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PolíticaHistoriaLiteraturaBiografía

Vial Solar, Javier (1854-1935)

Escritor, diplomático y empresario chileno, nacido el 31 de julio de 1854 en Santiago y fallecido el 1 de junio de 1945, a los ochenta y un años de edad.

Vida

Hijo de Wenceslao Vial Guzmán y de Luisa Solar Marín, llevaba en los genes aquellas actividades a las que luego dedicaría su vida, pues su padre fue un destacado economista y su madre fue hija de la renombrada poetisa Mercedes Marín.

Recibió una esmerada educación en el Seminario de Santiago, de donde pasó luego a la Universidad de Chile, de la que salió con su título de licenciado en leyes en 1877. Sus inicios en la escritura fueron como redactor de la revista La Estrella de Chile, en cuya dirección estaba Abdón Cifuentes, que imprimió a la citada publicación su ferviente sentir católico y conservador. Afiliado a esta formación política (el Partido Conservador de Chile), ante el estallido de la Guerra del Pacífico, Javier prestó servicio en Lima entre las filas del almirante Patricio Lynch.

Al término de la contienda, Vial volvió a su patria, decidido a entregarse al ejercicio de la abogacía y a su pasión por la escritura. Sin embargo, sus inquietudes políticas -que llevó siempre a cabo desde posiciones conservadoras- le impulsaron a presentar su candidatura al congreso por San Fernando en 1888. Obtuvo su acta de diputado, pero cuando tres años más tarde se produjo el conflicto entre el presidente Balmaceda y el congreso, se unió a los revolucionarios, decisión que le llevó hasta Perú como agente de la Junta Revolucionaria para negociar la liberación del "Maipo", que permanecía retenido en Callao, y la devolución de las armas que éste transportaba. Su misión se saldó con éxito sólo a medias, pues si bien el barco fue liberado, no ocurrió así con los fusiles, que fueron decomisados.

El triunfo de la revolución significó para Vial su nombramiento como ministro plenipontenciario en Perú, puesto desde el cual actuó como mediador entre este país y el suyo en la disputa sostenida por los territorios de Tacna y Arica, que no fue solucionada, aunque el diplomático consiguió mejorar sensiblemente las relaciones entre ambas naciones. En 1894 fue enviado a Brasil por dos años, a donde partió junto con su esposa, Cristina Espantoso, con quien se había casado en Lima. A su vuelta a Chile permaneció un tanto alejado de la política, pues para entonces prefirió primar su labor con la pluma.

Una serie de inversiones que no fueron demasiado afortunadas le obligaron a vender sus posesiones del campo y a llevar una vida modesta hasta su jubilación en 1920. Seis años más tarde marchó a Estados Unidos y a Europa junto a su familia. Ésta fue la etapa más prolífica en la literatura, caracterizada por una simbiosis entre sus raíces chilenas y el amor por los clásicos españoles, en los que le había introducido su amigo Agustín Barriga. Su producción en prosa se centra fundamentalmente en los temas de política, claro ejemplo de lo cual son obras como Revolución chilena (1892), en la que vuelca sus ideas de oposición a Balmaceda; El problema del Norte (1898), y una trilogía que quedó inconclusa, pues sólo vieron la luz los dos primeros tomos: Páginas diplómaticas (1900) y Los tratados de Chile (1903). Otras obras suyas, como La neutralidad de Chile y Conversaciones sobre la guerra (ambas de 1917) continúan la misma tónica, pero en Tapices viejos (1924) da un giro radical para adentrarse en los temas de la infancia, en sus recuerdos y en las tradiciones ancestrales chilenas; a esta obra siguieron posteriormente Tapices nuevos (1928) y Tapices parisienses (1934), en las cuales también utilizó los temas de su experiencia vital.

Probó suerte también en la lírica, campo en el que se reveló como un magnífico autor. Merece la pena destacar de entre sus poemarios algunos como Doña María de Almanza, romance del siglo XVIII (1914) y El Caballero de la Gloria (1916), poema de tono épico dedicado a Pedro de Valdivia (el caballero de la gloria).

Autor

  • Lourdes Mata Anchisi