Witiza o Vitiza. Rey visigodo (698-710)
Rey de los visigodos en España, hijo de Egica. Fue asociado al trono en el año 698 por su padre, el cual le nombró Dux de la Gallecia, y regente de Tude (Tuy). Poco después hubo un intento de desembarco de tropas bizantinas en las proximidades de Orihuela (Murcia), que fueron derrotadas y expulsadas por el conde visigodo Teodomiro. El 24 de noviembre del año 700, cuando Egica se sentía enfermo, ordenó la Unción Real de su hijo Witiza, que no asumió todas las funciones reales hasta la muerte de su padre en diciembre del año 702.
Como solía ser costumbre cada vez que un nuevo rey accedía al trono, devolvió muchos de los bienes incautados por su padre y perdonó deudas que los nobles habían contraído con el fisco. Redujo la persecución contra los judíos e intentó corregir la corrupción de los clérigos, a los cuales pidió que contrajesen matrimonio antes de vivir amancebados. Esto le acarreó críticas por parte de la Iglesia, que lo describe como un monstruo de la perversidad, mientras que otros cronistas hablan de él como un rey prudente, justo y bondadoso.
Convocó el XVIII concilio de Toledo, con Gunderico como obispo de Toledo. Aunque sus actas se han perdido, los cronistas dicen que se elaboraron leyes en contra de las anteriores. En particular, en contra de lo que anteriormente estaba dispuesto, se dio libertad a los judíos para que volviesen y residiesen en España.
La pérdida de las actas del XVIII concilio de Toledo y los sucesos posteriores nos han privado de información sobre su reinado, aunque parece ser que tuvo que afrontar bastantes problemas internos. Se dice que ordenó que a Theodofredo, duque de Córdoba, lo dejasen ciego por haber conspirado contra la corona. También se sublevó Pelagius (Pelayo), porque Witiza, mientras había estado residiendo en Tuy, estranguló con las manos a su padre, el duque Fafila.
La propia muerte de Witiza no está bien documentada; parece ser que murió en febrero del año 710, de muerte natural, en Toledo, con no más de 30 años de edad.
Dejó tres hijos varones (Achila, Olmundo y Ardabasto), menores de edad, por lo que a pesar de que éste los había nombrado herederos, el concilio eligió a un tal Rodrigo, que había tenido a su cargo el mando supremo del ejército.
