A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
HistoriaPolíticaReligiónBiografía

Vinuesa López de Alfaro, Matías, "el Cura de Tajamón" (ca. 1776-1821).

Clérigo español, conocido vulgarmente como el Cura de Tamajón, nacido en Neila (Burgos) hacia 1776 y muerto en Madrid el 4 de mayo de 1821.

Vida

Estudió en las Universidades de Alcalá, Toledo y Sigüenza. En 1803 fue nombrado cura de Tajamón (Guadalajara), arcediano de Tarazona y capellán de honor del Rey. Fue comisionado de la Junta de Guadalajara y Sigüenza para asuntos económicos, especialmente lo relacionado con la cobranza e inversión de capitales. Se sabe que hizo un viaje a Valencia en 1811, a fin de informar a José O'Donnell del estado en que se hallaban las provincias del centro de la Península. En 1812 su filiación política dio un giro completo, pues decidió ponerse del lado de los franceses, como bien explica en sendas cartas dirigidas a José Bonaparte y al ministro de Asuntos Eclesiásticos de éste.

Sus doctrinas antirreligiosas y antipolíticas se reflejan en los numerosos artículos -atribuidos a él- que aparecieron en periódicos de la época, así como en varias obras de su autoría, tales como Preservativo contra el espíritu público de la Gazeta de Madrid, Adición, Observador político-religioso, o sea: Análisis de las máximas antisociales e irreligiosas de los periódicos corruptores de la sana moral; y preservativo contra la irreligión y el pirronismo. Obra que puede servir de suplemento a la del R. P. Vélez (Palma, 1814), El verdadero siervo de María o historia del origen de los Servitas... (Madrid, 1820).

En 1821 ideó un plan de conspiración, que llamó "Plan para conseguir nuestra libertad", concebido sobre la base de que el Rey y su hermano Carlos María Isidro encerrasen a los ministros, al Consejo de Estado y las demás autoridades en palacio, y que, a continuación, el propio Don Carlos, el Duque del Infantado y el Marqués de Castelar saldrían a recorrer los cuarteles, excitando a la guarnición de Madrid y sublevando a los guardias de la guarnición absolutista, previa detención de los liberales, para que prestaran su apoyo para derribar el gobierno constitucional. Con la promesa de Cortes estamentales, un concilio nacional, la condonación de los impuestos y vuelta a la situación de los primeros días de marzo de 1820, habría concluido tan sencilla operación.

A pesar de lo disparatado de este plan, el hecho es que el 7 de julio de 1822 se intentó poner en práctica. Finalmente, en 1821, se anunció en Madrid la detención de este peculiar personaje; en el encausamiento que siguió, salieron a la luz una serie de documentos altamente alarmantes -el Grito de un español verdadero a toda la nación o el Extracto de la gaceta de Múnich, que contiene la Instrucción política a los generales del ejército sajón-ruso que debe obrar en España- que se encontraron entre los papeles del cura; asimismo, se halló también una especie de plan de estudios para la juventud y una obrita titulada Constitución fundamental de los libertadores del género humano, al parecer, proveniente de alguna sociedad secreta. También se le ocupó una cinta encarnada, con un letrero manuscrito que decía "Viva Fernando VII, la religión y sus defensores, y muera la Constitución" y un largo número de proclamas incendiarias en sobres dirigidos a personas concretas.

La causa de Vinuesa provocó inmediatamente la indignación de las masas populares, que consideraron que el juez había emitido un fallo demasiado favorable al detenido -diez años de presidio-, así que el pueblo, irritado, invadió la cárcel de la Corona de Madrid el día 4 de mayo de dicho año, y Vinuesa fue asesinado.

El crimen, aceptado por unos como justicia revolucionaria, hizo que para otros el "Cura de Tajamón" se transformara en mártir. Al decir de las malas lenguas de la época la muerte del clérigo fue una provocación, y aún se habló de que el crimen había sido planeado en casa de la marquesa de Pontejos, cosa prontamente desmentida. Es más, el día 24 de junio de 1824 fueron ejecutados varios individuos por el asesinato, pero parece ser que no fueron ellos los autores del mismo o, en todo caso, no los principales.

A. Gil Novales

Autor

  • Gil Novales.