. Se produce en este pensador un nuevo modo de ver las cosas por el cual el anterior se le presenta como una especie de superstición sobre el lenguaje producida por el mismo lenguaje. La tarea de la filosofía, aunque también clarificatoria, es ahora proporcionarnos ayuda para deshacernos de dicha superstición, ayudarnos a rehuir "el embrujamiento de nuestra inteligencia mediante el lenguaje". Esto se consigue mediante un acercamiento inocente al lenguaje, y no tratando de descubrir la esencia del mismo, porque el lenguaje no tiene esencia, no hay nada oculto en él, simplemente hay que estar atentos para ver y describir cómo funciona. Su funcionamiento se encuentra estrechamente relacionado con su uso, y este uso es múltiple y variado; no hay un lenguaje, sino múltiples lenguajes, cada uno de los cuales es una "forma de vida". Wittgenstein llama "juegos de lenguaje" a los distintos usos del lenguaje; existe un juego de lenguaje que sirve para describir, otro para preguntar, otro para indignarse, etc., pero no hay una función exclusiva y única del lenguaje, como no tiene función una caja de herramientas al margen de las distintas funciones de cada una de las herramientas que contiene.

Los llamados "problemas filosóficos", que Wittgenstein prefiere calificar de "perplejidades", surgen por haberse hecho demasiadas ilusiones sobre el lenguaje. Los problemas se resuelven, pero las perplejidades solamente se disuelven, por eso no puede encontrarse una solución para ellas descubriendo una realidad en la que no se había reparado; porque la perplejidad no surge de la carencia de algún dato, sino que en ella todos los datos están dados. Lo único que cabe hacer es tratar de salir de la perplejidad en que nos ha colocado nuestra tenaz incomprensión del funcionamiento de los distintos lenguajes, lo que parece conducir a la conclusión de que las cuestiones filosóficas son absurdas e inútiles. Sin embargo, esto no es así; muchas de las cuestiones filosóficas tienen un sentido: mostrarnos las raíces de nuestra perplejidad y la solidez con que dichas raíces se introducen en nosotros. La filosofía tiene la misión de "hacernos ver", de poner a la vista las perplejidades en las que nos ha sumido nuestra tendencia a olvidar por qué usamos ciertos conceptos.

Suele considerarse al "primer Wittgenstein" como el padre del neopositivismo y al "segundo Wittgenstein" como el padre de la filosofía lingüística desarrollada por la Escuela de Oxford. Si bien es necesario reconocer la influencia de este autor en dichas corrientes, lo cierto es que resulta excesivo considerarle el "padre" de las mismas sin con ello menospreciar la labor de quienes también han contribuido a consolidar sus bases. Las principales interpretaciones del pensamiento de Wittgenstein se han centrado en dos puntos fundamentales de su doctrina: la noción de lenguaje ideal de su primera etapa, y la de lenguaje natural y juegos de lenguaje de la segunda.

Autor

  • Anabel.