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ArquitecturaBiografía

Villanueva, Juan de [hijo] (1739-1811).

Juan de Villanueva. Madrid.

El arquitecto Juan de Villanueva es la figura que, por su dimensión profesional y su influencia, mejor refleja la consecución y sistematización de un auténtico lenguaje neoclásico.

Era hijo del escultor Juan de Villanueva (1681-1765) integrante de la Junta Preparatoria de la Academia. Su formación se inició, lógicamente, en la Academia de Madrid, junto a su hermanastro Diego de Villanueva (1715-1774) director de arquitectura de la misma, por lo que desde muy joven asimiló la inquietud que por la renovación arquitectónica estaba presente en el ambiente. Una pensión en Roma desde 1759 a 1764, donde entró en contacto con el mundo antiguo, contribuyó a su educación. Ya en España participó en la expedición a Granada que proyectó José de Hermosilla para estudiar las antigüedades árabes de la ciudad.

Una vez completada su formación, se introdujo con bríos en el campo profesional, aunque ya desde 1757 había empezado a trabajar como delineador en la obra del Palacio nuevo, a las órdenes de su hermano Diego. En 1768 es nombrado arquitecto de la Orden Jerónima de El Escorial, con lo que su formación se amplía con un mayor contacto con la tradición arquitectónica hispánica que representaba el monasterio.

En el Real Sitio de San Lorenzo, Villanueva trabajó hasta 1785 levantando diferentes construcciones en la Lonja, frente a las fachadas norte y oeste del monasterio, destinadas a completar la obra de la residencia real. Las Casas de Infantes (1771), la del Ministro de Estado y la del Marqués de Campo Villar, rodean al monasterio y se pliegan a la tradición herreriana, con una arquitectura sobria más interesada en respetar la uniformidad con el entorno que en reflejar un estilo personal.

Pero son las casitas que construye en el Real Sitio lo más significativo de esta época, porque nos muestra a Villanueva en posesión de un lenguaje clásico ya maduro. La Casita de Arriba para el Infante D. Gabriel, es un casino para la música que recuerda modelos paladianos libremente interpretados. Su entrada por un pórtico in antisdístilo de orden jónico sin frontón, es una solución que Villanueva repetirá en otras obras. La Casita de Abajo (1772) o del Príncipe, para el futuro Carlos IV, es un conjunto completo con jardines, cuadras, dependencias de servicio y pabellones de portería, que integran una residencia para el recreo, todo de una severa arquitectura clásica.

Desde este momento, Villanueva no deja de trabajar en los Sitios Reales. Es el diseñador del Jardín del Príncipe en Aranjuez que le encargó el Príncipe de Asturias, luego Carlos IV. Se trata de un jardín paisajístico a la inglesa, poco frecuente en España, un conjunto pintoresco que forman una montaña artificial, una gruta, un lago con isla y otras construcciones variadas como un obelisco, un kiosco chinesco de madera y un templete circular.

También en 1784 se le encarga la Casita del Príncipe de El Pardo, de reducidas dimensiones que muestra en planta y en sus formas exteriores, la perfecta concatenación de volúmenes de sencillez geométrica. Es de una gran simpleza decorativa y combina el ladrillo y la piedra, algo muy característico en la obra de Villanueva.

Es en Madrid donde están las tres obras más notables de Villanueva: El Museo del Prado, el Jardín Botánico y el Observatorio Astronómico, realizaciones muy representativas del programa ilustrado de Carlos III, que intenta mejorar Madrid con la creación de instituciones que contribuyan al progreso científico y técnico.

Durante los años 90, Juan de Villanueva desarrolla una actividad notable apoyada en su condición de Arquitecto y Fontanero Mayor de Madrid desde 1786, Director de la Academia de San Fernando en 1792 y desde 1798 Arquitecto Real, lo que diversificó sus actuaciones profesionales e hizo que éstas tuvieran gran relieve. Como arquitecto municipal acometió la reconstrucción de la plaza Mayor de Madrid, destruida en buena parte por un incendio en 1790; a Villanueva se debe la regularidad y el aspecto uniforme que presenta en la actualidad.

Plaza Mayor de Madrid.

El Museo del Prado se inició en 1785, para albergar una Academia de Ciencias o Gabinete de Historia Natural; ocupaba un solar en la ampliación del Salón del Prado, junto al Jardín Botánico. Villanueva lo proyectó como un edificio resultante de la yuxtaposición de cuerpos autónomos. Chueca Goitia (1983) interpretó que puede descomponerse en tres piezas esenciales: una rotonda vestíbulo, un templo y un palacio, unidos por dos alas de galerías, elementos todos ellos incluidos en un mismo eje. Todo el edificio desprende un rigor clasicista, con el empleo libre y esplendoroso de las columnas exentas en oposición a los volúmenes lisos y cerrados, la conjunción armoniosa de piedra y ladrillo y la ausencia de frontones sobre los pórticos de entra da, una constante en sus obras.

Museo del Prado de Madrid.

En el Jardín Botánico, contiguo al Museo, construyó Villa nueva las sobrias puertas de entrada, y se le atribuyen también los pabellones de prácticas próximos a la calle de Atocha.
El Observatorio Astronómico se inició en 1793 si bien no estuvo concluido hasta el siglo XIX. Está levantado en el cerro de San Blas, en uno de los extremos del Buen Retiro. Su planta es cruciforme, uno de cuyos brazos es el pórtico de entrada formado por seis columnas corintias sobre las que descansa el arquitrabe y la cornisa comunes a todo el edificio. En el centro de la cruz un templete circular de columnas jónicas, demuestra el empleo libre de formas geométricas puras que se combinan en un conjunto uniforme propiamente neoclásico.

Sus últimos años coinciden con el gobierno intruso de José Bonaparte (1808-1813), para el que comenzó a proyectar la remodelación de los alrededores del Real Palacio y la creación de una plaza frente a él, la hoy llamada Plaza de Oriente. Su muerte en 1811 interrumpió una trayectoria plagada de éxitos, pero dejó una huella importante en sus discípulos, sobre todo en Isidro González Velázquez (1764-1840) y Antonio López Aguado (1764-1831) que en muchos casos, terminaron las obras que había dejado iniciadas su maestro.

Bibliografía

  • CHUECA GOITIA, Fernando: Neoclasicismo. Ed. Dossat, Madrid, 1985.

  • RODRÍGUEZ G. DE CEBALLOS, Alfonso: El siglo XVIII. Entre tradición y Academia. Ed. Sílex, Madrid, 1992.

  • MOLEÓN GAVILANES, Pedro: La arquitectura de Juan de Villa nueva. El proceso del proyecto. Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, Madrid, 1988.

María Dolores Antigüedad del Castillo-Olivares

Autor

  • Dolores Antigüedad