Wenzel, Hanni (1956-VVVV).
Esquiadora de Liechtenstein, nacida en Straubirn (Baviera) el 14 de diciembre de 1956, campeona olímpica y mundial, está considerada una de las mejores especialistas de la historia en las carreras técnicas del esquí alpino, eslalon especial y eslalon gigante, y una de la mayores figuras de este deporte durante la década de 1970.
Nacida en una localidad alemana, Hanni adquirió la ciudadanía de Liechtenstein debido al traslado de su padre a este diminuto país alpino cuando ella apenas contaba con unos meses de edad. Fue precisamente Hubert Wenzel, su padre, quien ejerció de primer entrenador de Hanni y su hermano menor Andreas, también afamado esquiador profesional. Al comienzo de su carrera destacó en la prueba del eslalon, aunque pronto mostró que se trataba de una esquiadora completa y muy fiable. 1974 fue su primer gran año en la alta competición al conseguir la medalla de oro en el eslalon y la de plata en la prueba combinada de los Campeonatos del Mundo de Saint Moritz, y el título de la Copa del Mundo en la especialidad de eslalon gigante. En 1976 tuvo un brillante debut olímpico en los Juegos de Innsbruck, en los que consiguió alzarse con el bronce en el eslalon; esta primera medalla olímpica tuvo el mérito de ser la primera lograda por un deportista de Liechtenstein, aunque pocos sospechaban que Hanni conseguiría aún mayores logros para el pequeño principado.
En 1978 completó otra gran temporada que le llevó a ganar la especialidad del eslalon y la clasificación general de la Copa del Mundo, por delante de la mítica campeona austriaca Annemarie Moser-Proell, quien sin embargo en los Campeonatos del Mundo de 1978 le relegó a la medalla de plata en la combinada. El duelo entre las dos grandes esquiadoras continuó en la Copa del Mundo de 1979, con victoria para la austriaca por un estrecho margen de dos puntos, y en la edición de 1980, esta vez con triunfo de Wenzel que además se hizo con el título del eslalon gigante. Su mayor momento de gloria llegó en los Juegos Olímpicos de 1980 en Lake Placid, donde se convirtió en la gran protagonista del evento con la conquista de sendas medallas de oro en las dos pruebas técnicas: eslalon y eslalon gigante; una hazaña que ninguna esquiadora había conseguido desde los Juegos de 1952, y a lo que sumó una increíble medalla de plata en el descenso, una especialidad en la que hasta entonces no había destacado.
Tras varios altibajos a causa de las lesiones, en 1983 volvió a recuperar su mejor forma aunque finalizó segunda en la Copa del Mundo, por detrás de la norteamericana McKinney, y de nuevo ocupó dicha posición en el podio de 1984, su última temporada en activo. Después de retirarse fundó junto a su marido, el esquiador austriaco Harti Weirather, una agencia de marketing deportivo.
MAH
