Viardot, Paulina (1821-1910).
Cantante de ópera de ascendencia española, nacida en París el 18 de julio de 1821 y fallecida en la misma ciudad el 18 de mayo de 1910. Fue la hija menor de Manuel García, tenor pionero en el moderno bel canto y fundador de la más importante saga familiar de la lírica española en el siglo XIX: hermana de Manuel García II, uno de los mejores maestros de canto de la historia e inventor del laringoscopio, y de María Felicia, más conocida por el apellido Malibrán, primadonna indiscutible de la escena italiana durante la década de 1830. Paulina, cuya fama trascendió menos, fue una mezzosoprano que también cantó como soprano y contralto gracias a estar dotada de una voz de gran calidad que abarcaba una extensión de dos octavas y media.
Su padre, siguiendo la tradición familiar, le procuró una magnífica educación musical, incluidas clases de piano con el afamado compositor Franz Liszt y de canto con su propio hermano Manuel. Tras comenzar cantando como concertista, realizó su presentación en el género lírico con la ópera Otello, en la que interpretó la parte de Desdémona. A continuación pasó al Teatro de los Italianos de París, dirigido por Luis Viardot, con quien contrajo matrimonio y de quien adoptó el apellido por el que se la conoció artísticamente a partir de entonces. En dicho escenario -donde también triunfó su padre- ratificó su condición de artista con gran clase y sensibilidad, al margen de la completa formación musical recibida, que incluía el dominio del francés, el italiano y el inglés. En 1843 llevó a la Gran Ópera de San Petersburgo La sonámbula, de Bellini, y del mismo compositor cantó la menos conocida Capuleti e Monteschi en el Covent Garden de Londres; este teatro se convirtió en uno de sus preferidos, y apareció regularmente en él hasta su retirada. Pero fue en París donde realizó sus actuaciones más aplaudidas, entre las cuales destacan su personaje de Fides en Le prophète y el de Eurídice en la ópera de Gluck del mismo nombre, así como varios estrenos de los jóvenes compositores franceses Saint-Säens y Massenet. Tras el abandono de la escena, sus inquietudes artísticas la llevaron a componer pequeñas piezas musicales y a dibujar caricaturas, además de ser amante y musa del escritor Iván Turgueniev. Murió en París, en el más completo anonimato, a los ochenta y nueve años.
